Imprimir

Estudió arquitectura en la Architectural Association School of Architecture de Londres. Su actividad profesional se reparte entre la actividad arquitectónica, la investigación en historica y la crítica de arquitectura. Ha desempeñado labores docentes en  la Graduate School of Architecture and Planning, de la Universidad de Columbia en Nueva York, como profesor de la cátedra Ware. Así mismo ha impartido clases en centros tan importantes como el Royal College of Art de Londres y la ETH de Zurich y en la University of Virginia (donde ocupó la cátedra Thomas Jefferson), el Berlage Institute en Amsterdam, el EPFL en Lausanne y la Accademia di Architettura en Mendrisio. Es autor de numerosos ensayos sobre arquitectura moderna y contemporánea, siendo su obra más importante Historia Critica de la Arquitectura Moderna, texto reconocido mundialmente y que ha servido de manual para numerosas generaciones de arquitectos.


---


BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs. 1027-1106.”La época de la incertidumbre”   


3.-La batalla de las tendencias y las nuevas orientaciones de la búsqueda proyectual


En 1971, el crítico inglés Charles Jencks escribe un pequeño libro muy polémico, Movimientos modernos en arquitectura (Modern Movements inArchitecture), donde niega la unidad de la búsqueda actual y la descompone en muchas direcciones contrastantes. Se revela, además, como el inventor más tempestivo de etiquetas, en una serie de intervenciones reunidas en varios libros. De 1971 a 1973, Ray C. Smith realiza un amplio balance del decenio anterior, agrupando a los arquitectos de vanguardia de los años sesenta bajo el nombre de supermannerism (una palabra voluntariamente ambigua, que incluye las referencias al manierismo de finales del siglo XVI, después de la gran época de los maestros, al superlativo que se repite en los mass-media, pero también a Superman). El subtítulo, New Attitudes in Post-Modern Architecture, da por cierto el final de la arquitectura moderna e introduce el adjetivo «posmoderno», que se utilizará ampliamente a partir de aquí. Al mismo tiempo, Peter Blake publica el ensayo Form Follow Fiasco, donde ridiculiza las tesis habituales del funcionalismo moderno.


Entre los arquitectos ya conocidos en la década anterior, Robert Venturi publica, en 1972, la relación de un trabajo didáctico realizado en Yale, que revalora de forma polémica el ambiente desintegrado de la publicidad y del «mal gusto»: Aprendiendo de Las Vegas. El simbolismo olvidado de la forma arquitectónica(Learning from Las Vegas);Charles Willard Moore ilustra su posición en dos ensayos: La casa: forma y diseño de 1974(con Gerard Allen y Donlyn Lyndon) y Dimensiones de la arquitectura. Espacio, forma y escala de 1978 (con K.C. Bloomer).


Pero la prensa de actualidad se somete a las leyes del mercado y pide un recambio acelerado de las novedades; los críticos se especializan en el descubrimiento y en la clasificación precoz de los arquitectos que debutan y que actúan dentro de una apretada evolución continua entre formas y palabras, que pesa mucho sobre su trabajo.


En 1969, Kenneth Frampton (1930), en un meeting organizado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, presenta el grupo que será llamado «de los cinco arquitectos»:Peter Eisenman (1932), Michael Graves(1934), Charles Gwathmey(1938), John Hejduk (1929) y Richard Meier (1934). Sus obras —ilustradas poco después en un volumen de Arthur Drexler — reutilizan el repertorio del international style con una obstinación poco común, que sitúa los modelos preseleccionados en la historia pasada, junto con todos los demás. En sus obras (figs. 1342-1347) queda demostrado que no seleccionaron un determinado repertorio, sino que supieron elegir con frialdad y talento en el patrimonio de lasformas ya conocidas: de hecho recorren caminos divergentes y reciclan un gran número de referencias heterogéneas: basta comparar dos importantes realizaciones recientes: el edificio para los servicios públicos en Portland (Oregon), de Graves (1980-1982) —que desarrolla, a tamaño monumental, los temas académicos y decorativos del posmodernismo, tomando, sin embargo, sus distancias con calculadas acentuaciones irónicas (figuras 1345, 1346)—, y el High Museum de Atlanta de Meier (1981-1982), que se mantiene fiel a la sintaxis moderna, enriquecida y suavizada, con habilidad consumada (fig. 1347).


---


CURTIS, W., La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon.


págs. 635-655. "Lo universal y lo local. Paisaje, clima, cultura" 


Si la preocupación por los clasicismos a comienzos de los años 1980 reflejaba tal vez una necesidad de volver a cimentar las disciplinas de la arquitectura en el pasado, el interés por los 'regionalismos' revelaba la ansiedad con respecto a la erosión y el desarraigo generalizados de culturas y lugares concretos debido a las fuerzas homogeneizadoras del desarrollo comercial y tecnológico moderno. La mayoría de estos regionalismos (aunque no todos), se apresuraron a distanciarse de esa historia instantánea de la arquitectura posmoderna (que identificaban como parte de la enfermedad más que del remedio), y de los regionalismos desangre y tierra' de los años 1930. Lo que Alexander Tzonis y Liane Lefaivre llamaron 'regionalismo crítico' parecía implicar un afanoso reconocimiento de que la mayoría de las tradiciones populares y vernáculas estaban perdidas de manera irremediable, pero que debía ponerse (o volver a ponerse) en marcha alguna estratagema moderna para recuperar unos conocimientos antiguos ahora lejanos. Kenneth Frampton usó esa misma expresión, 'regionalismo crítico', para rechazar «una iconografía consumista disfrazada de cultura» y para criticar la reducción posmoderna de la arquitectura a un «mero signo comunicativo o instrumental». A cambio, Frampton propugnaba tanto la deconstrucción de «la modernidad universal en función de valores o imágenes cultivados en cada lugar», como una adulteración de los «elementos autóctonos con paradigmas extraídos de fuentes ajenas». De hecho, varios maestros modernos y varias corrientes regionales de la arquitectura moderna habían estado haciendo algo parecido durante más de medio siglo. El discurso regionalista de comienzos de los años 1980 incluso servía el mismo vino del romanticismo nacional, pero en nuevas botellas, una vez eliminado el gusto amargo del nacionalismo.


---


 

Subir