DE ANDA ALANÍS, Enrique X., Candela 1910-1997. El dominio de los límites. Taschen. Colonia, 2009.

 p.77. " A finales de la década de los años 1950, la arca Bacardí solicitó a Félix Candela el diseño y la fabricación de locales con la amplitud necesaria para instalar una línea de embotellado y almacenaje. Con el paso del tiempo, el conjunto habría de alcanzar el reconocimiento  a la calidad arquitectónica de sus edificios; Candela fue autor de las naves de producción y Mies van der Rohe, del cuerpo de oficinas.

La solucion elegida por Candela consistió en el uso de seis bñovedas de arisa con planta cuadrada, bordes libres y 30 m de lado. Cada una es el resultado de la intersección de dos hypars, cuyos puntos ás deprimidos en las esquinas del cuadrángulo, rematan en un apoyo que sigue hasta el subsuelo la línea inclinadaa de los paraboloides. Candela aprovechó la declinación natural de las curvas para ubicar franjas translucidad que, junto a las membranas de cristal de las parábolas, separan el ambiente enterior del exterior sin escatimar la luz necesaria para el trabajo industrial. La cota de los 30 m no es gratuita, ya que esta dimensión era el  límite de la sensatez aconsejaba para mantener las membranas de hormigón, dentro de un coste accesible y con un espesor de alrededor de 4 cm en la cima, conservando la delgadez que siempre caracterizó a sus obras. "