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Cementerio judio de Königsberg

Cementerio judio de Königsberg

  • 1927 - 1929
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  • MENDELSOHN, Erich
  •  
  • Kaliningrado
  • Rusia

COBBERS Arnt. Erich Mendelsohn (1887-1953). El visionario analítico. Edit. Taschen. Colonia, 2007.


Págs. 46-47. "Si bien Mendlesohn no practicaba su religión, su pertenencia al judaismo le resultó importante durante toda su vida. Su primer contacto con Palestina en el año 1923 le impresionó profundamente; en una carta de ese año se definía a sí mismo como un "oriental de Prusia Oriental". Ya tempranamente adivinó los peligros del nacionalsocialismo en expansión y, al perecer, en los años veinte consideró una emigración a Palestina o a EE.UU. como sulución de emergancia ante la crisis que afectaba a una Alemania que iba a la deriva hacia la derecha. Desde su época de estudiante, Erich Mendelsohn declaró ser sionista y apreciar mucho los escritos de Martin Buber. 


El primer edificio proyectado por Mendelsohn siendo estudiante, en 1911, fue una capilla para el cementerio judío de su ciudad natal, Allestein. En 1925/26 construyó en Tilsit, Prusia Oriental, un centro para la comunidad, la Logia de los Tres Patriarcas y, en 1930-1932, en Essen, el muy sobrio centro para la juventud judia, que fue presa de las llamas en 1938, durante la noche de los Cristales Rotos.


El mismo fin sufrió el Cementerio judío de Konigsberg, uno de los cementerios judios de la capital de Prusia Oriental. Este proyecto alcanza un rango muy especial en la obra de Mendelsohn; es el único trabajo que lo desafió también como arquitecto paisajístico. 


Delante del portal del cementerio estaba emplazado el edificio para la admministración, de una planta y con viviendas para el administrador, un jardinero y un vendedor de flores. Desde el acceso al cementerio, un camino central conducía, articulado por setos y a través del conjunto simétrico de las tumbas de honor, hasta el edificio principal, detrás del cual se extendía el amplio parque con el campo de tumbas propiamente dicho. Atravesando un pequeño jardín-cementerio interior, se accedía al edificio funerario que constaba de una nave central alta y de dos laterales más bajas. En estos bloques laterales alargados, iluminados por fajas de ventanas y protegidos con cubiertas planas en voladizo, se encontraban los depósitos de cadáveres, separados por sexos. Mendelsohn definió con severidad y sobriedad el edificio, revestido de ladrillo visto negro, cuyo único ornamento consistía en fajas de enlucido horizontales y verticales en la nave central. El interior se había limitado a los colores "marrón oscuro, blanco azulado y bronce" y enfatizado en la fachada del acceso por vitrales pintados con motivos geométricos. 

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