El Reichstag de Berlín está irremediablemente ligado a la historia de la ciudad, siendo un ícono de la misma. Su construcción se realizó en el período entre los años 1884 y 1894, proyectado por el arquitecto Paul Wallot por la necesidad de tener un edificio que albergara el Parlamento del Imperio Alemán.
El edificio cumplía con sus funciones plenamente, pero fue la sucesión de varios acontecimientos históricos adversos lo que hizo que el mismo quedaría inhabilitado y en desuso. Por un lado en el año 1933, durante el régimen Nacional Socialista, se genera un incendio de dudosas circunstancias que lo deja en condiciones lamentables. Años más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, después de sucesivos bombardeos, su deterioro se fue acrecentando, y con esto se fue disminuyendo su uso. Al culminar la guerra, la capital de Alemania occidental se traslada a Bonn, perdiendo de esta forma su funcionamiento totalmente. Con la reunificación alemana, en el año 1990, eventualmente Berlín volvería a ser la capital alemana y como consecuencia se precisaba un nuevo proyecto para la reforma del Reichstag.
En 1992 Norman Foster sería el ganador de un amplio concurso, siendo elegido para llevar a cabo el diseño del nuevo parlamento. Su proyecto parte de cuatro premisas principales: el significado del Bundestag como foro democrático transparente, el compromiso con la accesibilidad pública, el entendimiento de su historia y una marcada responsabilidad ambiental.
Foster decidió respetar la estructura original del edificio, modificando la diagramación y espacialidad interior, para dotar al edificio con sus nuevas funciones. De este modo consiguió reducir el trabajo de demolición, y ahorra en estructura y materiales. Las energías estarían destinadas a la proyección de una nueva cúpula, el eje principal de la renovación. La misma recordaría a la antigua cúpula, que poseía el parlamento originalmente, ligando al nuevo edificio con su pasado.
Dicha cúpula cumple un rol fundamental en el edificio. Se encuentra situado sobre el Bundestag (sala de reunión del parlamento) a modo de coronamiento, y hace la función de mirador para los visitantes de la obra. Su conexión visual con el Bundestag a través de una cubierta acristalada, permite a los usuarios poder apreciar al parlamento en funcionamiento. En el centro de la cúpula se posiciona un cono invertido que refleja e introduce la luz solar de forma indirecta hacia el interior de la sala del parlamento. De forma inversa, en la noche, refleja la luz proyectada desde el interior, iluminando toda la cúpula a modo de linterna.
La cúpula desempeña también un importante papel en el sistema de ventilación del espacio interior, ya que extrae el aire caliente hacia arriba a través de dicho cono, mientras que los ventiladores reciclan la energía del aire desechado. La cúpula es, por tanto, no sólo un elemento distintivo de la composición arquitectónica, sino también un importante dispositivo de energía y de iluminación (el edificio es energéticamente autosuficiente en un 82%).
El caparazón del domo está compuesto por veinticuatro perfiles de acero a intervalos de quince grados y cubierto por más de tres mil metros cuadrados de cristal. La estructura de acero y cristal, es soportada por doce columnas de hormigón armado. Hacia la parte superior de la cúpula se encuentra una plataforma de observación, accesible a través de dos rampas que recorren el perímetro circular de la misma.
Bruno GALETTO