La imagen refleja el aura de medievalismo que impregnaba la fase inicial de la Bauhaus, cuyo sistema académico se remonta a la formación empleada por los gremios góticos. Lyonel Feininger fue invitado por Gropius en 1919 para dirigir el taller de grabado, y mantuvo relación con la escuela hasta que se cerró en 1933.