Inprimatu

MONTANER, Josep María., Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili. Barcelona, 2008.


págs. 64-89. “Sistemas orgánicos”


 Ecotopos. Existen, en primer lugar, formas proyectadas que se inspiran en las morfologías originarias naturales a gran escala. Nos referimos a las formas basadas en los ecosistemas, en la estructura de los ecotopos biotopos; es decir, los sistemas espaciales delimitables con una estructura homogénea, trabado y coherente, que mantiene un cierto carácter integral, en la que se desenvuelve la vida de los organismos o la biocenosis. Son las formas anudadas, a la manera de dedos gigantescos, que definen las grandes masas de vegetación como los bosques; las formas sinuosas de los recorridos del agua, como los ríos con sus meandros; o las formas onduladas del coral y de los cayos.


Los ejemplos contemporáneos más próximos a las formas de los ecotopos son los que adoptan los proyectos de anillos verdes alrededor de las ciudades. No en vano se trata precisamente de un proceso de recuperación ambiental con la voluntad de rehacer las formas de dedos o de mosaico de los sistemas ecológicos. El antecedente de los anillos verdes es la propuesta del Green Belt en el plan para el Gran Londres (1944) de Leslie Patrick Abercrombie(1879-1957), inspirado en el sistema de coronas propuesto por Ebenezer Howard en su idea de ciudad jardín y en la propuesta de ciudad viva de Patrick Geddes. Este urbanismo de los ecotopos se manifestó también el plan para Copenhague (1947), con cinco dedos gigantes que definen la estructura de crecimiento controlado y la descentralización respetando el entorno paisajístico.


Actualmente están en proceso entre otros, los anillos verdes para Barcelona, para proteger e interconectar parques y reservas existentes; para Vitoria, que articula sus cuatro grandes parques (Zabalgana, Salburúa, Armentia y Olarizu); para Lille (Francia)y para las ciudades italianas de Turin, Roma y Milán. Se trata de reconstruir sistemas de grandes espacios naturales (parques naturales existentes y parques en proceso de creación) interconectados por corredores biológicos y ecológicos.


 


FUSCO Renato de ., Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992.


Págs.445-549 .“Un código virtual” 


Además, como ya se ha observado, el nuevo empirismo se presentó como una propuesta completa, desde el arte aplicando el design, desde la decoración a la arquitectura y la urbanística. En este campo debe recordarse la adopción para Copenhague en 1951-1954 del llamado plano de los cinco dedos; el de Estocolmo, orientado por Markelius, de 1952; el de la región de Oslo, en curso de elaboración, en 1959. Todo esto no se justifica exclusivamente por el éxito de una tendencia del gusto, pero, por otra parte, no es casual la coincidencia con el arraigo del nuevo empirismo. Este representaba en síntesis, aparte de la favorable coyuntura política, económica y técnica de los escandinavos en general, y de los suecos en particular, una superación ≪incruenta≫ del racionalismo, basada en la sustitución de las normas rígidas y programáticas por el sentido común, de un espíritu de protesta por uno de adhesión y de integración, del rechazo de la historia por la utilización de motivos y de matices tradicionales y regionales. Esta modificación de la actitud sirvió para hacer más popular el proceso del Movimiento Moderno, más adecuado a los nuevos tiempos y aceptado sin reservas, hasta el punto de eliminar de sus productos toda carga destructiva y en la misma medida cualquier otra aportación positiva de la cultura contemporánea. Pero es indudable que con este profesionalismo opulento se han perdido también muchos valores esenciales en la evolución de la arquitectura moderna. No es accidental que, tras los años cincuenta, la arquitectura escandinava, más o menos neoempirista, se convierte en un fenómeno limitado a aquellas regiones afortunadas, con muy poca capacidad para incidir en la compleja problemática arquitectónica de los restantes países.


 


 

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