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PAPWORTH, John Buonarotti

  • Arquitecto
  •  
  • 1775 - London. Reino Unido
  • 1847 - Little Paxton. Reino Unido

KOSTOF, Spiro. Historia de la Arquitectura. Edit. Alianza Editorial.Madrid, 1988.


Págs. 995-1051."El arte arquitectónico y el paisaje de la industria, 1800-1850 "


Pág. 1004,  Una cuestión de estilos. 


El revival gótico.


A partir de esta revisión destacamos tres características generales del clasicismo del siglo XIX: su internacionalismo, su sesgo urbano y su aplicabilidad universal a todo tipo de edificios. El revival gótico, por el contrario, es algo particularista, tanto en lo referente a lugares, como en tipología de edificios, y cuando no es explícitamente antiurbano, no tiene una posición clara, pragmática o teórica, de planificación urbana.


La defensa seria de la arquitectura gótica y los argumentos para su adopción comenzaron hacia 1800. El punto de arranque obvio era que el gótico, o más bien el amplio espectro de las formas medievales, era mucho más indígena para el norte de Europa que la capa clásica, comparativamente reciente. De aquí se seguían dos afirmaciones inevitables. El gótico expresaba un ethos nacional, era un vehículo de patriotismo más auténtico. Y era también, como dijo un escritor alemán en 1804, «el estilo de construcción que mejor se adaptaba a un clima del norte y a una zona más fría».


Más específicamente, el gótico, por su articulación esquelética y su estructura de tensiones, se adaptaba muy bien al hierro, el nuevo material de construcción.. Ya en 1803, el arquitecto de paisajes Humphrey Repton propuso un invernadero con una estructura de hierro fundido basado en las salas capitulares octogonales como la de la Catedral de Salisbury. Desde el punto de vista del diseño, la elección del gótico permitía el tipo de plantas irregulares que podían seguirse si uno pensaba realmente en simples términos funcionales, sin preocuparse de la etiqueta o del clasicismo. Tales plantas eran informales, menos inhibidoras, y por tanto, ideales para residencias rurales. Este era un acabado oportuno para una nueva moda, el cottagedecorado (o cottage orné), una segunda residencia en el campo para los acaudalados; John Papworth insistiría en sus Residencias Rurales de 1818 en que estos cottages«debían combinar correctamente con los objetos circundantes, y aparentar ser algo propio del terreno, y no una de esas crudas excrecencias de escuadra y cartabón de los alrededores de Londres, la familia ilegítima de la ciudad y el campo» (Fig. 23.22).


El gótico tenía, pues, su lugar, y debía ser desarrollado en serio, no para reemplazar a la arquitectura clásica, sino como una alternativa más adecuada para ciertas clases de edificios. Existía un consenso, básicamente en Inglaterra, acerca de que el estilo correcto para las iglesias y las casas de campo era el gótico, mientras que el lenguaje clásico debía ser restringido a los edificios públicos y a las mansiones. En donde la conformidad con las estructuras circundantes la constancia histórica lo hiciera deseable, en obras colegiales, por ejemplo, el dominio del gótico podría verse ampliado.

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