LUPFER Gilbert, SIGEL Paul., Gropius 1883-1969. Propagandista del nuevo diseño. Edit Taschen. Köln,2006.
p.87 "En la República Federal de Alemania, Gropius encontraría uno de sus últimos promotores. Se trataba nuevamente de un un industrial, que le encargó a Gropius la construcción de varios complejos, industriales y el desarrollo de zonas residenciales.
Philip Rosenthal, propietario de la fábrica de porcelana del mismo nombre con su sede en Selb ( Baviera), ordenó la construcción de una nueva fábrica según los planos de TAC. La construcción se llevó a cabo entre 1965 y 1967 y consistía en una estructura de hormigón armado con elementos estandarizados que, situados sobre un módulo de diez por diez metros, debían permitir un alto grado de remodelaciones y ampliaciones futuras. En el punto de intersección del flujo de circulación más importante del complejo se integró un invernadero de cristal, cuyo exotismo botánico debía poner de relieve su contraste con las naves de la fábrica.
Finalmente, Gropius y Alexander Cvijanovic trabajarían juntos para Rosenthal entre 1967 y 1970: los dos miembros del TAC le construyeron un Amberf, baviera, una fábrica de vidrio y una serie de edificios de viviendas para los empleados de la fábrica.
El complejo fabril, de planta rectangular, está dominado por una marcada silueta triangular que se eleva a lo largo de la zona central y por encima del resto de las cubiertas plantas del conjunto. Con este acento se subraya exteriormente la funcional división longitudinal del complejo en "naves" parcelas; las áreas laterales alojan la sección de procesamiento final o los almacenes, mientras que en la nave central se instalaron los grandes hormas de vidriera. La construcción de hormigón visto es legible en el exterior y cobra valor estético propio sobre todo por medio de las vigas del techo de la nave unidas en forma de triángulo. Como protección solar se utilizan aleros de hormigón, alterados a lo lardo de las vertientes de la cubierta con estrechas fajas de ventanas; éstas, junto con el complejo acristalamiento de los hastiales, le confieren una cierta ligereza a la enorme nave.
La fábrica de vidrio de Amberg pone nuevamente en evidencia la tendencia hacia un diseño formal marcado y hacia la cualidad escultórica que siempre han caracterizado las obras del TAC. Al mismo tiempo el diseño conseguido a partir de consideraciones funcionales llega a ser muy convincente; su forma destacada y la puesta en relieve de los materiales interpretan una vez más los principios esenciales de la estética del Movimiento Moderno arquitectónico."