Durante la segunda mitad del siglo XVIII los países germanos pretendían distanciarse de la cultura francesa y de los universalismos de la ilustración. Por ello, se intensificó la búsqueda de la identidad cultural del país creando una Kultur específicamente alemana y acercándose cada vez más al creciente proceso de modernización. En 1871, tras la unificación de los estados de Alemania se intensificó el proceso de industrialización, desarrollándose a partir de entonces (periodo 1907-14) un debate en torno a la cultura y la industria (similar al ocurrido en buena parte de los países de Europa) pero que en Alemania contó con un componente ideológico diferenciador unido al Volk (el pueblo, la nación). Se trataba de un movimiento que pretendía reformar la cultura del país, buscando la identidad de la nación. Intentaron encontrar el equilibrio entre sus raíces preindustriales y la modernización. Los debates desarrollados en torno a la Wekbund, y los planteamientos y realizaciones arquitectónicas de Henry Van de Velde, Peter Behrens o Walter Gropius, nos explican esta situación que convirtió a Alemania en la primera potencia industrial del momento.