Fue un informe encargado por el presidente Jimmy Carter el 23 de mayo de 1977 y dirigido por Gerald O. Barney. Se basó en datos recopilados por diferentes instituciones. Estos datos e información se utilizaron en modelos informáticos para hacer proyecciones para el futuro basadas en las tendencias para las próximas décadas. El estudio fue traducido al alemán en el mismo año de su publicación. Un informe adicional bajo el título "Futuro global: tiempo de actuar" se publicó en 1981. Este es el segundo estudio después de Los límites del crecimiento que inició el debate sobre posibles tendencias futuras como el calentamiento global, la escasez de energía, el crecimiento explosivo de la población, la erradicación de especies de plantas y fauna, la extinción de la diversidad genética y un sistema económico global basado en deseos ilimitados en contraste con los recursos finitos de la Tierra, etc. El informe concluía: "Si las tendencias actuales continúan, el mundo en el 2000 estará más poblado y será más vulnerable a las perturbaciones del mundo en el que vivimos ahora. Se vislumbran claramente tensiones graves que afectarán a la población, los recursos y el medio ambiente. A pesar de una mayor producción material, la población mundial será más pobre en muchos aspectos que en la actualidad".