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MONTANER J.M.,  Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 2008. 


Pags. 132-147. “La critica radical y utópica”  


Una propuesta como las Highrise of Homes(1972) del grupo SITE, donde las casas individuales del sueño norteamericano se apilan en una megaestructura, es un paso intermedio entre las megaestructuras caóticas y libertarias de Constant y los amontonamientos en edificios masa y en plataformas de Rem Koolhaas y MVRDV. Desde su fundación en 1970 por James Wines, Michelle Stone y un grupo interdisciplinar de artistas, el grupo SITE (Sculpture In The Environment, Inc.), se ha dedicado a crear sistemas de objetos entendidos como paisaje


Págs. 148-171.“Dispersión y fragmentación” 


Si en el panorama arquitectónico holandés de la década de 1980 la irrupción de Rem Koolhaas y su equipo OMA constituyó un momento clave, iniciándose una nueva etapa tras la época de predominio de autores como Aldo Van Eyck, Piet Bloom o Herman Gertzberger, a partir de la década  de 1990 se extendió su influencia en equipos de arquitectos jóvenes que se inspiran en la experimentación formal de OMA. Entre estos grupos destaca MVRDV (fundado en 1991) responde a las siglas de los apellidos de sus tres miembros fundadores Winy Maas(1959), Jacob van Rijs(1964)  y Nathalie de Vries(1965). Winy Mass trabajó con Koolhaas, además de haber colaborado con José Antonio Martinez LapeñaElías Torres  y con Van Berkel & Bos. Nathalie de Vries, además de trabajar con Martinez cuyo nombre Lapeña y torres, colaboró en el estudio holandés Mecanoo.


El equipo MVRDV se caracteriza por la más atrevida investigación formal, una búsqueda en la fragmentación y disyunción llevadas al extremo y que explora sin trabas todo tipo de mecanismo. El amontonamiento y la superposición de fragmentosen el espacio es uno de los procesos clave que MVRDV propone en sus experimentos, junto a otros como inscribir programas complejos en iconologías simples; disponer volúmenes prismáticos sobre la trama del terreno, elevar formas en el aire, desplegar planos horizontales e inclinados o semienterrar edificiosen topografías artificiales. Todo ello mediante diversas  combinaciones verticales, en plataformas, torres, megaestructuras o volúmenes delimitados dentro de los cuales se sitúan una multitud de cuerpos diversos, libres o encapsulados, llenos o vacíos. Tal y como hicieron dadaístas y surrealistas, esta combinación de fragmentos, se traslada del plano al espacio, de las dos  a las tres dimensiones aunque a veces sus propuestas sean más gráficas e impactantes que realmente complejas.


 En otras, MVRDV ha desarrollado paralelamente dos tipologías. Por un lado, el edificio-masa, que continúa la línea de Rem Koolhaas al superponer fragmentos en tres dimensiones y, por otro, la suma de fragmentos en vertical, en una especie de edificio masa que se convierte en rascacielos donde se darían simultáneamente las dos condiciones de verticalidad y diversidad, cuando ambos conceptos han sido excluyentes tradicionalmente; la verticalidad hasta ahora mismas plantas en altura. Sin embargo, MVRDV lo ha conseguido repitiendo los proyectos  de edificios en altura conformados por la diversidad de cada planta.


 


MVRDV, Silodam, Amsterdam, Holanda   


El ejemplo más brillante de este mecanismo de sumar módulos en tres dimensiones ha sido el Silodam en Amsterdam(1995-2002), un complejo de 150 viviendas que en una interpretación posmoderna de la Unité d´Habitation (1945-1952) de Le Corbusier. Lo que en la Unité d´Habitationera una única calle corredor interna que se repite varias veces, aquí se convierte en un laberinto de ascensores, escaleras y pasillos. La Unité d´Habitation se basaba en la repetición de un único tipo de dúplex y, en este caso, se crean unidades vecinales menores, agrupaciones de distintos tipos de vivienda que se evidencian en fachada mediante el uso de diferentes materiales. Dividido en cuatro partes cada una con un sistema común de conexión, el Silodam parte de un estudio de necesidades y preferencias de los usuarios y ofrece todo tipo de viviendas lofts, estudios con patio, casas con jardín, masonettes, triples, dúplex, como en la Unité d´Habitarion etc. Este énfasis radical en la individualidad se expresa en que también son  distintos los espacios colectivos de cada una de las cuatro partes. La metáfora del paquebote en Le Corbusier se transforma en el transformador de contenedores apilados, situado realmente sobre el agua. Visualizado en propuestas anteriore de MVRDV, como la Container City. Definitivamente los fragmentos se han recompuesto en un megarón.


            En otros proyectos de MVRDV la superposición se hace más evidente, como en el Pabellón de Holanda en la Exposición Universal de Hannover en 2000, donde se desarrollaba un recorrido que se iba deteniendo en plataformas que recreaban diversos ecosistemas holandeses en miniatura, como por ejemplo, los molitos de viento en la cubierta. El  pabellón se inspiraba en proyectos como el plan Obús de Argel(1929-1934) de Le Corbusiero el proyecto del Grupo SITEHighrise of Homes(1981), y se basaba  en la idea de convertir la lógica de los edificios de varias planas para aparcamientos en plataformas para distintos usos.


            La diversidad creativa de MVRDV tiene su origen en haber separado las tres partes esenciales de la arquitectura y jugar con ellas desinhibidamene. : la estructura, la forma o símbolo y el contenido o función. La separación entre estructura y contenido ha sido una aportación de la misma arquitectura residencial holandesa, que culminó en la década de 1970 con la idea de los soportes de John Habraken. MVRDV ha ido má lejos; han independizado la forma de la estructura y han desgajado aún más la función, el contenido que muchas veces entra como un tercer elemento cuando la estructura y la forma ya han sido decididas de antemano e independientemente. De esta arquitectura donde no hay correspondencia entre tipo y contenido, de este choque entre estructura, forma y función entendidas como fenómenos distintos, surge la fuerza y también a veces el delirio de sus obras.


La aportación de MVRDV se ha convertido en imprescindible, por sus obras construidas y por la gran cantidad de experimentos al límite, algunos de ellos verdaderos manifiestos que, afortunadamente no se han realizado, como sus propuestas aberrantes y dramatizadas para Benidorm(2000-2004), donde sembraban la ciudad de inmensos rascacielos en cruz. La imagen impactante de la costa ibérica sembrada de edificios supone la astucio y la perversión de proponer una tipología, al rascacielos en forma de cruz, como la suma del rascacielos soviético, el Planchanubes de Lissitzky, y del rascacielos norteamericano vertical.


AL mismo tiempo, todos estos juegos formales pretenden partir de una serie de mecanismos racionales y sistematizables, como el programa de ordenador llamado “El mezclador de funciones”, promovido por Winy Maaspara que, con la intervención de los proyectistas y de los futuros usuarios, pueda elegirse los factores proyectuales esenciales de partida y descubrir las formas diagramáticas que genera su combinación en un lugar del encargo.


En definitiva MVRDV ha conseguido fundir dos tradiciones contemporáneas esenciales que se desarrollaban por vías diferentes; por un lado, los estudios sistemáticos cuantitativos y diagramáticos que se concretan en programas de ordenador y, por otro, la experimentación como libre juego formal, el énfasis en el diseño. La sentencia “La información es la forma” resumiría este método que traduce la información y las estadísticas en diagramas, y éstos, a su vez, en arquitectura. En MVRDV se da una sabia síntesis de ambos procedimientos que, en ocasiones, genera lo que ya son obras maestras contemporáneas como el Silodam, mientras que en otras produce experimentos delirantes a la espera de otra oportunidad más de todos modos, siempre son inquietantes provocaciones.


 


 

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