La catedral de Reims fue calificada de «mártir» después de la Primera Guerra Mundial por ser bombardeada por los alemanes, que veían en ella un símbolo nacional de Francia.Los trabajos de restauración comenzaron en 1919, bajo la dirección de Henri Deneux, nacido en Reims y arquitecto jefe de Monuments Historiques; la catedral se volvió a abrir en 1938, gracias en parte al apoyo financiero del mecenas estadounidense de los Rockefeller, pero desde entonces los trabajos han continuado sin cesar.