Inprimatu

EUR. Palacio de Congresos.

  • 1937 - 1954
  •  
  • LIBERA, Adalberto
  •  
  • Roma
  • Italia

 RIVERA, David.,La otra arquitectura moderna. Expresionistas, metafísicos y clasicistas. 1910-1950.Edit. Reverté. Barcelona, 2017.


Págs. 159-190.” El clasicismo moderno en Italia”


Otro edificio importante para entender la síntesis clásica emprendida por los arquitectos italianos de la época es el Palazzo dei Congressi, situado en el otro polo de la EUR y directamente relacionado con el anterior por el eje transversal del conjunto, definido en todos su decurso por edificios clásico-abstractos. Se trata de la obra más importante de Libera, una de las figuras prominentes del Movimiento Moderno en Italia. Su construcción comenzó en 1938, pero el edificio quedó incompleto hasta después de la II Guerra Mundial, al igual que el Palazzo della Civiltà Italiana; sus espacios están contenidos en un gran prisma cuadrado de 45 metros de lado, de cuya parte central emerge un volumen más alto que contiene la sala principal. El vanguardismo de Libera se aprecia en la desnudez de paramentos y volúmenes, en los espacios abiertos y continuos del interior (el gran vestíbulo y las galerías laterales que rodean la enorme y vacía sala dei ricevimenti, espacio para las recepciones) y en los grandes paños continuos de vidrio que cierran de arriba abajo los lados delantero y trasero de la 'caja' (un efecto más visible en el lado trasero, que carece de columnata). Los vanos acristalados curvos situados en lo alto de la 'torre' central —que proporcionan al edificio un aspecto futurista— resultaban tan innovadores como la cubierta plana aprovechable que sirve de mirador, y que en la parte trasera del edificio se transforma en auditorio abierto.


Pero la naturaleza precisa de este 'palacio de congresos', con toda su radiante modernidad, se delinea cuando consideramos el carácter clásico que muestran al mismo tiempo todos estos elementos modernos. El esquema básico de la caja cuadrada atravesada y coronada por un cuerpo cúbico es un recurso típico del sistema beaux-arts. La cubierta del volumen alto, una bóveda vaída rebajada, es tan clásica como los vanos curvos de vidrio, que recuerdan a los lunetos, y cuyos segmentos circulares tienen su centro ideal en el suelo, con lo que insinúan un arco gigante no muy distinto, en realidad, al que el propio Libera había proyectado como puerta monumental de entrada al conjunto de la EUR. El famoso teatro situado en la cubierta plana, de mármol y en pendiente, es una abstracción del teatro clásico. El aplacado continuo en todo el exterior trae de nuevo a la mente la imagen de las formas monumentales desnudas de las ruinas romanas. Las cajas rehundidas que anteceden a las cristaleras en las fachadas delantera y trasera son atrios abiertos. Las proporciones de todos los volúmenes y elementos (las carpinterías metálicas, por ejemplo) son clásicas. Y la fachada principal —con su gran columnata, su composición jerárquica (el volumen central gravita sobre ella), la enorme cuña flotante que iba a sostener una gran cuadriga esculpida y las letras muy romanas grabadas en el friso— parece llegar a la EUR desde los cuadernos de Étienne-Louis Boullée o Jean-Nicolas-Louis Durand, y guarda una sorprendente semejanza estructural con el Altes Museum de Berlín, de Karl Friedrich Schinkel, aun cuando en el Palazzo dei Congressi las columnas son cilíndricas y carecen de basa y capitel.


En unas declaraciones realizadas mucho después de la guerra, Libera afirmaba que las columnatas eran condición sine qua non para ganar un concurso en la época fascista, lo que alude a la constante intervención de Piacentini en los proyectos de la EUR, en busca de una monumentalidad inequívoca para el aspecto exterior del conjunto. Pero a fin de cuentas, el Palazzo dei Congressi representa claramente la estética de una época concreta. En su momento, el propio Libera defendió la cualidad clásica y monumental que relacionaba su edificio con los templos y las basílicas de la mismísima «tradición romana», y en todo caso se mostró más favorable al clasicismo explícito que otros de sus colegas, más inflexibles y críticos, como Pagano y Terragni.

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