Es considerado uno de los mejores arquitectos europeos del momento que le tocó vivir. De talento más conservador que revolucionario, realizó y llevó a la máxima perfección la tradición clasicista francesa de François Mansart, pasando de largo por el Rococó. Se asemejó a su contemporáneo Chardin por su sólido buen gusto, nada ostentoso que alcanzó el grado más alto de refinamiento en pequeños edificios íntimos como en Hermitage o el Pavillon de la Pompadour en Fontainebleau (empezado en 1749) y sobre todo en su gran obra maestra, el Petit Trianon en los jardines de Versalles (1761-81).
Su padre Jacques Gabriel (1667-1742) fue así mismo un arquitecto de éxito, realizando varios hôtels parisinos, sobre todo el Hötel Peyrenne de Moras (ahora Museo Rodin) y la Place Royal de Burdeos (empezada en 1728), obra maestra del urbanismo barroco. En 1735 sucedió a Cotte como Premier Architecte y Director de la Academia. Ange Jacques Gabriel se formó en Paris con su padre y nunca estuvo en Italia, tabajó bajo su dirección para la corona, sustituyéndole como primer arquitecto. En este cargo trabajó exclusivamente para el rey Luis XV y Mme Pompadour. Ocupó la mayor parte de su tiempo en las ampliaciones y modificaciones de varios palacios reales -Fontainebleau, Compiégne, Versalles-, carentes de inspiración, aunque el teatro y la proyectada reconstrucción del Patio de Marmol de Versalles sean extremadamente elegantes. Sus primeros encargos fuera de Versailles, fueron la Ëcole Militaire de Paris (1751-88) y la Planificación de la Place de la Concorde Paris (1755); sin embargo los dos grandes palacios Hôtel de Crillon y MInisterio de Marina (1757-75) que flanquean la rue Royale (fachadas con alzados al estilo del gran frente oriental del Louvre de Perrault) son sus edificios de escala monumental de mayor éxito. El Pavillon Français de Versalles (1750) y de la Muerte (1753-4) y el Petit Château de Choisy (1754-6) manifiestan la intimidad civilizada de sus obras maestras. El Petit Trianon está en deuda con la serena dignidad del Palladianismo inglés, pero la extrema elegancia y refinamiento de esta composición cúbica, perfectamente proporcionada, es por completo francesa y logra una serenidad y distinción diferente, en especie y calidad a la de cualquier otro edificio contemporáneo.