STEFFENS Martin., K.F. Schinkel 1781-1841. Un arquitecto al servicio de la belleza. Edit.Taschen. Colonia, 2003.

pág. 61-67."El rey adquirió una finca al sur del parque de Sanssouci que regaló al príncipe heredero en las Navidades de 1825. Al igual que sus hermanos, Federico Guillermo debía disponer de una residencia estival enPostdam. karl Friedrich Schinkel fue el encargado de realizar la planificación arquitectónica. 

En el enorme terreno se erigia una casa solariega del siglo XVIII. Con la escrituras se adjuntaron también unos planos realizados por el paisajista Peter J. Lenné que integraban la propiedad de los jardines del castillo. Al príncipe heredero, amante del arte, le entusiasmaba la arquitectura. Schinkel ya le había dado clases de diseño y arquitectura, así es que el proyecto de reconstrucción del castillo de Charlottenhof fue llevado a cabo conjuntamente por el cliente y el arquitecto. Para todo aquello relacionado con el diseño del parque consultaron a Lenné.

La construcción existente no era excesivamente grande. Se componía de un podio y un piso con una cubierta afilada. La idea era convertir la casa de campo en una villa de estilo clásico que, además de servir como lugar de retiro para elpríncipe, también rindiera homenaje a su admiración por la Antigüedad. Coo era habitual, Schinkel tuvo que conservar gran parte de la estructura existente por motivos económicos. La estructura básica , las aberturas de las ventanas y las peredes interiores se mantuvieron casi intactas. Sin embargo, el edificio quedó prácticamente irreconocible una vez finalizadas las obras de reconstrucción. Se había retirado la cubierta pronunciada a dos aguas y en su lugar se había colocado una cubierta con relieve de templo sobe la parte central del cuerpo arquitectónico principal de la casa. Un mirador semicircular en el dormitorio principal del príncipe heredero ofrecía una vista panorámica del parque. Una vez finalizadas las obras de remodelación, el Castillo de Charlottenhof tenía el aspecto de un villa neoclásica conuna elegancia sencilla. 

El ingenioso diseño del parque también contribuyó notablemente a este nuevo efecto. En el jardín se depositó tierra hasta cubrir por completo el podio de la casa. Al final de la terraza se colocó una exedra, un banco semicircular desde el que se podía contemplar la villa, el parque y el nuevo palacio de Federico el Grande. Visto desde el jardín, el castillo de Chalottenhof parecía haber sido añadido a un templo antiguo. Las fuentes, las pérgulas cubiertas de parras, las esculturas y los abovedados realzaban el encanto mediterráneo de toda la finca. 

El castillo poseía diez habitacione en la planta principal, algunas de ellas más bien pequeñas. Las estancias principales - un vestíbulo, una sala de estas y una terraza - se hallaban en el eje central del edificio. Estas conducían a las habitacione privadas del ala norte del edificio.  Merece la pena destacar la decoración interior, que todavía se conserva hoy en día y que fue diseñada parcialmente por Schinkel. La zona de invitados se hallaba al sur de la sala de estar. La habitación más original era la llamada "sala carpa", que como su propio nombre indica, parecía una tienda de campaña con sus telas a rayas azules y blancas.  Las habitaciones de servicio se hallaban en la planta del podio. Parecía que el castillo de Charlottenhof fuera una residencia estival de clase media debido a sus pequeñas dimensiones, pero es que este edificio no era más que un arreglo provisional. Schinkel y el príncipe heredero habían proyectado la construcción de un enorme complejo arquitectónico al oeste del terreno, donde debía reconstruirse la villa toscana descrita por Plinio, el autor clásico. Sin embargo, al igual que muchos de los diseños de Schinkel, este proyecto de ampliación de Chalottenhof nunca se llevó a cabo.

A partir de 1829 se construyeron en las cercanías del castillo los llamados baños romanos. El objetivo principal de estos baños era crear un lugar acogedor. Los edificios, dispuestos de forma asimétrica, se agrupaban en torno a varios patios interiores y se abrían a alcobas y pérgolas. El edificio principal era el único conuna utilidad práctica, como residencia del jardinero.

El príncipe heredero también participó en el diseño de este pintoresco complejo. Es probable que Schinkel ejerciera asimismo cierta influencia en su planificación, que confiaba casi en su totalidad  a Ludwig Persius, arquitecto y alumno de Schinkel. En los baños romanos se incorporaron ejemplos de la arquitectura rural italiana que Schinkel conoció durante sus viajes a Italia en 1804. Por aquel entonces Schinkel había pensado en lanzar una publicación sobre estas construcciones medievales tan desconocidas. Enlos baños romanos de Charlottenhof se unen varios estilos arquitectónicos, para formar un conjunto de edificios que parecen haber aumentado con el tiempo. Schinkel dijo de él que era "un todo agrupado como un cuadro que ilustraba bellas vistas, lugares de descanso secretos, habitaciones acogedoras y espacios abiertos que ofrecían el placer de la vida campestre".