A principios de los años cincuenta empezaron a construirse en los alrededores de la Ciudad de México edificios para alojar las instalaciones de laboratorios farmacéuticos. Los programas gubernamentales de apoyo a la industria atrajeron a algunas empresas farmacéuticas extranjeras. La geometía en hormigón armado de Candela encontró en esta tipología de edificio otro campo de actuación muy importante, ya que se trataba de construir grandes naves con iluminación generosas. Por la misma naturaleza combiante de los procesos industriales, muchos de los edificios que Candela construyó para esto géneros de producción se han modificado o desaparecidos, sobre todo a cambio de los cambios de uso y valor del suelo urbano, habida cuenta de que lo que en los años cincuenta era periferia urbana, a inicios del siglo XXi es parte del centro de la metrópoli.
A este línea de trabajo pertenece el conjunto "Lederle" cuya disposición arquitectónica fue obr de Alejandro Prieto. En el espacio construido de cerca de 90.000 m2 hubo toda suerte de variantes geométricas; paraguas, hypars, bóvedas de medio cañón y conoides. En particular, la caseta de control de acceso se diseñó como un elemento de alto contraste, una caja de cristal sobre unos muretes bajos que se aprisiona entre dos paraguas; el inferior es parte del pasillo cubierto que conduce al interior del conjunto, el superior es individual y constituye la monumentalidad del punto de control del acceso; paralelo a la calle, hace las veces de puente bajo el cual pasan los coches. La morfología es una placa que se apoya en tierra mediante un trípode de hormigón; la placa, al igual que todas las estructuras de Candela, gira y evoluciona a medida que se proyecta en el espacio, logrando en este caso un cantiléver de 13 m de longitud. La operación se inicia cuando la plaza se desdobla en dos y cada faceta vuelve a girar para convertirse en un paraboloide hiperbólico que, al crecer paralelamente, da lugar a un hypar doble con forma de abanico.
Enrique X.DE ANDA ALANÍS