Págs. 186-302. La evolución de las nuevas posibilidades.
EL HIERRO
El puente de Sunderland
Thomas Paine como inventor. El puente de Sunderland (1793-1796) fue uno de los experimentos más atrevidos en la construcción de su tiempo (figura 88). Ya en 1786, Thomas Paine, el famoso escritor norteamericano de temas políticos, enseñó a Benjamin Franklin la maqueta de un puente que debía construirse según un novedoso sistema propio. Viendo la dificultad de llevar a cabo la obra con ese sistema en los Estados Unidos -donde la industria apenas había comenzado a desarrollarse-, Franklin aconsejó a Paine llevar su proyecto a Inglaterra y le proporcionó algunas recomendaciones. Pero como en todas partes, en Inglaterra Paine tampoco tuvo suerte. Su puente experimental en Paddington (Londres) le dejó gravemente endeudado. Su nombre cayó en el descrédito; y sin duda sus opiniones políticas contribuyeron en parte a ello. Finalmente, de sus patentes se apropió sin escrúpulos una compañía dirigida por Rowland Burdon. Usando los planos de Paine, Burdon construyó el puente de Sunderland y se atribuyó todo el mérito de su construcción.
Este puente de Sunderland tenía un único arco con una luz de 236 pies [71,9 metros]. (Recordemos que el puente del Severn tenía tan sólo algo más de 100 pies.) Los seis nervios que formaban el arco se compusieron con paneles de fundición que actuaban como dovelas. Una serie de 105 paneles componía cada nervio. De esta manera, el abovedado de piedra se adaptó a la construcción de hierro. Hacer una jácena continua de esta luz estaba lejos de las posibilidades de la época.