“A veces me basta un retazo que se abre justo en medio de un paisaje incongruente, unas luces que afloran en la niebla, el diálogo de dos transeúntes que se encuentran en pleno trajín, para pensar que a partir de ahí juntaré pedazo por pedazo la ciudad perfecta, hecha de fragmentos mezclados con el resto, de instantes separados por intervalos, de señales que uno envía y no sabe quién las recibe. Si te digo que la ciudad a la cual tiende mi viaje es discontinua en el espacio y en el tiempo, a veces rala, a veces densa, no creas que hay que dejar de buscarla”.
Italo CALVINO. Las ciudades invisibles
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En una cálida noche mediterránea de julio de 1964, André Malraux inauguró una institución única ubicada en la cima de una colina en Saint-Paul-de-Vence con vistas a la Riviera francesa: la Fundación Maeght. Ésta es una fundación privada de arte moderno y contemporáneo, fundada por Marguerite y Aimé Maeght,editores y coleccionistas de arte queanteriormente fundaron la Galería Maeght en París, y más tarde en Barcelona, en los años 40.
La Fundación Maeght forma parte de un grupo distintivo de instituciones similares de la década de 1960 que incluyen Gulbenkian en Portugal y Louisiana en Dinamarca. Estas instituciones se llamaban fundaciones de arte. Asimismo, sigue el camino abierto por el Musée d’art Moderne André-Malraux (Le Havre, 1961), el cual rompe con el concepto del “museo cerrado” para dar lugar aun espacio flexible en armonía con el entorno marino.
En el discurso inaugural de la Fundación,André Malraux (escritor y ministro de Cultura) exclamó: "esto no es un museo". La principal idea que respalda este nuevo concepto de “museo”, tiene sus raíces en las teorías del propio Malraux, las cuales expresa en su ensayo Museos Imaginarios (1947). Ante un mundo hostil y poco entendido por el ser humano, éste se embarca en la búsqueda de sentido a través de la creación de un mundo del arte, el cual no es un simple deleite estético (“el artista no es el transcriptor del mundo, sino su rival”). A pesar de que el arte no es una religión, bien podríamos decir que éste pretende abordar las mismas preguntas fundamentales que persiguen las religiones, ya que el arte, como Malraux escribió, “niega nuestra nada”. Por lo tanto, un museo imaginario podría ser la colección de todo tipo deobras a nuestro gusto y semejanzadonde poder refugiarse desde esta clave metafórica y existencialista.
Los Maeght anhelaban un lugar donde mostrar arte moderno y contemporáneo en todas sus formas. No solamente la pintura y la escultura, sino todas las artes avant-garde de los años 60, con actuaciones musicales de las composiciones de Igor Stravinsky, John Cage, Pierre Boulez, K. Stockhausen, Takahashi...,así como actuaciones en solitario de pianistas contemporáneos como Yvonne Loriodo recitales de la obra poética de Paul Valéry, Samuel Beckett, André Breton, Paul Eluard, Jacques Prévert...En definitiva, un lugar donde reunir a sus amigos artistas para crear, intercambiar ideas y exhibir sus obras. Este anhelo empezó a tomar forma una vez que visitaron el estudio que Josep Lluís Sert había diseñado para Joan Miró en Palma de Mallorca en la década de 1950. Fue esta arquitectura escultórica la que llevó a Aimé Maeght, editor de Miró desde 1947, a confiar su gran proyecto a Sert: la creación de la primera fundación privada dedicada a las artes visuales en Europa. Por aquel entonces Sert ya era conocido por su regionalismo, tanto climático como sociocultural. Sus ideas sobre la habitabilidad humana y las condiciones geomórficas lo hicieron receptivo al paisaje y al diseño del jardín, los cuales desarrolló junto a Joan Miró. Además de éste, pintores y escultores como Giacometti, Braque y Chagall participaron en la creación de espacios y obras que se integrarían en el edificio y en su entorno natural, como la Terraza de Giacometti y la Habitación y la Piscina de Braque.
La Terraza de Giacometti consiste en un espacio exterior cerrado por dos muros laterales y abierto hacia el horizonte por su parte frontal, donde éste coloca cuatrode sus características lánguidas esculturas de forma humana, caminando en diversas direcciones. La propia terraza constituye una escultura en sí misma, con la pretensión de involucrar al espectador caminante en su continuum espacial para poder estar completa.
La Habitación de Braque consiste en un volumen pensado para exponer obras, con una única apertura hacia su propia continuación, que es la Piscina de Braque. Éste tercer espacioopera como un espejo que refleja y, a su vez, como elemento del Mediterráneo -el agua-. La Habitación de Braque interactúa visualmente con ésta otra a través de su gran apertura de vidrio y de la superficie del agua, cuyas ondulaciones se reflejan en el techo de la habitación. Estos reflejos funden los objetos distantes con los más próximos, creando una capa más dentro de la complejidad conceptual de los espacios de Sert.
La Fundación Maeght evita la ortodoxia museística imperante y las prevalecientes asunciones contemporáneas adquiriendo su carácter arquitectónico a través de múltiples narrativas que lo dotarán de un estado alegórico: el Mediterráneo yel concepto del Laberinto.
Por un lado, Sert reinterpretó desde una clave moderna los códigos de un pueblo mediterráneo: la blancura, la tierra y los patios. Es decir, la naturaleza no es una simple anécdota en este proyecto, sino parte intrínseca del carácter arquitectónico. Esto noscpermite descubrircen un solo movimiento tanto las obras presentadas en su interiorccomo la belleza del paisaje circundante. El arquitecto hizo uso de la iluminación indirecta y natural para ver obras de arte, y un diseño espacial propicio para la contemplación. Con tan sólo 850 metros cuadrados de espacio cerrado, el complejo de la Fundación Maeght consiste en un juego de volúmenes con espacios interiores y exteriores, el cual abarca desde un jardín de esculturas, patios y terrazas, hasta salas de exposiciones, una capilla, una biblioteca y una librería. Cada uno de estos espacios fueron diseñados para encarnar conceptos personales del espacio y movimiento de cada artista.
Ya en la entrada, la intención de representar la vida mediterránea queda subrayada con una agrupación aldeana donde convergen lugares de encuentro como un jardín, una pequeña cafetería y una capilla. Para Sert, el concepto de pueblo sugería un lugar de urbanismo cívico y democrático. Por ello, este gesto no es un simple apéndice, sino la sustentación de profundas convicciones respecto a un modo de entender la vida social, el cual encarna el énfasis del espacio exterior en la vida mediterránea. En el terreno escogido existían ruinas pertenecientes a una antigua capilla dedicada a Saint Bernard, casualmente patrón del joven hijo fallecido del matrimonio Maeght, por lo cual vieron su reconstrucción como una oportunidad de homenaje a éste. La pequeña capilla posee un crucifijo donado por Balenciaga, el cual ocupa toda la atención del lacónico espacio interior, siempre iluminado oblicuamente por la luz cenital que deja entrar la pequeña vidriera diseñada por Braque. Este pequeño volumen de piedra es coronado por una cubierta semicurva de hormigón autoportante, característica de Sert, en cuyo corte se encuentran dichas vidrieras. Asimismo, en unos de los laterales del muro de piedra existen unos grabados de pizarra -hechos por Raoul Ubac- representando las Doce Estaciones de la Cruz.
Para el resto de los volúmenes del conjunto (patios, terrazas, y, sobre todo, salas de exposiciones), la arquitectura vernácula se convierte en un punto de referencia, la cual representa la auténtica adaptación al lugar con sus condiciones climáticas. “Es interesante observar la libertad de las aperturas en las granjas y pueblos donde no había arquitectos y las necesidades humanas dictaban las posiciones y tamaños de las aperturas en las paredes... Se abren a la belleza del paisaje, a la vida y al movimiento del peatón en las calles, al jardín, al distante horizonte, al atardecer y a los ruidos y olores de las cosas vivas”, exclamaba Sert. Él creía que la arquitectura debía abstenerse de imitar los estilos históricos del pasado y devolver a la arquitectura a su expresión natural, la cual está estrechamente relacionada con las condiciones técnicas, sociales y económicas del presente. Por ello, en un afán de reflejar los nuevos materiales y técnicas del momento, Sert utiliza el hormigón como material estructural, aun manteniendo una clara relación con los volúmenes, formas y concepto de aperturas de la arquitectura vernácula mediterránea.
Por otro lado, en el diseño de la Fundación el concepto del movimiento es una cuestión central. Sert y Miró, fascinados por la Grecia arcaica, buscaron inspiración directa en los orígenes asociados con el laberinto y comenzaron a trabajar en diagramas de circulación como herramienta inicial. El principal antecedente es el Palacio de Knossos, sitio del laberinto original, a partir del cual hacen un ejercicio de simplificación en complejidad y dimensión. Estas similitudes históricas no sólo se encuentran en las plantas, sino también en los alzados en cuanto a ornamentación y estructura. Las cubiertas transitables de la Fundación Maeght están coronadas en sus extremos por unas llamativas estructuras cóncavas sostenidas por dos pilares en sus dos extremos. Además de una clara referencia a los elementos escultóricos en forma de cuernos de los toros -sostenidos por dos pilares también- de Knossos, este gesto bien podría ser la culminación de la simpatía que profesaban por el Surrealismo, o profesaron en su juventud, tanto Aimé Maeght, Miró, como Sert, en el cual el tema de los toros, minotauros y laberintos son distintivos (no por casualidad dibuja Picasso un minotauro para la portada del primer número de la revista surrealista “Minotaure” en 1933). De este modo, Sert juega a ser Dédalo y sitúa al Laberinto de Creta, con un alegórico minotauro, en el corazón de la Fundación Maeght.
En suma, la Fundación Maeght invita al visitante a inducirse en un mundo que queda definido por la relación que se establece entre arte y público, el lenguaje arquitectónico del conjunto y, sobre todo, por su estado alegórico constante respecto al laberinto; un laberinto de arena, piedras, cemento, espejos, tiempo y palabras.
Ibane ZABALA
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“El hilo se ha perdido; el laberinto se ha perdido también. Ahora ni siquiera sabemos si nos rodea un laberinto, un secreto cosmos, o un caos azaroso. Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad".
Jorge Luis BORGES. El hilo de la fábula