Inprimatu

MONTANER, Josep María., Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili. Barcelona, 2008. 


Págs.172-189“Formas del caos: fractales, pliegues y rizomas” 


Geometrías complejas en la obra de Carlos Ferrater


La primera lógica sistemática que desarrolló Carlos Ferrater(1944) fue la de tradición racionalista y la disciplina minimalista. En el IMPIVA de Castell(1993-1995) el programa se descompone en distintos cuerpos simples y yuxtapuestos. Un recorrido interior potencia la percepción simultánea de dentro a fuera. Para completar la extrema coherencia del conjunto, los sistemas de modulación en la fachada insisten en referencias al arte abstracto y suprematista.


Esta conciencia de una esencia geométrica y sistemática de la arquitectura ha llevado posteriormente a Carlos Ferrater a desarrollar nuevas líneas de investigación de formas más complejas y versátiles, recurriendo a las geometrías orgánicas y fractales en una serie de propuestas que inició con el Jardín Botánico de Barcelona en 1989 y que ha continuado en proyectos como el Museo de las Confluencias en Lyon(2001) o el Parque de las Ciencias en Granada (2005), con Eduardo Jiménez y Yolanda Brasa, en los que la geometría fractal pasa a la tercera dimensión, creando nuevas topografías y definiendo espacios abiertos y cerrados, de múltiples directrices.


El Jardín Botánico de Barcelona(1989-1999) de Carlos Ferrater, Josep Lluís Canosa y BetFigueres se proyectó como una malla triangular tridimensional e irregular, inspirada en los fractales, especialmente en los "continentes imaginarios" de Benoît Mandelbrot. La lógica consiste en ir levantando los vértices de la malla de los triángulos para configurar los recorridos, definir los muros de contención, también triangulares, y limitar los terrenos para las plantaciones, de manera que se creen las variaciones de un paisaje artificial, de una nueva topografía que se levanta sobre donde antes hubo un vertedero de basuras. Esta acrópolis de trama triangular que es el Jardín Botánico se ha convertido en la mejor interpretación del Park Güellde Antoni Gaudíen Barcelona; no sólo por la síntesis de naturaleza y arquitectura, por la gran plataforma y por los itinerarios orgánicos, sino también porque en la ciudad-jardín que propuso Gaudí las parcelas también tenían forma triangular.


El Paseo Marítimo de la playa de Poniente en Benidorm(2003-2008), proyectado en colaboración con Xavier Martí, parte de la forma orgánica de trenzas, se inspira en la mirada hacia la naturaleza: las olas y las rocas en la costa, las dunas y las líneas curvas que deja el agua en la orilla del mar. Hace referencia a los parques de Roberto Burle Marxy a las arquitecturas escultóricas de Oscar Niemeyer, Félix Candela y Clorindo Testa. Crea unas formas de lianas que anudan las masas onduladas escalonadas y en voladizo del paseo; define todo un sistema formal y constructivo, dinámico, colonizador y versátil, que permite evolucionar paulatinamente de la geometría del proyecto a la construcción de lo espacio

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