Inprimatu

KOSTOF, Spiro., Historia de la arquitectura. Alianza Editorial. Madrid 1988. Tomo 3


págs.1107-1165.“Ambientes Victorianos” 


pág.1128. La América victoriana.


Pero estando la Unión segura al fin, después de la ruinosa guerra, esta ficción era lo que necesitaba para construir su imagen como la de un ambicioso poder internacional. Los modelos creíbles eran los estilos oficiales de Paris y Londres —Segundo Imperio y Alto Gótico Victoriano, respectivamente—. El gobierno federal daba ejemplo en la propagación de una pomposa arquitectura pública. Los trabajos de construcción de Washington la resumían muy bien, comenzando por la conclusión del Capitolio de los Estados Unidos bajo las órdenes del Presidente Lincoln. La gran cúpula de Thomas U. Walter (1855-1865) captaba el espíritu de la expansiva visión de L'Enfant. También era el primer signo de la preferencia oficial por el sobrecargado clasicismo del Paris del Segundo Imperio. El estilo encajaba con la ostentosa monumentalidad que ahora se creía necesaria para distinguir la presencia federal.


El Arquitecto Supervisor de los años de la postguerra, Alfred B. Mullett (1834- 1890), era perfecto para aquel estado de ánimo. Había viajado a Europa al final de la década de 1850 y con toda probabilidad había contemplado los ricos efectos plásticos de la gruesa capa ornamental del nuevo Louvre, Su Ministerio de Estado, Guerra y Marina, al oeste de la Casa Blanca, con sus diez acres de espacio construido y sus 553 habitaciones, se convirtió en el mayor edificio de oficinas del mundo.


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GIEDION S., Espacio, tiempo y arquitectura. Edit. Edit. Reverté. Barcelona, 2009.


Págs. 186-302. La evolución de las nuevas posibilidades.


EL HIERRO


Primeras construcciones de hierro en Europa continental 


El uso de la cúpula de fundición en Inglaterra y los Estados Unidos. Fue en 1850 aproximadamente, con la cúpula de fundición del British Museum de Londres, cuando por primera vez se usaron en la construcción de un gran edificio unos nervios de este material y que se extendían desde el suelo hasta la cúspide. En este caso se empleó cartón piedra para revestir el interior de la cúpula. Por esa misma época, entre 1855 y 1865, la antigua cúpula de madera del Capitolio de los Estados Unidos, en Washington, fue reemplazada por otra con nervios de fundición. Su peristilo se apoyaba en una base octogonal y se entrelazaba con unos complicados elementos constructivos de hierro. Fueron precisas vigas de celosía en el peristilo y en la cúpula para ayudar a sostener los intrincados perfiles de mármol situados en el exterior de todo el edificio. Es interesante señalar cómo en el caso de este importante edificio norteamericano las convenciones de la época llevaron a que la construcción de hierro quedase cubierta con ese manto que era la arquitectura de la superficie exterior.


 

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