Págs. 771-812.”La arquitectura en Latinoamérica”
pág 774. Argentina
La siguiente generación, dentro del contexto económico de los cincuenta que les ocasionará grandes dificultades para realizar obras, dispuso como representantes más prometedores a Eduardo Catalano y Horacio Caminos, autores del Auditorio Municipal de Buenos Aires y de la Ciudad Universitaria, también de Buenos Aires (1960-1972), pero ante las dificultades de trabajar en su país, emigraron a Estados Unidos. De esta generación intermedia, el estudio con una mejor organización y capacidad de trabajo será el de Sánchez Elia, Peralta Ramos y Alfredo Agostini, que han escapado al sino negativo de los años cincuenta. Y por último, Mario Roberto Álvarez, autor del Teatro Municipal de San Martín (1954-1960), racionalista convencido que representa un momento de transición importante entre los esfuerzos precursores de los años cuarenta y las más recientes elaboraciones a partir de los sesenta.
Será precisamente en esta época de los sesenta cuando se configure una amplia arquitectura argentina con una importante trascendencia internacional, teniendo en este enriquecimiento un papel relevante los Concursos Nacionales de anteproyectos que se proponen en Argentina y disponiendo este momento cultural tan rico de un testimonio y espacio de reflexión tan cualificado como la revista Summa, creada en 1963.
En estos años sesenta, la peculiar interpretación de la tradición lecorbusieriana, que arranca en Bonet, Kurchan, Ferrari y Williams, va enriqueciéndose y atomizándose en distintas corrientes. La clara confianza en las nuevas tecnologías y el intento de huir de las configuraciones espaciales más simples, tendiendo a soluciones que expresen la plasticidad de los nuevos materiales como hormigón, cristal, aluminio, etc., se recreará en muchas obras de estos arquitectos, tendiendo a caminos formalistas y neobrutalistas (como Clorindo Testa), hipertecnológicos (como el estudio Llauró, Urgell y Asociados), de un claro énfasis en los valores de significado (como la obra del equipo Solsona, Manteola, Sánchez Gómez, Santos y Viñoli) o centrados en experiencias más poéticas y escultóricas (como Miguel Ángel Roca).