pág.12-19 "Transformaciones culturales: la arquitectura neoclásica, 1750-1900."
"Esta construcción ‘translúcida’ se hizo realidad en la iglesia de Ste-Geneviève de París, de Jacques-Germain Soufflot, comenzaba en 1755. Soufflot -que en 1750 había sido uno de los primeros arquitectos en visitar los templos dóricos de Paestum- estaba decidido a recrear la ligereza, la espaciosidad y las proporciones de la arquitectura gótica a base de elementos clásicos, por no decir romanos. Con este objetivo, adoptó una planta de cruz griega, con la nave central y las laterales formadas por un sistema de cúpulas rebajadas y arcos semicirculares apoyados en un peristilo interior continuo".
Págs. 29-40. “Transformaciones técnicas: ingeniería estructural, 1775-1939”
Aparte su uso en las catedrales del siglo XIII, el refuerzo de obra de ladrillo y hierro forjado en Francia tuvo su origen en Paris, en la fachada este de Perrault, en el Louvre (1667) y en el pórtico de Soufflot de Sante Geneviève (1772). Ambas obras anticipan el desarrollo del hormigón armado. En 1776 Soufflot propuso un techo de tirantes de hierro para una planta del Louvre, proyecto que abrió el camino para la labor precursora de Victor Louis, es decir, para el tejado de hierro que Louis construyó para el Théatre Français de 1786, y su teatro en el Palais Royal en 1790. En este último combinó un tejado de hierro con una estructura hueca y a prueba de incendio para el piso, sistema una vez más derivado de la bóveda del Rosellón. Que el fuego era un peligro creciente en las ciudades es cosa que cabe observar en le Halle au Blé, en Paris, cuyo tejado quemado fue sustituido en 1808 por una cúpula reforzada con hierro, diseñado por el arquitecto F.J. Belanger y el ingeniero F.Brunet. En realidad fue uno de los primeros ejemplos de clara división de trabajo entre arquitecto y constructor. Entre tanto, se había realizado la primera aplicación francesa de hierro a la construcción de puentes, con la creación del elegante Pont des Arts, sobre el rio Sena, erigido según los diseños de L.A. de Cessart, en 1803.
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Pág.979-987. Un mundo del que escoger. La cosecha arquitectónica.
Se buscaba la solemnidad, al menos en edificios públicos. El blanco al que se oponía esta tendencia, por supuesto, era el opulento sensualismo del barroco, en el que la ilusión, asegurada por cualquier medio, había importado mucho más que la estructura o que la realidad constructiva. Lo que se estaba rechazando ahora era aquella rica tradición de efectos añadidos: la plasticidad de los muros plegados con columnas y pilastras adosadas, animados con sinuosos ritmos y con abundante decoración escultórica y pictórica. El antídoto debían ser muros simples y rectilíneos e hileras de columnas exentas de entablamentos rectos. Podemos señalar algunos ejemplos pasados de tal rigor: los brazos de la columnata de Bernini para la plaza de San Pedro, los frentes en pedimento de las villas de Paladio, la simplicidad protestante de San Pablo del Covent Garden, y aún antes, la purezacolumnaria de Brunelleschi. Pero la erudición del diseño neoclásico, la creencia de que estaba recobrando algunos de los primeros principios elementales de la arquitectura, y su deseo de abstraer esencias de los grandes edificios, ocupen el lugar que ocupen en el espectáculo de la historia, eran actitudes nuevas y de gran alcance.
Una fase temprana es la ejemplificada por la iglesia de Soufflot de Ste.-Geneviève, patrona de Paris, comenzada en 1757. Podemos ver en planta su parecido con San Marcos de Venecia; ambas tienen cúpulas sobre los cuatro brazos de la cruz griega. Estas cúpulas son soportadas por columnas exentas con entablamentos rectos, y hay hileras de columnas exentas entre este núcleo interior y el caparazón exterior. Probablemente nos resulte menos fácil apreciar, debido a alteraciones posteriores, la extrema ligereza de su superestructura, lo que venía impuesto por tan esbelto sistema de soportes, derivado intencionalmente por Soufflot de sus estudios acerca de la estática gótica.
Pero este interior es, a pesar de ello, romano en su sentimiento y rico en su decoración.