Imprimir

CODERCH I DE SENTMENAT, José Antonio

  • Arquitecto
  •  
  • 1913 - Barcelona. España
  • 1984 - Barcelona. España
autores/67_26.jpg autores/67_27.jpg autores/67_28.jpg autores/67_29.jpg autores/67_7.jpg

MONTANER Josep Maria., La modernidad superada. Arquitectura, arte y pensamiento del siglo XX.


Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 2002.


 “Arquitectura y mímesis. La modernidad superada”


págs.9-24. De la Bauhaus al  cambio de método en “la tercera generación moderna”….rechazo del formalismo y manierismo internacional. Mirar de nuevo a los monumentos, la historia, la realidad , el usuario y la arquitectura vernacular.


"Sin embargo, este método (el método de la Bauhaus) se va transformando cuando los arquitectos de la llamada “tercera generación moderna” – Louis Kahn, Jorn Utzon, Denys Lasdun, Aldo van Eyck, Jose Antonio Coderch, Luis Barragán, Fernando Távora, Carlos Raúl Villanueva, Lina Bo Bardi – rechazan el formalismo y el manierismo del estilo internacional y reclaman mirar de nuevo hacia los monumentos, la historia, la realidad y el usuario, hacia la arquitectura vernacular. Se potencia una obra que arranca de la experiencia acumulada en los dibujos que estos arquitectos vuelven a hacer interpretando la arquitectura construida, una auténtica segunda naturaleza que la historia ha ido generando".


págs.25-58 “Espacio y antiespacio. Lugar y no lugar en la arquitectura moderna”


En las obras de arquitectos de la llamada "tercera generación" renace el interés por la arquitectura vernácula al unísono de esta sensibilidad por el lugar


El catalán José Antonio Coderch(1913-1984) ofreció con su obra una síntesis de arquitectura tradicional y lenguaje moderno. Su visión funcionalista y austera le exige el uso de unas formas a veces racionales, a veces orgánicas. Su veneración panteísta por lo popular le lleva a desarrollar precedentes de la arquitectura vernácula, en una obra que se integra sabiamente en el contexto paisajístico y que rechaza la ciudad. Véase como ejemplo para dogmático la manera como se proyecta la casa Ugalde en Caldetas(1952). Una forma orgánica, como de ameba, con resonancias surrealistas y con formas pertenecientes al repertorio de Joan Miró, Jean Arp o Alexander Calder, se va amoldando a los condicionantes concretos del entorno y del programa. La forma de la parcela, la topografía, las vistas hacia el mar, la orientación, el arbolado preexistente y el programa doméstico acaban configurando una obra inédita, que no se puede percibir desde criterios establecidos de fachada, orden y frontalidad. La complejidad del interior se manifiesta en una sección hecha de espacios escalonados que se amoldan a las funciones del cuerpo humano...


...En todos estos casos se produce una resonancia respecto a las concepciones de Martin Heidegger, pasándose de una arquitectura basada en la idea de espacio a una basada en la idea de lugar. Según el texto crucial de Heidegger, Construir, habitar, pensar(1951), "los espacios reciben su esencia no del espacio sino del lugar /... los espacios donde se desarrolla la vida han de ser lugares". De nuevo aflora la influencia del pensamiento griego y la referencia al templo dórico. Y sin duda el pensamiento de Heidegger, junto con las aportaciones de Husserl y Merleau-Ponty, han sido el más certero catalizador de toda reflexión contemporánea sobre el concepto de lugar.


Christian Norberg-Schulz, seguidor de estas concepciones, se opone a toda teoría de la movilidad, de los espacios transitorios, y defiende que "si se elimina el lugar se elimina al mismo tiempo la arquitectura.. El espacio existencial consiste siempre en lugares". Norberg Schulz ha intentado con el concepto de espacio existencial salvar la tradición moderna del concepto de espacio moderno de su maestro Sigfried Giediony conciliarla con la nueva idea de lugar." Sin embargo, ello le lleva a negar las experiencias más contemporáneas e innovadoras. 


Págs.159-180. ... Más tarde, el expresionismo abstracto y el Art Brut enriquecieron las morfologías de los arquitectos de la “tercera generación”: la fuerza liberada por el Dripping de Jackson Pollock - gestual y desinhibido- o por los monigotes ingenuos y espontáneos de Jean Dubuffet sirvió para inspirar las formas de cluster o racimo propuestas por Alison y Peter Smithson, George Candilis, Alexis Josic y Shadrach Woods, Aldo Van Eyck y otro arquitectos del Team X. Se trataba de una reacción de carácter formal contra la limitación de repertorios morfológicos establecidos por el racionalismo. Dichas formas se pueden rastrear en propuestas de morfologías urbanas, en tipologías edificatorias e, incluso, en los interiores de las llamadas “oficinas paisaje” de los años 70. En las configuraciones libres y ameboides utilizadas en los años 50, en obras de arquitectos como Jose Antonio Coderch, Oscar Niemeyer o André Bloc, se evidencian las influencias de las figuras desarrolladas por Joan Miró, Hans Arp y Alexander Calder....


Págs 181-206..... (Dentro de un lenguaje de diversidad del minimalismo, podemos destacar la categoría del minimal pintoresco…)


En el curso del tiempo posmoderno, cada vez es más evidente toda una búsqueda transnacional que se traduce en obras sobrias, desnudas y elegantes, inefablemente graciosas pero nunca silenciosas y vacías. Es una búsqueda que se expresa en el eclipse de la ortodoxia de la forma moderna y que ya había tomado cuerpo en la obra de arquitectos como Arne Jacobsen, Ignazio Gardella, Carlos Raúl Villanueva, Luis Barragán o José Antonio Coderch.


Para estos autores, las figuraciones locales, las texturas vernaculares, los cromatismos contextuales, la sutil atmósfera del lugar y los ritmos geométricos aparecen elegantemente aplicados a abstractos e internacionales esquemas tipológicos y estructurales. Lo mismo ha sucedido cuando una buena parte de la música minimalista se ha fusionado con las músicas étnicas.


Esta búsqueda refleja una cierta separación y una cierta resistencia (que no quiere decir aversión) al sublime nihilista, a la Nada del paisaje urbano creado por lo artificial, aquella que se obtuvo, tan fatigosamente, en la obra del trío formado por Malévich, Mondrian y Kandinsky, y la que retorna en el último Mies y en el primer Judd.


---


CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


Págs. 471- 489.“Disyunciones y discontinuidades en la Europa de los años 1950” 


Aunque la búsqueda de un patrón en las tradiciones vernáculas campesinas fue un tema recurrente de la década de 1950, siguió varias direcciones distintas....


Al igual que Portugal, España permaneció aislada de la mayor parte de Europa en las décadas de 1940 y 1950.


Su cultura arquitectónica estaba condicionada por la fugaz presencia de una modernidad con acentos mediterráneos en el periodo anterior a la Guerra Civil, por la postura firmemente tradicionalista del régimen de Franco (bastante clara en edificios cívicos retrógrados de la década de 1940, por una tecnología relativamente atrasada y por las densas capas de historia arquitectónica existentes en el país, que en su mayor parte permanecían latentes). Si existían algunos contactos con el mundo exterior, eran unos débiles lazos con la arquitectura moderna italiana de diversas variedades, anteriores y posteriores a la guerra...


... La reconsideración activa del “contacto perdido” con la arquitectura moderna internacional comenzó a finales de los años 1940, principalmente en Barcelona (un poco más tarde en Madrid), y desde el inicio se ocupó del tema de la expresión local. Siempre más abierta al mundo exterior que cualquier otra ciudad española, Barcelona también aprovechó su recurrente capacidad tanto para integrar nuevas ideas en su memoria colectiva como para adaptar las  formulaciones más generales a su cultura y pasaje específico. Esta elasticidad sin duda se vio reforzada por cierta resistencia política frente al centralismo y por la conciencia de ser una ciudad catalana, mediterránea y mundial, además de española.


El arquitecto que mejor captó la naturaleza y el potencial de estas condiciones fue José Antonio Coderch. En el transcurso de los años 1950-1960, Coderch desarrolló un coherente lenguaje arquitectónico moderno de medios limitados pero de significados complejos. Este lenguaje era lo suficientemente dúctil como para afrontar las condiciones típicas de los edificios de viviendas en el corazón de la ciudad, por un lado, y las de las residencias individuales situadas en el verde paisaje litoral de la Costa Brava, por otro.


Págs.617-633. El pasado nunca se había desterrado totalmente de la arquitectura moderna anterior en España, y hubo varios edificios que extendieron ese minimalismo estructural de figuras como De la Sota o Coderch  al tiempo que establecían una conexión con tradiciones más lejanas.


págs. 635-655. "Lo universal y lo local. Paisaje, clima, cultura" 


Cuando se trataba de ilustrar qué se quería decir con un regionalismo crítico, solía aparecer una selección de reputados arquitectos modernos cuya obra encarnaba una síntesis esencial de lo local y lo general: figuras como Coderch y Barragán en el pasado a media distancia, o como Botta, Siza o Ando en el mundo de la arquitectura por entonces reciente.


---


BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Pág. 813-941. "La segunda posguerra en Europa"


6.-España.


En 1950 la acumulación agraria ya había cualificado positivamente al capital español y la paz social estaba suficientemente garantizada para acoger las inversiones del capital norteamericano. Estos cambios se manifestarán en el campo de la construcción en hechos como la preparación del Censo de población y vivienda de 1950 -que revelará la existencia de un déficit de más de un millón de viviendas -, en los incipientes planes urbanísticos - Gran Bilbao y Gran Valencia en 1950, Plan Comarcal de Barcelona en 1953- y en la puesta a punto del Plan Sindical de la Vivienda en 1955.


En el terreno arquitectónico el cambio no será brusco. De la misma manera que no se puede hablar de una ruptura total entre la arquitectura anterior a la Guerra Civil y la de la Autarquía, tampoco se puede hablar de un cambio total entre esta arquitectura y la que se planteará en los años cincuenta, con los primeros esfuerzos para redefinir una postura más acorde con los tiempos y con el resto de Europa. También aquí se descubren continuidades y discontinuidades. Si observamos el caso catalán, veremos que, contemporáneamente a la fortuna de las arquitectos académicos catalanes (Bona.Nebot, Fisas, etc.), a partir de 1945 la última obra de Duran Reynals y la primera obra de F. Mitjans se entroncan perfectamente en un proceso de depuración y simplificación formal de la arquitectura académica, ya de por sí vaciada de los contenidos ideológicos y expresivos, creando un lenguaje típico de la arquitectura de vivienda burguesa que se extenderá profusamente durante la década de los cincuenta. Pero, sobre todo la obra de José Antonio Coderch y de Sentmenat (1913-1984) y Manuel Valls (1912) - que ya desde su inicio se basa en una interpretación personal de la arquitectura popular mediterránea y en la recreación de un mundo artesanal y sereno, puro y franciscano - nos mostrará otra línea de entronque entre la arquitectura de los cuarenta y la de los cincuenta, precisamente a través de esta tendencia de arquitectura doméstica. Proyectos como el de las viviendas de la Urbanización Les Forques en Sitges, Barcelona (1945), u obras como la casa Garriga Nogués, también en Sitges (1947) o colaboraciones como la del conjunto de viviendas de pescadores en Tarragona (1949), en el que se sintetiza el interés por la arquitectura vernacular con la admiración por las experiencias vienesas y berlinesas de vivienda social, serían claras muestras de esta arquitectura de los cuarenta que se desarrollará en los cincuenta.


Será precisamente en el contexto cultural catalán donde el esfuerzo de renovación se encarrilará de una manera más decidida, en la medida en que, dentro de las condiciones políticas del régimen franquista, la proximidad física de los arquitectos madrileños a la realidad, ideología y encargos oficiales condicionará una mayor continuidad en el centro y, en cambio, en las demás nacionalidades, el solo hecho de la afirmación de la propia personalidad será ya una cierta manera de desafío, produciéndose una mayor facilidad para el cambio y la renovación en la periferia. Y este esfuerzo se concretará en Barcelona con la formación del llamado Grupo R, en 1951....


... La arquitectura que se realizará durante este período (Grupo R, Manifiesto de la Alhambra) de entusiasta renovación puede encuadrarse en diferentes apartados en la media en que, si bien la búsqueda de un lenguaje y una arquitectura moderna es común, esta búsqueda se realiza insistiendo en diferentes temáticas.


Tendríamos primeramente la arquitectura más doméstica, que parte de una recuperación de la tradición popular y que se realiza esencialmente en Cataluña. Se situarían aquí primeramente obras en las que la interpretación de lo vernáculo se hace desde un gran ánimo de purismo y especialización, como en la casa Agustí en Sitges (Barcelona, 1955 de Sostres o en muchas de las obras de Coderch, como la casa Ugalde en Caldetes (Barcelona, 1951-1952). Entrarían también propuestas en las que se introduce la variable de la experimentación y del juego, para conseguir espacios matizados, privatizados y variados, como sucede en el edificio de viviendas en la Barcelona (Barcelona. 1952-1954) de Coderch. Por último, estarían obras que, como muchas de este momento, asumiendo el valor de manifiestos, enfatizan temas como el trabajo artesanal y el proceso de montaje. Nos referimos, respectivamente, al conjunto de viviendas en la calle Pallars de Barcelona (1955-1960) de Bohigas y Martorell y a la Parroquia de Sant Jaume en Badalona (Barcelona, 1957) de Moragas. El primero, además de ser la obra que con más dignidad se mantiene presente como símbolo de la nueva arquitectura realista que se hará en Cataluña, nos muestra como una arquitectura que enfatiza los valores artesanales lógicamente habrá recurrido a la referencia contemporánea más completa en el esfuerzo por recrear un mundo artesanal amenazado de extinción, es decir, el barrio Sur de Amsterdam: la influencia del conjunto de viviendas en la Henriette Ronner-plein de M. de Klerk (1923) es manifiesta. Y la segunda como claro manifiesto de la redención de lo vulgar a través del valor didáctico que una arquitectura lo que pobre puede poseer.


.... Definiendo desde la Administración las pautas de crecimiento para garantizar un desarrollo racional, la Ley de Viviendas de Renta Limitada (1954) y la Ley del Suelo de 1963 habrán dado el soporte legal a esta opción por abandonar el Estado su intervención directa.


 En el campo más estrictamente arquitectónico, el inicio de la labor difusora del FAD y la celebración periódica desde 1959 de los Pequeños Congresos, de ámbito peninsular, son pruebas claras de que la ruta ha sido ya asegurada, coincidiendo con la disolución del Grupo R, que ya ha cumplido su misión, y continuando la tradición de las madrileñas Sesiones Críticas de Arquitectura. 


Lógicamente, si uno de los planteamientos de los arquitectos más inquietos de la década anterior ha sido el de la necesidad de conocer las discusiones teóricas y las realizaciones de los demás países avanzados, la crisis de la ortodoxia del Movimiento Moderno, que se manifestará en los dos últimos CIAM y que motivará la agrupación de los arquitectos más renovadores en el Team X, habrá servido de toque de atención para los arquitectos españoles más preparados culturalmente. Es normal, por tanto, que desde aquí se acuse recibo de las nuevas corrientes europeas alternativas a la ortodoxia tales como el new-empirisme escandinavo, el new-brutalisme inglés o los neo-liberty y neo-realismo italianos.


En Cataluña, dos textos de las dos figuras que gozan en el momento de mayor fuerza moral, Coderch y Bohigas, marcarán hitos esenciales para la arquitectura de los sesenta.


Ya en una situación de autoridad y prestigio internacional, Coderch en 1961, desde las páginas de la revista italiana Domus, lanzara su manifiesto. No son genios lo que necesitamos ahora, en el que defiende la preponderancia de la tradición en arquitectura, insistiendo en la necesidad de un trabajo arraigado y realista, paciente y honrado, ejemplar y artesano, y oponiéndose al academicismo generado por el Movimiento Moderno:


Es ingenuo creer, como se cree, que el ideal y la práctica de nuestra profesión puede condensarse en slogans como el del sol, la luz, el aire, el verde, lo social y tantos otros. Una base formalista y dogmática, sobre todo si es parcial, es mala en sí, salvo raras y catastróficas ocasiones. De todo esto se deduce, a mi juicio, que, en los caminos diversos, que sigue cada arquitecto consciente, tiene que haber algo de común, algo que debe estar en todos nosotros.


Por otra parte, Bohigas lanzará una serie de escritos reivindicando una perspectiva de trabajo más operativa y vinculada a la realidad económica, técnica y social del país. Las ideas básicas de los Elogi de la barraca (1957), Elogi del toixo (1960) y Elogi de l'oramentació (1920) serán claros precedentes de actitudes presentes en la Esuela de Barcelona de los años siguientes. Y la toma de posición polémica por parte de Bohigas será el primer paso del papel que asumirá a partir de estas fechas, como principal animador de la arquitectura en Cataluña. Envestido como el juez parcial, irá señalado con el dedo el camino más posible más claro representante de una voluntad de servicio cultural que intentará poner en contacto al público con la cultura arquitectónica, que tendrá la preocupación de ir creando escuela y que promocionará la arquitectura catalana contemporánea más allá de nuestras fronteras...


...En el contexto catalán, manteniendo cierta autonomía de la dinámica de la más estricta Escuela de Barcelona, tendrán un peso y una claridad ineludibles las obras de Coderch y de Sostres.


Coderch seguirá desarrollando su arquitectura personal, la cual, en contextos no urbanos, seguirá interpretando los paradigmas de la arquitectura popular desde su racionalismo depurado y matizado, como en la casa Uriach en L'Ametlla del Valles Barcelona, 1962), y en contextos urbanos adoptará posiciones neutras y sutiles, como en el edificio de viviendas en la calle J. S. Bach de Barcelona (1957-1961), o posiciones más polémicas y experimentales como en el edificio Girasol en Madrid (1964).


Contemporáneamente, Josep M.ª Sostres (1915) realizará su obra más contundente: el edificio para el periódico El Noticiero Universal, en el Ensanche de Barcelona (1964-1965). Para él la tensión entre la necesidad de actuación colectiva y la inercia de la proyectación individual puede superarse con la adopción de la ciudad como marco de referencia. Mediante un proceso de reducción a la esencia, el arquitecto interpreta los principios objetivos que rigen en la ciudad: el trazado del Ensanche Cerda está definido por líneas que separan lo público de lo privado, la calle del edificio. Esta línea desarrollada es un plano liso. Sobre este plano liso la misma ciudad ha ido definiendo las formas de los huecos.


Si bien la presentación de la Escuela de Barcelona siempre se hará a partir de unos arquitectos concretos y de un delimitado número de obras representativas, en realidad será una actitud más generalizada, abierta y difundida la que irá ligada a los principios de la Escuela y, de hecho, con el tiempo, se irá extendiendo a diferentes arquitecturas tanto arquitecturas intermedias como obras de consumo, prolongándose sus referencias estilísticas durante todos los años setenta.


 


 


 

Subir