CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006.
Págs. 453-469.“Alvar Aalto y las tendencias escandinavas”
Desde luego, el principal edificio por el que Utzon es conocido internacionalmente es la extraordinaria Opera de Sidney, proyectada entre 1957 y 1966, y luego llevada a término en una forma modificada tras su dimisión. Este no es lugar para desentramar las complejidades personales y políticas, conocidas solo a medias, que llevaron a este triste estado de cosas. Por lo que a la arquitectura se refiere, la consecuencia fue que los interiores quedaron muy distintos a lo que Utzon había decidido en su proyecto definitivo antes de su abandono. Muchos detalles concebidos y totalmente definidos por el arquitecto se cambiaron más tarde y se realizaron con un espíritu muy alejado al suyo. Las cáscaras tienen un impulso más vertical que en los primeros dibujos, pero en este caso los cambios fueron hechos por el propio Utzon durante el desarrollo del proyecto con objeto de facilitar la estandarización geométrica de la construcción.
Pero la imagen de estas curvas blancas que se alzaban al final de Bennelong Point, destacándose en el puerto e imitando la silueta del puente y las pronunciadas curvas de las velas cercanas, sigue provocando una gran emoción. Las conchas se elevan hacia arriba a partir de plataformas bajas que a su vez se van escalonando hasta alcanzar su punto más alto junto a la orilla. En las plataformas se disponen los dos auditorios principales sobre una geometría ligeramente convergente, mientras que un pequeño espacio en el lado de tierra alberga un restaurante. Las velas, ensamblándose y cortándose unas a otras, elevándose y precipitándose contra el cielo, parecen transmitir una fuerza vital sentida igualmente en los perfiles tensos y en las superficies lisas pero ligeramente texturizadas. La idea original para los interiores se capta mejor a partir de una sección que muestra una especie de movimiento de contraonda de los techos curvos que fluyen bajo las enormes cubiertas superiores. Finalmente, las torres de telares quedaban ocultas bajo la concha más alta, inquietando así a algunos puritanos de la línea dura que eran incapaces de disfrutar de los contrastes y las complejidades entre el interior y el exterior.
Como sucede con toda obra de arte original, enumerar las posibles fuentes o analogías tiene solo un propósito limitado. En todo caso, el tema de la plataforma estaba en la mente de Utzon, como queda claro en sus proyectos de viviendas, pero en un contexto monumental puede que estuviese inspirado especifícamente en las colinas artificiales con escalinatas ceremoniales de Monte Albán, el antiguo asentamiento mexicano que el arquitecto había dibujado durante sus viajes.
Las conchas eran una creación asombrosa, tal vez influidas en parte por las abstracciones crustáceas curvas de Bruno Taut en la década de 1920, y quizá provocadas en parte por el gusto por las complejas curvaturas entrelazadas que Utzon había visto en la obra de Aalto; pero en este caso también había ecos más lejanos, pues los dibujos transformativos de Utzon mostraban una cubierta de templo oriental suspendida sobre un plano nivelado, incluso con nubes flotando por encima del horizonte. Cualesquiera que fuesen las analogías históricas o naturales, estaban absorbidas dentro en una novedosa síntesis, una idea que abstraía las olas y las velas del puerto, aunque también hacia referencia visual al flujo del sonido. Lo curioso es que esta expresión simbólica de los ritmos musicales habría planteado, de hecho, considerables problemas acústicos. El enfoque global del diseño por parte de Utzon suponia una oscilación adelante y atrás entre la abstracción, la metáfora y el pensamiento estructural. Por ejemplo, los parteluces desplegados de las ventanas -que debían conciliar las diversas curvaturas y resistir cargas estructurales y de viento en los extensos vanos- probablemente podrían atribuirse al interés del arquitecto por la estructura de las alas de los pájaros. Pero había otros niveles en el simbolismo del edificio. En cierto sentido, se trataba de una catedral moderna consagrada a un arte nacional sumamente importante. Un historiador escribió que este concepto «(...) condensa las significaciones inconscientes de su contexto urbano, del mismo modo que Nôtre Dame en Paris, expresa el espiritu de la ciudad (...)». El propio Utzon se referia a su teatro de la opera como una especie de iglesia: “(...) si pensamos en una iglesia gótica estaremos cerca de lo que me he estado proponiendo (...) mirando una iglesia gótica nunca nos cansamos, nunca llegamos a acabar con ella (...) esta interrelación de la luz y el movimiento (...) la convierte en una cosa viva. “
De hecho, Utzon intento diseñar un sistema estandarizado de partes que pudiesen ensamblarse posteriormente hasta formar su diseño de formas libres, del mismo modo que los arquitectos góticos habían usado sistemas repetitivos para lograr sus sublimes y complejos efectos espaciales. En Sidney, esto exigió posteriormente un cambio en la geometría de las conchas, de modo que se adaptasen a un perfil esferoide, y una considerable experimentación con el hormigón prefabricado, en la que el ingeniero Ove Arupdesempeñó un papel fundamental. Muchos de los detalles concebidos por Utzon aun estaban por realizar en el momento de su dimisión, y durante un tiempo pareció que la Opera iba a ser un elefante blanco. Por fin se inauguro en 1973, habiéndose convertido ya en un símbolo nacional australiano.
Mucho antes de esto, la Opera de Sidney se había convertido ya en parte del folclore de la arquitectura moderna. Sigfried Giedion publico el proyecto en las ediciones finales de Espacio, tiempo y arquitectura, y otorgo a Utzon el manto de la gran tradición. La Opera de Sidney se presentaba junto a las obras tardias de Le Corbusiery los edificios monumentales de Kenzo Tangeen Japon, como pruebas de una nueva tendencia elemental en la que la fusión de los edificios con su contexto se consideraba crucial para la naciente concepción espacial. En cierto sentido, la elección era prematura, ya que no estaba claro el aspecto que tendría realmente el proyecto de Utzon cuando se terminase; con todo, se trataba de una valoración razonable de una gran idea arquitectónica. Es más, era una idea que, en su combinación de lo abstracto y lo naturalista, en su fusión de lo complejo y lo sencillo, en su enriquecimiento de las ideas estructurales y espaciales de la arquitectura moderna anterior, y en su transformación de la monumentalidad antigua, englobaba algunos de los propósitos de una nueva generación.
Págs. 515... Puede que la arquitectura moderna desplazase el aparato clásico de la representación monumental, pero también permitió que recursos tan fundamentales como el gran pórtico, el eje procesional y la plataforma ceremonial fuesen reinterpretados de un modo novedoso. La Ópera de Sidney de Utzon, era una prueba del modo en que un arquitectos del siglo XX podía encontrar sus fuentes de inspiración en una tradición (las ruinas del antiguo México) y transformarlas para enfrentarse a un escenario y un contexto totalmente distintos. En los años de posguerra, se apreciaba con frecuencia cierta presión en favor de una expresión "nacional" lograda usando medios modernos.
---
DE ANDA ALANÍS, Enrique X., Candela 1910-1997. El dominio de los límites. Taschen. Colonia, 2009.
Se ha dicho que junto a Eero Saarinen, Oscar Niemeyer y Jorn Utzon formaba parte de un grupo de arquitectos que, a partir de la década de 1950, utilizaron membranas de hormigón para crear dilatados espacios con formas geométricas monumentales…. Pero Candela no puede ser considerado parte de este grupo…. La postura de Candela fue muy clara; sus estructuras suponen el despliegue de altos vuelos imaginativos y parten de la geometría en el espacio; es decir, todas las formas propuestas surgen a partir de las evoluciones de figuras y planos que obedecen a una forma matemática y a un trazado en el que los puntos y coincidencias están sujetos a una ley.
La crítica que Candela hizo a otras membranas de hormigón se basó en que había partido de un gesto volitivo del autor. El argumento que explica su desacuerdo con la bóveda de la Ópera de Sidney deja muy clara su posición; si bien es cierto que se pudieron construir, fue debido a la solución estructural que tuvo que inventar Ove Arup, sobre todo teniendo en cuenta que las cubiertas creadas por Jorn Utzon carecían de las condiciones orgánicas precisas para ser estabilizadas sólo a partir de la forma.
---
MONTANER Josep Maria., La modernidad superada. Arquitectura, arte y pensamiento del siglo XX . Gustavo Gili. Barcelona, 2002.
págs.106-107.”La expresión de la arquitectura después del Movimiento Moderno”
..La obra paradigmática de esta búsqueda de una monumentalidad expresiva utilizando exclusivamente las formas modernas, es el proyecto para la Ópera de Sidney. Convocado el concurso en 1956... ganador en 1957 Jorn Utzon, gracias a la presencia en el jurado de Eero Saarinen.
Propuesta plataforma de granito rosa, construida sobre una península de roca, en contacto con el agua, y sobre ella, unos cuerpos ligeros en forma de conchas realizadas en hormigón. La solución técnica de estas formas tan atractivas fue muy laboriosa y requirió durante 6 años el asesoramiento de los ingenieros de Ove Arup and Partners, que fueron elaborando distintas propuestas... el trabajo de especialistas y consultores se dirigió en varias direcciones: pensar la manera de hacer técnicamente posible - cálculo, estabilidad y construcción - las formas ideadas por Utzon, estudia con precisión el volumen con los mecanismos del escenario para incluirlos bajo la forma de las conchas, establecer la relación entre las conchas exteriores y los techos acústicos interiores y calcular el peso propio de las cubiertas, teniendo en cuenta el recubrimiento de las tejas de cerámica y los techos interiores colgados de la estructura de la cubierta.
Proyecto definitivo de 1963 mantenía la idea escultórica inicial pero transformaba totalmente la estructura de las cubiertas: la idea inicial de una cascada de diez conchas simples de hormigón soportadas una sobre otra, se convirtió en un sistema de estructuras autoportantes, en forma de abanico, con costillas o nervaduras que se apoyaban en la base de la plataforma. Las cáscaras simples no trabajaban adecuadamente y hubieran podido caer como fichas de dominó. La estructura definitiva, en cambio, trabajaba seún la forma de arco. Sin embargo, las dificultades y presiones del proyecto fueron tales que en 1966 Utzon, a raíz de un cambio municipal hacia posiciones conservadoras, dimitió de la dirección de la obra.
Bajo la plataforma se desarrolla gran diversidad de actividades; acceso rodado, pasaje central de comunicaciones, salas de música y de grabación, teatros, biblioteca, cine, sala de exposciones, tiendas, restaurantes y acceso a los camerinos y escenarios. Los foyers estan situados en el extremo opuesto a la escalinata, con las mejores vistas a la bahía de Sidney.
Con esta obra Utzon lleva al máximo la posibilidad de expresión de la arquitectura moderna.... complejo arquitectónico que asume los mayores valores simbólicos. Las escalinatas del podium gigante simbolizan el paso del bullicio de la vida cotidiana hacia el espacio sagrado del arte y la cultura, de la música y el teatro. Las gradas de la plataforma de la Ópera de Sidney hacen referencia a todas las escalinatas monumentales del mundo. Utzon se había inspirado en los grandes ejemplos de la historia; desde la arquitectura maya hasta los monumentos orientales. Con los dibujos realizados durante sus viajes, interpretando ejemplos de distintas culturas.. Utzon había destilado una idea seminal: unas formas tan ligeras como nubes sobre unas grandes plataformas pétreas. Las formas de las cubiertas expresaban los valores simbólicos de las velas de un gran barco anclado en la orilla. El plano horizontal se refiere al mar, las cubiertas a las nubes... gran riqueza formal subordinada a los mecanismos de la producción en serie. Al mismo tiempo, ha pretendido reconstruir los fragmentos de un sentido espacial comunitario, que estaba presente en ciertos momentos históricos y que se había perdido.
Giedion saludó este proyeccto como la mayor realización de la tercera edad del espacio y como la consecución definitiva de esta nueva monumentalidad tan necesitada para la arquitectura del siglo XX, y consideró a Utzon como el más emblemático representante de la "tercera generación moderna". Según Giedion la Ópera de Sidney reunía los dos tipos de relación que una obra arquitectónica puede mantener con el lugar; por una parte, una relación de contraste planteada para revalorizar el lugar, tal como hacían las pirámides o los templos dóricos, y por otra parte, la amalgama o integración de la obra arquitectónica en el lugar tal como había demostrado la arquitectua orgánica de Frank LLoyd Wright y Aalto.
La solución final de la Ópera de Sidney se anuncia en parte en el concurso para el Palacio de los soviets con el proyecto de Ilia Sakharovich y Lidia Konstantinova... de la misma manera que Naum Gabo anuncia el proyecto de Saarinen para la terminal TWA de New York
Págs. 89-114... La obra paradigmática de esta búsqueda de una nueva expresividad utilizando exclusivamente las formas modernas, es el proyecto para la ópera de Sydney. En 1956 se convocó un concurso internacional en el que gracias a la presencia en el jurado de Eero Saarinen, ganó en 1957 el joven arquitecto danés Jorn Utzon.
Utzon proponía una gran plataforma de granito rosa, construída sobre una península de roca, en contacto con el agua y, sobre ella, unos cuerpos ligeros en forma de conchas realizadas en hormigón. La resolución técnica de estas formas tan atractivas fue muy laboriosa y requirió durante 6 años el asesoramiento de ingenieros de Ove Arup and Partners, que fueron elaborando distintas propuestas. El trabajo de los especialistas y consultores se dirigió en varias direcciones: pensar la manera de hacer técnicamente posible -cálculo, estabilidad y construcción- las formas ideadas por Utzon, estudiar con precisión el volumen con los mecanismos del escenario para incluirlos bajo la forma de las conchas, establecer la relación entre las conchas exteriores y los techos acústicos interiores y calcular el peso propio de las cubiertas, teniendo en cuenta el recubrimiento de las tejas cerámicas y los techos interiores colgados de la estructura de la cubierta.
El proyecto definitivo de 1963 mantenía la idea escultórica inicial pero transformaba totalmente la estructura de las cubiertas: la idea inicial de una cascada de 10 conchas simples de hormigón soportadas una sobre la otra, se convirtió en un sistema de estructuras autoportantes, en forma de abanico, con costillas o nervaduras que se apoyaban en las base de la plataforma. Las cáscaras simples no trabajaban adecuadamente y hubieran podido caer como fichas de dominó. La estructura definitiva, en cambio, trabajaba según la forma de arco. Sin embargo, las dificultades y presiones del proyecto fueron tales que 1966 Utzon, a raíz de un cambio municipal hacia posiciones conservadoras, dimitió de la dirección de la obra
Bajo la plataforma se desarrollan gran diversidad de actividades: acceso rodado, pasaje central de comunicaciones, salas de música y de grabación, teatros, bibliotecas, cine, salas de exposiciones, tiendas, restaurantes y acceso a los camerinos y escenarios. Los foyers están situados en el extremo opuesto a la escalinata, con las mejores vistas a la bahía de Sydney.
Con esta obra Uzton lleva al máximo la posibilidad de expresión de la arquitectura moderna. Se trata de un complejo arquitectónico que asume los mayores valores simbólicos. Las escalinatas del podium gigante simbolizan el paso del bullicio de la vida cotidiana hacia el espacio sagrado del arte y la cultura, de la música y el teatro. Las gradas de la plataforma de la ópera de Sydney hacen referencia a todas las escalinatas monumentales del mundo. Utzon se había inspirado en los grandes ejemplos de la historia: desde la arquitectura maya hasta los monumentos orientales. Con los dibujs realizados durante sus viajes, interpretando ejemplos de distintas culturas -teatros griegos, templos centroamericanos, pagodas orientales- Utzon había destilado una idea seminal: unas formas tan ligeras como nubes sobre unas plataformas pétreas. Las formas de las cubiertas expresaban los valores simbólicos de las velas de un gran barco anclado en la orilla. El plano horizontal se refiere al mar, las cubiertas a las nubes. Incluso la forma en abanico de la solución final, expresada en el ritmo de la estructura y el despiece, se convierte en metáfora del mismo ritmo musical. Todo ello, se ha conseguido mediante unas formas que concentran tanto al energía de la geometría como la de los organismos vivos. En su obra, Utzon ha sabido expresar una gran riqueza formal, subordinada a los mecanismos de la producción en serie. Al mismo tiempo, ha pretendido reconstruir los fragmentos de un sentido espacial comunitario que estaba presente en ciertos momentos históricos y que se había perdido.
No en vano Giedion saludó este proyecto como la mayor realización de la tercera edad del espacio y como la consecución definitiva de esta nueva monumentalidad tan necesitada por la arquitectura del siglo XX, y consideró a Utzon como el más emblemático representante de la “tercera generación” moderna. Según Giedion la Ópera de Sydney reunía los dos tipos de relación que una obra arquitectónica puede mantener con el lugar: por una parte, una relación de constrante planteada para revalorizar el lugar, tal como hacían las pirámides o los templos dóricos, y por otra parte, la malgama o la integración de la obra arquitectónica en ellugar tal como había demostrado la arquitectura orgánica de Frank Lloyd Wright y Alvar Aalto.
La solución final de la Ópera de Sydney se anuncia en parte en el proyecto de Ilia Sakharovich Vainshtein, Lidia Konstantinovna Komarova y Iuri Mikhailovich Mushinsky para el concurso del Palacio de los Soviets, de la misma manera que lapropuesta de Naum Gabo anunciaba el proyecto de Saarinen para la terminal de la TWA en Nueva York.
Tal como hemos visto, por lo tanto, el primer edificio público expresado con arquitectura modena no se hizo ni en Europa ni en Estados Unidos, sino en Brasil: el Ministerio de Educación y Sanidad en Río de Janeiro. Y el más completo ejemplo de nueva monumentalidad fue erigido en Australia. En los dos casos los autores eran arquitectos modernos, totalmente periféricos, ajenos a los CIAM y a la tradición racionalista dominante. En los tópicos, en dos capitales, Río de Janeiro y Sydney, que luchaban por ser símbolos de una nueva modernidad en la intervención de Lucio Costa, otorgando el derecho de supervivencia a los denostados conceptos académicos y en la obra de Jorn Utzon, sacando el máximo rendimiento a la vitalidad y energía de la corriente marginal del organicismo.
págs.115-140. “Tipo y estructura. Eclosión y crisis del concepto de tipología arquitectónica”
Toda la historiografía del Movimiento Moderno se basa en el establecimiento de genealogías y series de obras modélicas, de tipos ideales que van jalonando la aventura pionera y épica de la arquitectura moderna: el palacio de Cristal, la torre Eiffel, la fábrica Fagus, la fábrica Van Nelle. El mismo Sigfried Giedion basa todos sus escritos en la búsqueda de modelos ideales. De esta manera la Ópera de Sydney de Jorn Utzon es propuesta a finales de los años cincuenta como emblema de la "tercera generación" y de la tercera edad del espacio. En este período las últimas obras de Le Corbusier-la capilla de Ronchamp, el convento de la Tourette y el Capitolio en Chandigarh- también se convirtieron en nuevos tipos ideales.
Posiblemente, este artificio historiográfico utilizado por la crítica y la teoría arquitectónica del movimiento moderno, desde Edoardo Persico a Giedion, desde el Esprit Nouveau de Le Corbusier hasta AC. Documentos de Actividad Contemporánea del GATEPAC, haya perdido validez. Las crisis que se han evidenciado en las últimas décadas, con el hundimiento de los modelos ideales de sociedad y con el reconocimiento del pluralismo, el relativismo y un multiculturalismo abierto, se ha ido diluyendo el potencial instrumental del concepto de tipo-ideal y su validez universal.
---
MONTANER, Josep María., Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili. Barcelona, 2008.
págs.10-25. “La crisis del objeto”
La pequeña escultura de madera de Alberto Giacometti Proyecto para una plaza (1930-1931) nos da la clave para entender el espacio público de la arquitectura moderna: diversos objetos abstractos colocados sobre una plataforma. Una plataforma urbana que ya había intuido Karl Friedrich Schinkel en algunos de sus proyectos para Berlín. De la escultura de Giacometti pasamos a las cubiertas expresivas sobre plataformas de Jorn Utzon o Kenzo Tange, a los centros de gobierno, como el capitolio de Chandigarh de Le Corbusier, a la plaza de los tres poderes de Oscar Niemeyer en Brasilia, o a experiencias de campus universitarios modernos como el de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)en Ciudad de México (Plan General coordinado por Mario Pani y Enrique del Moral, 1947-1952) y el de la Universidad Central de Venezuela en Caracas (1944-1957) de Carlos Raúl Villanueva.
De hecho, algunas de las mejores lecciones de la arquitectura contemporánea consisten en los espacios creados entre los edificios y combinando edificios: desde las obras de los británicos Denis Lasdun, Alison y Peter Smithson y James Stirling, miembros de la llamada ‘’tercera generación’’, hasta los museos de Hans Hollein, los centros de participación ciudadana en Córdoba, Argentina, de Miguel Ángel Roca, o los espacios urbanos de Paulo Mendes da Rocha en Sao Paulo, Brasil
---
" La obra paradigmática de la búsqueda de una nueva expresividad utilizando exclusivamente las formas modernas, es el proyecto para la Opera de Sidney. Utzon ganador del concurso convocado en 1956, propuso una gran plataforma de granito rosa, construido sobre una península de roca, en contacto con el agua y, sobre ella, unos cuerpos ligeros en forma de conchas realizadas en hormigón.
La solución técnica de estas formas tan atractivas fue muy laboriosa y requirió durante 6 años el asesoramiento de los ingenieros de Ove Arup and Partners, que fueron elaborando distintas propuestas... el trabajo de especialistas y consultores se dirigió en varias direcciones: para pensar la manera de hacer técnicamente posible - cálculo, estabilidad y construcción - las formas ideadas por Utzon, estudia con precisión el volumen con los mecanismos del escenario para incluirlos bajo la forma de las conchas, establecer la relación entre las conchas exteriores y los techos acústicos interiores y calcular el peso propio de las cubiertas, teniendo en cuenta el recubrimiento de las tejas de cerámica y los techos interiores colgados de la estructura de la cubierta.
El proyecto definitivo de 1963 mantenía la idea escultórica inicial pero transformaba totalmente la estructura de las cubiertas: la idea inicial de una cascada de diez conchas simples de hormigón soportadas una sobre otra, se convirtió en un sistema de estructuras autoportantes, en forma de abanico, con costillas o nervaduras que se apoyaban en la base de la plataforma. Las cáscaras simples no trabajaban adecuadamente y hubieran podido caer como fichas de dominó. La estructura definitiva, en cambio, trabajaba según la forma de arco. Sin embargo, las dificultades y presiones del proyecto fueron tales que en 1966 Utzon, a raíz de un cambio municipal hacia posiciones conservadoras, dimitió de la dirección de la obra.
Bajo la plataforma se desarrolla gran diversidad de actividades; acceso rodado, pasaje central de comunicaciones, salas de música y de grabación, teatros, biblioteca, cine, sala de exposciones, tiendas, restaurantes y acceso a los camerinos y escenarios. Los foyers estan situados en el extremo opuesto a la escalinata, con las mejores vistas a la bahía de Sidney.
Con esta obra Utzon lleva al máximo la posibilidad de expresión de la arquitectura moderna, con un complejo arquitectónico que asume los mayores valores simbólicos. Las escalinatas del podium gigante simbolizan el paso del bullicio de la vida cotidiana hacia el espacio sagrado del arte y la cultura, de la música y el teatro. Las gradas de la plataforma de la Ópera de Sidney hacen referencia a todas las escalinatas monumentales del mundo. Utzon se había inspirado en los grandes ejemplos de la historia; desde la arquitectura maya hasta los monumentos orientales. Con los dibujos realizados durante sus viajes, interpretando ejemplos de distintas culturas.. Utzon había destilado una idea seminal: unas formas tan ligeras como nubes sobre unas grandes plataformas pétreas. Las formas de las cubiertas expresaban los valores simbólicos de las velas de un gran barco anclado en la orilla. El plano horizontal se refiere al mar, las cubiertas a las nubes... gran riqueza formal subordinada a los mecanismos de la producción en serie. Al mismo tiempo, ha pretendido reconstruir los fragmentos de un sentido espacial comunitario, que estaba presente en ciertos momentos históricos y que se había perdido.
Giedion saludó este proyeccto como la mayor realización de la tercera edad del espacio y como la consecución definitiva de esta nueva monumentalidad tan necesitada para la arquitectura del siglo XX, y consideró a Utzon como el más emblemático representante de la "tercera generación moderna". Según Giedion la Ópera de Sidney reunía los dos tipos de relación que una obra arquitectónica puede mantener con el lugar; por una parte, una relación de contraste planteada para revalorizar el lugar, tal como hacían las pirámides o los templos dóricos, y por otra parte, la amalgama o integración de la obra arquitectónica en el lugar tal como había demostrado la arquitectua orgánica de Frank LLoyd Wright y Aalto.
La solución final de la Ópera de Sidney se anuncia en parte en el concurso para el Palacio de los soviets con el proyecto de Ilia Sakharovich y Lidia Konstantinova... de la misma manera que Naum Gabo anuncia el proyecto de Saarinen para la terminal TWA de New York"
Facundo Nicolás GUERRERO
---
"Asentada en un paisaje marítimo excepcional, sobre el extremo de una península y dando la bienvenida al puerto de la ciudad, la Ópera de Sidney es una de las obras arquitectónicas más conocidas del arquitecto danés Jorn Utzon, quien ejecutó el proyecto una vez ganado el concurso para su construcción en 1957. Su cubierta creada mediante cúpulas parabólicas, que recuerda a una serie de cáscaras, hacen que la obra penetre en la retina del espectador, convirtiendo este edificio en uno de los más reconocibles del planeta.
Esta escultura urbana, no sólo se caracteriza por sus múltiples corrientes creativas e innovadoras, también por su diferente y nuevo planteamiento de la construcción. Y es que la solución técnica para la construcción de los cuerpos ligeros en forma de conchas realizados en hormigón no fue tarea fácil. Fue tan laboriosa, que el asesoramiento de los ingenieros de Ove Arup and Partners tomó varias direcciones para poder llevar a cabo el cálculo, la estabilidad y la construcción de las formas ideadas por Utzon, requiriendo la labor de los ingenieros durante 6 años. Estas dificultades con la estructura y las grandes presiones del proyecto hicieron que en el año 1966, Utzon dimitiera de la dirección de la obra.
La reconocible obra descansa sobre una base maciza. Este zócalo es, de hecho, el edificio que alberga la ópera y donde se distribuyen los diferentes espacios que la componen como los camerinos, las salas de ensayo, los almacenes, las oficinas, incluso una biblioteca. Este podio, también interpretado como una gran meseta elevada, se caracteriza a su vez por la gran escalinata monumental que parte desde la calle, ocupando toda su anchura. Este plano horizontal se ve interrumpido en dos ocasiones, coincidiendo con las gradas del público en las dos salas existentes. Su recubrimiento de granito rosa hace que la plataforma transmita una imagen de solidez tectónica.
Sobre este macizo zócalo, se sustenta la cubierta, cuyo diseño fue modificado y su estructura fue replanteada para así responder a la problemática estructural aún existente con el podio ya construido. Atrás quedaba la idea inicial de las conchas de hormigón soportadas una sobre otra. Una estructura autoportante y que descansaba directamente sobre la base de la plataforma fue la solución. Esta nueva estructura que se propone, en forma de abanico y sustentada con nervaduras, es la que hoy en día visualizamos, y quizás la parte más representativa de la obra. Estas conchas cubren los espacios de concurrencia pública, es decir, el teatro de ópera, con cuatro parejas de valvas; el auditorio para conciertos, cubierto de otras 4; y el restaurante, con dos parejas de valvas más pequeñas. El planteamiento plástico de las cubiertas fue contrario al establecido para el zócalo, ya que se trata de unas superficies curvas, blancas y brillantes.
Y así, Jorn Utzon crea una de las obras más reconocibles del planeta llevando al máximo el expresionismo arquitectónico y abriendo la puerta a la construcción de edificios con formas geométricas complejas. Utzon se inspiró en los grandes ejemplos de la historia para componer los principales elementos de la obra, llenos de simbolismo, desde el guiño a las escalinatas monumentales en el zócalo, hasta los valores simbólicos de las cubiertas parabólicas como si de unas velas de un gran barco se tratase.
AHEDO TAPIA Alex Nicolás