En el capítulo se hace alusión al urbanismo del siglo XIX. Para ello se toman como modelo y referencia Londres y Paris, las dos ciudades europeas más desarrolladas de la época industrial, comparando sus modelos de desarrollo urbano.
En este siglo, donde la disciplina urbanística toma una destacada importancia, creándose los primeros especialistas en dicha materia, naturaleza y crecimiento urbano entran en contacto a una escala y dimensiones no vistas hasta el momento.
Los squares, las plazas ajardinadas en Bloomsbury, las viviendas a gran escala de Regent´s Part en Londres, se contraponen con los modelos parisinos que lleva a cabo el Barón Haussman en Paris (1853-1868) lleno de largas avenidas, plazas, boulevares y parques para paseantes… todo ello llevado a una escala hasta entonces nunca vista. En donde se entiende la ciudad, como un problema técnico, sometida a una enorme y constante financiación, con predominio de la calles como recurso articulador del desarrollo.