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COBBERS Arnt. Erich Mendelsohn (1887-1953). El visionario analítico. Edit. Taschen. Colonia, 2007.


p. 57-59. "En esta era de materialismo arquitectónico, es revolucionario decir que una familia no consta sólo de individuos que duermen, se lavan y comen. ! Son seres humanos, seres espirituales ¡; Necesitan un entorno, - me atrevo a decir la palabra- una decoración de alto nivel. Ésta inspira, irradia amplitud y belleza, Le desor a todo elmundo una casa de este tipo". El elogio del pintor francés Amédée Ozenfant terminada con la sentencia: "Casa para un Goethe de 1930", tildada de exagerada no sólo por los críticos de Mendelsohn. En 1932, en lugar de disfrutar calladamente su lujo, Mendelsohn publicó el volument Neues Haus-Neue Welt (Nueva casa, nuevo mundo) en tres lenguas, profusamente ilustrado y con un prólogo de Ozenfant. No se puede reprimir del todo la impresión de que el proyecto de la vivienda propia surgió también del deseo de mostrársela un día al público espacializado. 


Si bien poco antes de su boda, en 1915, el arquitecto ya había esbozado una casa para su prometida, una villa para una familia de cinco miembros ypersonal, son un salón de música y una galería de arte en el centro, los Mendelsohn cicían desde 1919 en tres habitaciones de alquiler de la pensión Westend. Para Mendelsohn, la independencia era un don muy preciado. Escribió en una carta: "Se trata de ser ligero y flexible. Quien no tiene movilidad , se vuelve esclerótico". 


Sin embargo, en 1926, Mendelsohn inició la búsqueda de una parcela adecuada, acaso por amor a su mujer. En 1928, la elección recayo enunsolar alargado y estrecho, situado en Am Ruperhorn, un callejón sin salida del barrio de Westend. Era una parcela de 4.000 m2 en la cima de un monte con vistas y acceso al rio havel, en donde se ensancha a modo de lago En el verano de 1930, se celebró la ocupación de la vivienda. Mendelsohn no se encontraba demasiado a gusto con esto. A fines de 1928, le escribió a su mujer: "MIllones vociferan en favor de la guerra, la misma que los devora como víctimas. ¿ Y nosotros?...Construimos una casa... Dilapidamos nuestro bien más preciado, la reflexión silenciosa, la sencillez productiva - ¿para quién?. ¡Por costumbre, por pereza, por nadar con la corriente, por codiciar posesiones y por el placer de permitirse todo! Con gusto disimulamos esas vanidades alegando una búsqueda de belleza y de ideales, pero la realidad nos agota y debilita nuestro espíritu". 


El edificio de ladrillos y enlucido de color blanco, de claras formas y de dos plantas sobre una distribución de planta en L, es un silencioso lugar de recogiiento enclavado en la naturaleza. Está protegido visualmente de la calle por un alto muro.  Desde el acceso, conducen hasta el garaje una calle y, en la línea recta hasta la entrada, un camino de losetas de cemento de 25 m. La fachada del acceso es poco invitante; la planta baja carece de ventanas y el cuerpo constructivo está abierto sólo por una delgada faja de ventanas dispuesta prácticamente bajo el nivel de la cubierta plana. Se accede primero a un ala peuqña y de una planta donde también se alberga la cocina. Tras atravesar el vestíbulo, se llega a un hall conun grupo de asientos que comunica, hacia la derecha, conun comedor que sobresale del plano de la fachada a modo de mirador acristalado y, hacia la izquierda - por un paso abierto de piso a techo- con el espacio más amplio de la vivienda; la sala de música. Pulsando un botón de un sistema electrónico, la gran ventana del hall se puede hundir en el piso. En cambio, en la sala de musica, más espaciosa, Mendelsohn no aspiraba a una articulación fluida entre el exterior y el interior. Aquí, los antepechos con los calefactores definen una clara barera, acentuada aún más con los paños portantes del muro. También los despachos y los dormitorios para el matrimonio, los niños y los huéspedes de laplanta alta están orientados hacia el oeste, hacia el rio Havel. Mendelsih dijo : "La planta de las habitaciones es un pequeño hotel, Dimensiones reducidas. Cada uno para sí, cada habitación con baño, teléfino y lo que desee individualmente". En el sótano, junto a las áreas de servicio y bajo la terraza, había un gimnasio. Mendelsohn alojó  en los muros una amplia serie de máquinas que debería hacer más cómoda la vida cotidiana. Ozenfant indicó. " Si bien la moda dictamina mostras los órganos, una casa no es una revista militar... ni un museo de macánica". Los muebles fueron diseñados por el propio Mendelsohn, algunas piezas únicas en plata fueron realizadas por el orfeble Emil Lettré y Amédée Ozenfant. 


A menudo, Los Mendelsohn acogian a ilustres huéspedes como André Gide, Salman Schocken, Theodor Wolf, Chaim Waizmann o Alber Einstein, que solñia llegar en velero por el Havel. El año alcanzaba su apogeo con el cumpleaños de Mendelsohn - y de Juan Sebastian Bach - que se celebraba con un concierto privado y la participación de Einstein como violinista. Ea difícil decir su fue duro para los Mendelsohn abandonas su casa para septiembre  en 1933. En rodo caso, un año después de ocupar la vivienda, Mendelsohn habñia escrito en una carta a su mujer que sentía "La firme existencia" de la nueva casa como "limitadora y angustiante". 

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