Inprimatu

Françoise Choay es historiadora de las teorías y de las formas urbanas y arquitectónicas, escritora y crítica de arte. Ha sido directora del Institut d’Urbanisme de París VIII y ha impartido cursos en numerosas universidades europeas y norteamericanas. En 1995 obtuvo el Grand Prix National du Patrimoine. Entre otras publicaciones, es autora de El urbanismo, utopías y realidades (1963), La règle et le modèle (1980), Dictionnaire de l’urbanisme et de l’aménagement (1988), Pour une anthropologie de l’espace (2006).


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CHOAY, Françoise., The modem city: planning in the 19th century. 1969.


Con el desarrolla de medios de comunicación cada vez más abstractos, la continuidad da la comunicación arraigada se ve reemplazada por nuevos sistemas qua siguen perfeccionándose a lo largo de todo el siglo XIX, permitiendo una mayor movilidad para la población proporcionando una información que esta sincronizada de un modo más preciso con el acelerado ritmo de la historia. El Ferrocarril, la prensa diaria y el telégrafo suplantarán gradualmente, al espacio en su anterior papel formativo.


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BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs. 942-1023.”El cambio de los años sesenta” 


4.-Las nuevas utipías y el debate sobre la ciudad


Ya a partir de 1953, en el CIAM de Aix- en-Provence, los Smithson muestran las fotografías de Nigel Henderson referentes a la vida en las calles de Londres. Diez años más tarde aparece una amplia literatura sobre la ciudad, que parte de un análisis directo de la realidad y juzga desde este punto de vista los proyectos y las tendencias: en 1960 se publica el primer libro de Kevin Lynch, La imagen de la ciudad (The Image of the City); en 1961, Gordon Cullen publica su ensayo sobre Townscape y Jane Jacobs su libro sobre las ciudades norteamericanas; en 1963 sale el primer ensayo teórico de Christopher Alexander,  que intenta describir, de forma científica, la compleja estructura de un organismo urbano. En 1965, Françoise Choay registra, de forma retrospectiva, las tendencias del urbanismo moderno, comparándolas con los resultados reales; en 1966, la revista Scientific American dedica un número a las ciudades, llevando estos argumentos ante el gran público del mundo entero, y Peter Hall publica un afortunado librito divulgativo sobre las grandes ciudades; en 1968, Lawrence Halprin propone un sistema de notación de los valores de los espacios urbanos, abriendo el camino a algunos arquitectos debutantes, como Eisenman y Graves; los psicólogos de la Escuela de Frankfurt critican “la ciudad inhabitable” del presente e imputan sus defectos al Movimiento Moderno de los cuarenta años precedentes.


Así pues, aquella confianza en el futuro-que alimentó en la segunda mitad de la década todos los movimientos de innovación y de protesta- empieza a atenuarse también en el campo de la arquitectura.


El desarrollo ya no aparece como un proceso simple e ilimitado, y los juicios se desplazan cada vez más de las propuestas futuras a los hechos del presente.

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