4.- El "New Deal" y la contribución de los maestros de la Bauhaus.
En esta realidad se inserta, a partir de 1933, la contribución de los maestros europeos invitados a enseñar en las universidades americanas; actuando sobre las nuevas generaciones de profesionales en formación, les transmiten, no sólo el ejemplo de un nuevo programa formal, sino un patrimonio de método e ideas, y ejercen una influencia decisiva en la cultura americana.
Entre los ex profesores de la Bauhaus, Albers se establece en América en 1933 e introduce su pedagogía formal en el Black Mountain College; A. Schawinsky continúa las investigaciones escenográficas de Schlemmer; L. Feininger, americano de nacimiento, vuelve a Nueva York en 1936; Moholy-Nagy funda en Chicago, en 1937, el New Bauhaus, con el propósito explícito de continuar la experiencia europea; en el mismo período, Gropius y Breuer se establecen en Harvard, Mies van der Rohe y Hilberseimer en Chicago; Bayer, Ozenfant y, más tarde, Mondrian en Nueva York.
En la posguerra llega A. Aalto, que sólo reside temporalmente en los Estados Unidos, mientras Mendelsohn vive en California hasta su muerte, en 1953.
El Museum of Modern Art de Nueva York organiza, en 1938, una exposición dedicada a la actividad de la Bauhaus de 1919 a 1928, con material aportado por Gropius y Bayer, y publica un volumen sobre el mismo' que fue, durante mucho tiempo, la mejor fuente de información sobre la escuela alemana.
El director del museo, A. H. Barr, escribe en el prólogo:
“Es difícil recordar cómo y cuándo América oyó hablar por primera vez de la Bauhaus. En la primera posguerra conocíamos el arte alemán a través del expresionismo, la Torre Einstein de Mendelssohn, el Masse Mensch de Toller, El Gabinete del doctor Caligari de Wiene. Sólo después de la gran Exposición de 1923, Ilegaron a América las noticias de un nuevo tipo de escuela de arte en Alemania, donde famosos pintores expresionistas como Kandinsky combinaban sus esfuerzos con artesanos, proyectistas, industriales, bajo la dirección general de un arquitecto, Gropius. Poco después, llegaron algunos de los «Bauhaus-bücher», sobre todo el interesante volumen de Schlemmer sobre teatro y el de Moholy-Nagy sobre pintura, fotografía y cine.
Algunos de nosotros, entre los más jóvenes, acabábamos de dejar los colegios, donde los cursos sobre arte moderno empezaban con Rubens y acababan con pocos, superficiales y, a menudo, hostiles alusiones a Van Gogh y Matisse..., otros, en las escuelas de arquitectura, empezaban sus cursos con gigantescas reproducciones de capiteles dóricos o los acababan con elaborados proyectos de escuelas coloniales o rascacielos románticos... No debemos extrañarnos si algunos jóvenes americanos empezaron a mirar la Bauhaus como la primera escuela del mundo donde los modernos problemas del diseño eran tratados de manera realista, en una atmósfera moderna.
Pocos americanos vieron Dessau antes de la salida de Gropius, en 1928; en los cinco años posteriores, muchos se trasladaron allí en calidad de estudiantes. Durante este período, algunos objetos de la Bauhaus, trabajos tipográficos, pinturas, grabados, escenarios, proyectos arquitectónicos, objetos industriales, se incluyeron a veces en exposiciones americanas... Los aparatos de iluminación y las sillas de tubo metálico fueron importados a es america o se copiaron los discos. Los estudiantes americanos de la Bauhaus empezaron a regresar, seguidos, después de la revolución de 1933, por los maestros y ex maestros expulsados porque el gobierno pensaba que los muebles modernos, la arquitectura de tejado plano y las pinturas abstractas eran degenerados o bolcheviques. De esta manera, con la ayuda de la madre patria, los proyectos, los hombres y las ideas de la Bauhaus, que formaban conjuntamente una de las principales contribuciones culturales de la moderna Alemania, se extendieron por el mundo.”
Pero la difusión de los resultados y métodos de la Bauhaus sólo constituye la contribución más externa que los ex profesores llevaron a América. Es interesante ver cómo Gropius no quiere tomar parte en ningún intento que haga revivir directamente en América la escuela de Dessau; cuando es llamado a enseñar en la Universidad de Harvard, se dedica a una experiencia didáctica totalmente nueva y, como proyectista, no se esfuerza en imponer en el nuevo ambiente ni el repertorio arquitectónico, ni los esquemas urbanísticos, ni las costumbres profesionales europeas.
No se cansa de advertir que el movimiento moderno europeo no tuvo nunca un repertorio fijo, una colección de esquemas o de costumbres constantes. Por ejemplo, en 1938, cuando en la exposición del Museum of Modern Art se discute lo que todavía es actual y lo que ha quedado superado entre los objetos expuestos, Gropius hace notar que «el inevitable proceso de envejecimiento era aún más activo en la propia Bauhaus, cuando todavía funcionaba, por-que... la idea de un estilo Bauhaus o de un dogma Bauhaus, considerado como algo fijo y permanente, ha surgido siempre de las rápidas conclusiones de observadores superficiales” al principio de su carrera de profesor en Harvard declara:
Mi intención no es introducir el «estilo moderno» europeo sino, más bien, introducir un método de aproximación que permita enfrentarse con los problemas, según sus condiciones peculiares. Deseo que un arquitecto joven sea capaz. de encontrar su camino en cualquier circunstancia; deseo que cree, independientemente, formas verdaderas y genuinas, de acuerdo con las condiciones técnicas, económicas y sociales en las que se encuentra, en lugar de imponer una fórmula aprendida en el ambiente, que puede exigir una solución totalmente distinta. No quiero enseñar un dogma ya preparado, sino una actitud libre, original y elástica hacia los problemas de nuestro tiempo. Para mí sería motivo de horror que mi nombramiento se tradujese en la multiplicación de una idea fija, como la «arquitectura de Gropius». Lo que quiero es hacer comprender a los jóvenes la amplitud de los medios creativos, si se saben usar los innumerables productos modernos de nuestro tiempo y animarlos para que encuentren por sí mismos sus soluciones.