Pág. 813-941. "La segunda posguerra en Europa"
6.-España.
Ahora bien, a finales de la década, la actitud de algunos componentes de la Escuela tiende a radicalizarse, en la medida que la crítica a la irracionalidad existente se convierte en predominante. En este contexto, uno de los jóvenes incorporados al grupo, Lluís Clotet - que junto a Oscar Tusquets había realizado la decoración de la tienda Sonor en Barcelona (1965)-, escribe el artículo «En Barcelona, por una arquitectura de la evocación» en el que, lejos del optimismo racionalista, se propone una salida radical de denuncia de la cual la casa Penina en Cardedeu (Barcelona, 1969-1970) será el primer manifiesto realizado:
Es una actitud crítica que nace, por otra parte, en la medida que se intenta crear un organismo lógico dentro de un marco irracional. Es una arquitectura que busca un doble contenido: por una parte, apurar al máximo la racionalidad posible y, por otra, expresar las limitaciones de orden general que impiden una mayor racionalidad. Que pone acento tanto sobre las funciones denotadas o funciones primarias, como sobre las connotadas, funciones secundarias, evocaciones. Que se plantea tanto como proposición que como invitación a la reflexión sobre el medio en el que se realiza.
En la década de los sesenta también empiezan a jugar un papel en el panorama cultural catalán equipos como el de Bofill o el de Tous y Fargas, pero se hablará de ellos más adelante. Además, se reincorpora el arquitecto A. Bonet Castellana (1913) - que ha estado exiliado en Argentina, desarrollando una obra de alcance internacional aparte de que ya ha construido la villa La Ricarda en El Prat (Barcelona, 1949-1961)-, realizando, entre otras obras, una en la que muestra una inteligente interpretación de la tipología de casa de vecinos entre medianeras del Ensanche barcelonés desde criterios racionalistas. Nos referimos al edificio Mediterráneo en Barcelona (1960-1966)...
... Entre los arquitectos jóvenes catalanes destacan tres equipos, en cierta forma descendientes de la Escuela de Barcelona, que han delimitado vías culturales alternativas:
El Estudio Per, que agrupa a las dos parejas Luis Clotet-Oscar Tusquets y Pep Bo-net-Cristian Cirici, todos nacidos en 1941 e influidos por la enseñanza de Correa, y que realizan una obra pretendidamente cargada de significado: la casa de viviendas en Hospitalet (Barcelona, 1967), aún próxima a las ideas de la Escuela de Barcelona; la casa en la calle San Mario en Barcelona (1969-1971), hecha a base de un collage de materiales descontextualizados, ya dentro de la nueva vía radical y evocativa; la casa Belvedere Giorgina, en Llofriu (Gerona, 1972), la obra más venturiana del Estado español; la casa Regás en Llofriu (Gerona, 1970-1971), la casa enterrada junto a la casa abandonada, y la manzana Puig Cadafalch en Mataró (Barcelona, 1971-1975), que recoge en su morfología el final de una calle en diagonal, son todas ellas obras de Clotet y Tusquets, la casa Francés, en Mao (Menorca, 1976-1977), la casa con una roca en la espalda; y el bloque de viviendas en la calle Tokio, en Barcelona (1972-1974), el edificio con una doble lectura, a escala urbana y a escala arquitectónica, son obras de Bonet y Cirici.