Págs.371-391. “Internacional, nacional y regional: La diversidad de una nueva tradición”
Hacia al final de la década, Maillart experimentó con una construcción a base de cáscaras de hormigón que permitía la reducción al mínimo del grosor de las superficies planas. El pabellón del cemento construido para la exposición Nacional de Zurich de 1939, era de sección parabólica y se apoyaba en cuatro esbeltos pilares. Como una hoja curvada en máxima tensión, la superficie era completamente lisa por dentro y por fuera, sin nervios de ninguna clase.