Inprimatu

St. Pancras Station

Saint Pancras Station
  • 1819 - 1871
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  • BARLOW, William Henry
  • ORDISH, Rowland Mason
  • GILBERT SCOTT, George Ampliación   1865 - 1873
    Fachada del estilo victoriano
  • LANSLEY, Alastair Restauración, Ampliación   2001 - 2007
    La restauracion del estación ya existente, y el diseño de la nueva plataforma cubierta situada en la zona oeste del antiguo.
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  • Londres (Inglaterra)
  • Reino Unido
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CURTIS William. J.  La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 3ª edición en español. 1ª edición 1986 (edición original 1982). 


Págs.33-51 .“La industrialización y la ciudad. El rascacielos como tipo y símbolo” 


Si el hotel Midland, de George Gilbert Scott, situado delante de la estación londinense de St. Pancras (1865-1871)adoptó la forma de un château gótico, la estación de King’s Cross (1851-1852), de Lewis Cubitt,situada al lado, adoptó las solución más directa de un gran frontispicio de amplios arcos de ladrillo que indicaban la presencia de las naves que había detrás. Esto no era tanto ‘funcionalismo’ como la representación de la función: una imagen audaz y directa que evocaba asociaciones que viaductos y puentes.


La movilidad era la clave de esta nueva clase de ciudad, y la circulación tenía un impacto fundamental en su formaEl ferrocarril -que permitía tales concentraciones de mercancías y personas- eran tanto un hecho como un símbolo: provocaba el cambio, pero también lo representaba; cortaba en piezas la ciudad delimitada, derribaba las antiguas fronteras entre los mundos urbanos y rural, y llevaba las escorias de las minas y los residuos de las fábricas a las afueras de las ciudades. Si uno de los resultados fue un nuevo ‘paisaje intermedio’, otro fue un caos cívico en el que se confunden las antiguas jerarquías existentes entre las instituciones. La industrialización cambió el tamaño, la figura y las relaciones de los edificios en el paisaje ciudadano, perturbando las convenciones de representación existentes y exacerbando las incertidumbres con respecto al fundamental estilo. La propia estación ferroviaria encarna la confusión semántica: una nave utilitaria a un lado y una fachada urbana de forma incierta al otro


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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Págs. 29-40.“Transformaciones técnicas: ingeniería estructural, 1775-1939” 


La terminal ferroviaria ofrecía un reto peculiar para los cánones recibidos de arquitectura, puesto que no había ningún tipo disponible para expresar y articular adecuadamente la comunicación entre el edificio principal, y el cobertizo para los trenes.  Este problema que tuvo su primera resolución arquitectónica en le Gare de l´Est, de Paris, construida por Duquesney en 1852, tenía cierta magnitud, ya que estos terminales eran en realidad las nuevas puertas de entrada de la capital.  El ingeniero Léonce Reynaud diseñador de la primera Gare du Nord parisiense en 1847, estaba al tanto de esta cuestión de “representación” cuando escribió en su Traité D´Architecture (1850).


“El arte no tiene el rápido progreso y las súbitas evoluciones de la industria, con el resultado de que la mayoría de los edificios hoy al servicio de los ferrocarriles dejan más o menos que desear en relación tanto con la forma como con la disposición. Algunas estaciones parecen tener la adecuada distribución, pero con las características de una construcción industrial o temporal más bien que las de un edificio destinado al uso público. “


Nadie puede ser mejor ejemplo de esta cuestión que la estación de St. Pancrás, en Londres, donde el vasto cobertizo, de 74 m de luz constuido en 1863-1865 según los planos d W.H. Barlow y R.M. Ordish, estaba totalmente divorciado del hotel y el edificio principal de estilo gótico revival, completado en 1874 de acuerdo con los diseños de George Gilbert Scott. Y la realidad de St. Pancras se aplicaba también a los planos de Burel para Paddington, en Londres (1852), donde una vez más, a pesar de los esfuerzos conscientes del arquitecto Matthew Digby Wyatt, el edificio de la estación, bastante rudimentario, quedó inadecuadamente relacionado con los perfiles de bóveda de cobertizo.


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PEVSNER, N ., Pioneros del diseño moderno. De William Morris a W. Gropius. Ed. Infinito. Buenos Aires,2003.


Págs.109-136 .“La ingeniería y la arquitectura en el siglo XIX” 


El hierro y el vidrio constituyen, también, ventajas obvias en la construcción de mercados y estaciones ferroviarias, dos tipos de edificios a los que el fabuloso crecimiento de población en las ciudades a comienzos del siglo XIX y el creciente intercambio de materiales y productos entre las fábricas y ciudades, llevaron a un primer plano de interés. El mercado próximo a la Madeleine en París, ya en 1824 poseía una construcción elemental en hierro y vidrio. No era abovedado, pero en 1845 Héctor Horeau sugirió, para la reconstrucción del Mercado Central en París, una bóveda de vidrio de 300 pies (90 m.) de luz. Esta hubiera alcanzado la mayor luz cubierta hasta el momento, en estaciones ferroviarias, la de la Broad Street Station en Filadelfia, de 1893 y hubiera sobrepasado las bóvedas que se usaron en las primeras estaciones ferroviarias en Inglaterra: la de New Street, Birmingham, construida por Cowper en 1854 y que cubría 212 pies (64 m.) y la de St. Pancras, Londres en 1865, obra de W. H. Barlow, con una luz de 234 pies (70 m.). El Mercado de París tal como fue realizado por Baltard & Callet en 1852-59, es también de vidrio y hierro pero sin abovedar y no presenta ningún mérito especial.


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 FUSCO Renato de ., Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992.


Págs.11-64.“El Eclecticismo Historicista” 


Haciendo una reseña de algunas de estas tipologías recordaremos la Galerie d'Orléans, parte del Palais Royal de París, ejemplo construido por Fontaine en 1829, como el primer ejemplo de las galerías públicas decimonónicas; los invernaderos botánicos, cuyo prototipo fue realizado en el año 33 en París por Rouhault; el caso del Jardin d'Hiver en los Campos Elíseos, realizado en el 47, como fusión de un gran invernadero con una galería superior, un lugar de paseo y encuentro. Entre las principales estaciones ferroviarias podemos mencionar la Euston Station del 46 de Londres; la King 's Cross del 52, en la misma ciudad; la Gare du Nord, de 62 en Paris; la St.Pancras del 68, también en Londres; la Anhalter Bahnhof de Berlín, del 78; la estación de Francfort que anticipa la estructura de la célebre Halle des Machine de la Exposición de París del 89. Otro campo de aplicación de las cubiertas de hierro y cristales son los mercados cubiertos de los cuales los mas notables son: el de la Madeleine, en París, del 24; el mercado Hungerford construido en Londres en el 35; las grandes Halles, de París, iniciadas en el "53 por Víctor Baltard en el marco de las sistematizaciones urbanísticas dirigidas por Haussmann, que hicieron de la capital francesa el modelo de la urbanística«oficial» en la que se inspiraron todas las demás ciudades Europeas. A la tipología de los mercados cubiertos se asocia la de los grandes almacenes cuyo ejemplo más típico, tras una serie de experimentos para encontrar la disposición más apta para esta reciente función comercial y publicitaria fue el Magasin au Bon Marché, realizado en París en el "76 por Eiffel y Boileau. Finalmente, las grandes exposiciones (cuyas obras maestras son el Palacio deCristal construida por Joseph Paxton en el "51 en Londres; la Galerie des Machines, de Dutert y Contamin, y la celebérrima Torre Eiffel, ambas realizadas con ocasión de la Exposición deParís de 1889) reúnen todas experiencias en el marco de un gigantismo arquitectónico conel que se pretende asociar el mundo de la industria y del comercio a la confianza optimista hacia un futuro pacífico y progresista para toda la humanidad.


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KOSTOF, Spiro., Historia de la arquitectura. Alianza Editorial. Madrid 1988. Tomo 3


págs.1107-1165.“Ambientes Victorianos” 


Pág. 1107. La Edad de Oro


 Un americano con medios que visitara Inglaterra después de la Guerra Civil se alojaría con toda probabilidad en los excelentes hoteles de lujo nuevos. El mayor de los londinenses sería el recién acabado Midland Grand, en la Estación de San Pancracio, la principal entrada a la ciudad por el norte (Fig. 25.1). De entre los de nuevo cuño que servían a los inmensamente elegantes lugares de veraneo de la costa, quizá fuera el más famoso el Grand Hotel, en Scarborough, Yorkshire, apostado prominentemente sobre un acantilado en forma de cuña sobre el Mar del Norte (Fig. 25.2). Ambos edificios, lujosos y costosos, eran la encarnación, en su forma más imponente, del hotel, solo recientemente diferenciado como tipo constructivo respecto a la posada tradicional. Su planta y tamaño reflejan la evolución experimentada por el viaje, que se había iniciado en el siglo XVIII con el sistema de diligencias en los portazgos de los caminos del país y que se había intensificado dramáticamente con la llegada de los ferrocarriles. Los nuevos hoteles tenian cientos de habitaciones, suites con salas de baño, «bares americanos», escalinatas «imperiales», y espacios públicos ornamentados. Las comodidades tuvieron su eco en las últimas promociones de los Estados Unidos, el líder reconocido en el diseño de hoteles. Estas incluían agua corriente caliente y fría, retretes privados, y un ascensor de pasajeros hidráulico utilizado por primera vez por Elisha Graves Otis, en Nueva York en 1857. 


La organización de los dos hoteles que hemos mencionado es similar: hileras de habitaciones a lo largo de muchas crujías o estratificadas en pisos, con no menos de treinta en el lado del mar del Grand Hotel de Scarborough. La monotonía visual resultante en las fachadas, se rompía por ligeras prominencias, y había una accidentada línea de tejado con áticos abuhardillados y torres o unidades en forma de torre. Pero la configuración de la superficie, el estilo, es realmente muy diferente en los dos casos. 


Esto pone de manifiesto una de las peculiaridades de la escena arquitectónica en la segunda mitad del siglo XIX. Los aspectos funcionales de muchos tipos arquitectónicos eran concebidos racionalmente, y con la colaboración de un creciente número de especialistas en calefacción, ventilación, acústica, ingeniería estructural, etc. Los arquitectos consideraban como su única labor el embellecimiento del marco que alojaba las funciones de un edificio, y hacían uso de sistemas adecuados de efectos visuales. Tal como lo veía el arquitecto del Midland Grand Hotel, George Gilbert Scott (1811-1878), su trabajo y el de sus iguales era el de «decorar la construcción». Y John Ruskin (1819-1900), quizá el crítico más influyente del siglo en el mundo de habla inglesa, proclamaba que la «ornamentación es la parte principal de la arquitectura». 


 


 

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