págs.140-145. "El ayuntamiento de Oñati es Monumento Histórico Artístico de la Provincia de Gipuzkoa desde 1964, y su obra es considerada como una de las más importantes del Barroco Civil en todo el País Vasco. Si la Universidad de Oñati realizada bajo el mecenazgo de Mercado de Zuazola se puede comparar con las más importantes universidades renacentistas del momento, el Ayuntamiento aunque cronológicamente no es el primero de estas características, es motivo de referencia constante, por su factura, ubicación y belleza. A pesar de la tardía incorporación de Oñati a la provincia de Gipuzkoa, no tardó en convertirse en una de las localidades designadas para las reuniones de las Juntas Generales. Antes de esta intervención, no tenemos noticias de la existencia de otra construcción dedicada al uso exclusivo de Ayuntemiento. Sabemos que entre otros sitios se llevaban a cabo reuniones de gobierno, en el claustro de la Iglesia parroquial y en el hospital o casa de beneficencia, pero mayormente en la casa del alcalde. Esta peculiaridad resulta cuando menos curiosa, pues cargo y espacio aparecen vinculados de forma explícita. Los componentes del ayuntamiento tenían que vivir en el casco de la villa. Y parece que el puesto de alcalde iba íntimamente unido a poner a disposición un espacio particular para ejercer dicha responsabilidad. Si el electo no vivía en el pueblo, sino en el caserío, tenía que poner casa en la calle mientras ostentara el cargo. Así se realizó hasta el siglo XVIII en que pudieron reunirse en el actual edificio consistorial. La construcción del actual Ayuntamiento va íntimamente unida al desarrollo comercial de la localidad y a la consolidación del mercado. En 1758 el Concejo de Castilla da su autorización para que se realice el mercado semanal y una feria franca en la villa. Este acontecimiento determinó que en fechas inmediatamente posteriores se pusiese en marcha el mecanismo para realizar el edifico del Ayuntamiento, pensando al principio más en que sirviera de alhóndiga, satisfaciendo así las necesidades del mercado, que en que cumpliera las funciones de gobierno de los ciudadanos. La zona que actualmente coincide con Plaza de los Fueros, parece que por aquel entonces era ya un espacio consolidado como núcleo de reunión y contacto ciudadano. Por estas fechas se retoman solares y modifican parcelas con objeto de llevar a cabo las obras pertinentes. La idea es que se pueda instalar tanto el mercado como el Ayuntamiento, que con su nueva alhóndiga potenciaría dicha actividad comercial. La Casa Consistorial fue el núcleo de desarrollo de una reforma urbana de ordenación y embellecimiento en la zona, en el que intervinieron posteriormente arquitectos como Mariano José de Lascurain y Antonio Cortázar mostrando su actual aspecto. El edificio municipal construído entre los años de 1764-1783 fue diseñado por Martín de Carrera, colaborando con el proceso constructivo Francisco de Echánove quien se encargó de la cantería y Francisco de Cortaberría y Miguel de Sarazíbar de la carpinteria. La más que notable labor de herrería la llevaron a cabo José de Labroche, Joaquín de Arbe y Ventura Jubiondo, correspondiento el diseño de la sillería de la sala principal Manuel Martín de Carrera . A pesar del fallecimiento del arquitecto Martín de Carrera el 31 de agosto de 1768, la obra se desarrolla con normalidad, entregándose en los plazos establecidos.
La Casa Consistorial de Oñati es una construcción exenta de finales del Barroco que está ubicada en uno de los extremos de la plaza, entre las calles Zumalacárregui y Barria, poseyendo un fuerte sentido urbano. Edificio de piedra sillar, tiene planta rectangular, acceso por soportales más dos alturas y cubierta a cuatro aguas. Su fachada principal tiene una composición simple y una primorosa decoración con destacada obra de cantería y talla que da al edificio un valor añadido. Cuatro pilastras gigantes elevadas sobre unas pequeñas basas, van desde el suelo hasta prácticamente la cornisa y recorren verticalmente dicha fachada ordenando simetricamente la composición en tres alturas. Al nivel del suelo se abren los soportales que dan acceso al pórtico por medio tres arcos carpaneles, algo retranquedados con respento a las pilastras, lo que aumenta el movimiento en fachada. Los pisos superiores poseen seis vanos moldurados, tres por cada altura que corresponden con los balcones, en torno a los cuales se concentra la riquísima decoración: rocallas, orejeras, frontones curvos partidos, florones, cartelas, molduras, hojarasca, elementos vegetales, veneras, ménsulas, guirnaldas caídas, decoración menuda…. Por otra parte la labor de forja de los balcones y la escalinata son de magnífica factura, a base de de rocallas, flores de chapa recortada, formas geométicas con juegos ondulados y líneas redondeadas en movimiento. La abundancia decorativa continúa en el tramo central con el escudo, que rompe el alero dejándolo a modo de frontón. Finalmente cinco pináculos sobre el tejado coincidiendo con las bandas de fachada, aumenta todavía más la faceta decorativa. Eli nterior es conglomerado y se accede mediante los arcos cubiertos de bóveda de arista enyesados. Bajo ellos se encuentra la puerta principal que conduce a una gran escalera de un tramo, que tras el descansillo se convierte en escalera doble. La caja de esta escalera está cubierta con un pequeño tambor ciego y un cupulín con gajos. El gran salón de sesiones tiene tres puertas de entrada, coincidentes con los balcones de fachada. Las fachadas laterales son de piedra sillar en la primera planta y el resto de mampostería revocada. La variedad de usos; juzgado, vivienda, archivo, alhóndiga, cárcel… parece que caracterizó los primeros años de actividad de este singular edificio, cuya popularidad hace olvidar otros ayuntamientos de similar composición que carecen de su elegancia".