3.- Las publicaciones.
Tras el folleto de Gropius Internarionale Architektur, publicado en 1925, se multiplican rápidamente las publicaciones sobre el Movimiento Moderno: una modesta contribución de Hilberseimer en 1926, el voluminoso libro sistemático de Platz, en 1927, los ensayos de Ivleyer, en 1928, de Hitchcock y de B.Taut, en 1929, de Malkiel-Jirmounsky y de Cheney, en 1930: entre 1929 a 1932 salen los cuatro tomos del Wasmuth Lexicón der Baukunst y, en 1930, el primer volumen sobre la obra de Le Corbusier de 1910 a 1929; en Italia se publica, en 1931, la antología de Fillía y, en 1932, el libro iconográfico de A. Sartons. En estos libros la arquitectura moderna está presentada no como un ideal futuro, sino como un resultado en cierta medida ya realizado en el presente y que contiene, por lo tanto, en sí mismo, sus justificaciones.
También en el campo de las revistas la situación cambia: desaparecen, uno después de otro, los periódicos de vanguardia: L'Esprit nouveau en 1925, De Stijl en 1928, la revista de la Bauhaus en 1929, pero nacen en compensación otros nuevos periódicos de orientación moderna y de más amplia difusión. En 1926 aparecen Die Form, órgano del Deutscher Werkbund, y Das neue Frankfurt, que refleja la experiencia de E. May; en 1930 sale L'Architecture d'ajourdhui y, en Italia, Pagano toma la dirección de La Casa bella; los artículos y las obras de los arquitectos modernos empiezan a publicarse también en revistas tradicionales como Moderne Dan-formen, Wasinuth Monatshefte für Baukunst und Stiidtebau, The Architectural Review.
No se trata de propugnar una nueva tendencia, sino de documentar y explicar un movimiento ya operante, y se hacen esfuerzos para dar explicaciones simples, positivas y compresibles a todos, utilizando argumentos técnicos y abandonando las justificaciones formales.