Conjunto de iglesias de madera situadas en la recóndita y boscosa isla de Chiloé (Pacífico sur), 16 de las cuales han sido declaradas patrimonio de la Humanidad por la UNESCO al constituir: “ejemplos únicos de lograda fusión de tradiciones culturales europeas e indígenas, para crear un tipo de arquitectura de madera excepcional”.
En efecto, la escuela chilota de arquitectura religiosa en madera, S. XVII-XIX, presenta un fenómeno edilicio particular en la historia latinoamericana más reciente, al tratarse de un eclecticismo arquitectónico entre los estilos traídos por las misiones jesuitas que evangelizaron el archipiélago y la propia cultura constructiva de los indígenas chilotas. Los mencionados estilos importados se corresponden, principalmente, con modelos centroeuropeos, concretamente, del Tirol, Transilvania y Baviera, para parroquias y templos de carácter rural, realizadas mayormente en el periodo tardo-barroco. Así mismo, este fenómeno trajo consigo la creación de la denominada escuela artística chilota en madera.
La principal característica intrínseca de esta arquitectura es el uso integral de la madera aplicada sobre modelos constructivos y artísticos importados y ejecutados en otros materiales. Se trata, pues, de iglesias de planta basilical compuesta por una nave central predominante, dedicada a la liturgia y dos naves laterales menores separadas por arcos apoyados sobre columnas. En el extremo de la nave central se erige el altar con diversas esculturas y piezas decorativas flanqueado por capillas menores consagradas a distintos santos y vírgenes. Asimismo, el coro, cuando la situación lo permite, se encuentra bajo la torre de campanario, sobre la entrada.
La mayoría de estas iglesias muchas de ellas policromadas con llamativos colores, se encuentra cerca de la costa, con la parte posterior orientada a la montaña y encaradas al sur para protegerlas de la lluvia. Durante el siglo XVIII se construyeron unas 300 iglesias, desde pequeñas y primitivas ermitas, hasta estructuras elaboradas y de mayor tamaño. Conservándose en la actualidad unas 80.
La decoración empleada tanto en interiores como en exteriores se caracteriza por ser austera, donde la madera queda, en algunos casos, sin tratamiento o pintada según esquemas dicromáticos. Igualmente, las molduras y detalles escultóricos siguen órdenes clásicos y moderados, donde pueden apreciarse columnas y arcos clásicos, así como tracerías góticas depuradas.
Esta isla de lluvia incesante y gran belleza natural, los distintos elementos constructivos que componen estos edificios, pueden clasificarse por diferentes materiales lignarios desarrollados originalmente por los pueblos indígenas (los cuncos, los huiliches y los chonos.). En el caso de las ventanas, revestimientos exteriores y estructura se utiliza madera de ciprés, para los recubrimientos de paredes y techos se emplea el alerce y para los elementos decorativos interiores el ulmo y el coigüe. El esquema estructural se fundamenta sobre una cimentación de bloques pétreos a modo de zapatas sobre las que se levantan los pilares que soportan un sistema de entramado en los muros perimetrales y una cercha triangular para la cubierta. La unión entre las distintas piezas se realiza mediante ensamblaje evitando el uso de clavos y herrajes.
Fergus SCOTT