En nuestros días no seguimos llamando rascacielos a todo edificio alto. La definición que ha sido aceptada exige como cualidad esencial del rascacielos un esqueleto de acero con paredes exteriores e interiores que cumplan la sola función de pantallas. Investigaciones recientes han establecido con gran precisión las distintas etapas que convierten al alto edificio de oficinas, con paredes portantes, en un rascacielos. No interesa aquí tratarlas en detalle.
Todo lo que necesitamos decir de la prehistoria del rascacielos es que los altos edificios de oficinas no fueron posibles antes del advenimiento del ascensor (1852) y más particularmente del ascensor eléctrico (inventado por W. Von Siemens en 1880). En 1888-89, en el edificio Pulitzer de Nueva York, se alcanzó una altura de 349 pies (105 m) a pesar de las sólidas paredes de mampostería. Mientras tanto, sin embargo, William Le Baron Jenney (1832-1907) había construido en Chicago, en 1884-85, el Home Insurance Building con una genuina
construcción en esqueleto y luego, otros bloques de oficinas en Chicago tal como el Tacoma Building (1887-88) de Holabird y Roche, mejoraron en seguida la innovación de Jenney. Pero exteriormente, ni el Home Insurance, ni el Tacoma Building, ni los demás de los primeros rascacielos de Chicago, muestran un aspecto más avanzado que las acostumbradas torres de mampostería levantadas con anterioridad. Quedaba reservado a Sullivan el prestar atención a la voz del acero. El resultado es el Wainwright Building de St. Louis, piedra fundacional en la evolución del Movimiento Moderno. Fue diseñado en 1890. Mr. Morrison ha puntualizado con acierto que sus fachadas de ningún modo muestran la construcción en su integridad. Todavía las fajas de mampostería de las esquinas son más anchas que las demás y todas las restantes tienen el mismo ancho a pesar de que solamente a cada dos de ellas corresponde un puntal de hierro. El último piso, con sus ojos de buey y la cornisa superior ampliamente proyectada con una lozana y personal decoración Art Nouveau, también tienen reminiscencias de la tradicional construcción en piedra. Sin embargo, Sullivan ya había comprendido que la grilla de acero requiere un exterior basado esencialmente en un mismo elemento o, como él expresara, debemos "partir de la célula individual, la cual requiere una ventana con su parante de separación, su alféizar y su dintel y sin más rodeos, tratarlas todas igual porque son iguales". De aquí la espléndida simplicidad de ritmo y la resuelta precisión de su efecto. En contraste con van de Velde, Sullivan trasladaba así, ala realidad de los grandes edificios aquellas teorías revolucionarias suyas que hemos discutido al comienzo de este libro.
No fue el único arquitecto en Chicago que tuvo una sensibilidad tan marcada respecto al carácter de la entrante centuria. Ella apareció en Richardson cuando se abocó a la tarea de proyectar el Marshall Field Wholesale Building en 1885, un bloque masivo, de ningún modo un rascacielos, pero un monumento al comercio y a la industria levantado con prescindencia de todos los atavíos y adornos tradicionalmente asociados a la monumentalidad. Los arcos circulares son la única alusión al pasado neorromántico del arquitecto. El espíritu es enteramente original y debe haber impresionado enormemente no sólo a Sullivan sino también a Burnham y Root cuando construyeron el Monadnock Block en 1890-91. Este edificio no tiene ninguna de las formas de Richardson ni hace uso del esqueleto de acero. Es la última de las grandes torres de mampostería y sin embargo, en su firme decisión de no mitigar con molduras y ornamentaciones sus puras líneas, es enteramente de la nueva era. Hasta ese punto pueden ser discordes en un momento dado la técnica y la estética, aún en una evolución tan consistente como la de la Escuela de Chicago.
En los sótanos del Monadnock Block y de otros edificios de oficinas americanas se usó hormigón, aunque no como un elemento del diseño arquitectónico. En verdad, el fortalecimiento de las fundaciones de los edificios fue una de las primeras tareas que se encomendó a este material, que llegaría a ser tan significativo en el siglo. Su prehistoria ha sido dilucidada de lleno recientemente, de manera que su evolución puede resumirse con toda facilidad. Ante todo, cabe puntualizar las diferencias entre cemento y hormigón -siendo el hormigón una mezcla- y entre el hormigón en masa y el hormigón armado, mediante barras de hierro o acero que agregan a la resistencia a la compresión del hormigón, la resistencia a la tracción del hierro.
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p.249...Los contemporáneos de Jenney tienen mayores ambiciones artísticas y se esfuerzan por eliminar las referencias a los estilos históricos, pero no son tan coherentes respectoa a la invención estructural.
Holabierd & Roche construyen en 1899 el Tacoma Building, utilizando una estructura mixta con algunos muros portantes tanto internos como externos; no hay elementos arquitectónicos que pasen,en fachada, de un piso a otro, pero la gradación de los elementos arquitectónicos en altura se obtiene con una rarificación progresiva de la ornamentación y con una especie de ático con galerías.
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Págs. 35-55. “Organicismo frente a clasicismo: Chicago, 1890-1910”
pág. 37 "Ya desde mediados del siglo XVIII, los racionalistas franceses como el abate Marc-Antoine Laugier, monje jesuita y teórico de la arquitectura, habían argumentado en favor de la reducción de la masa en los edificios y de la expresión de una estructura de esqueleto. Provistos de esta teoría que habían asimilado a partir de los escritos de Viollet-le-Duc. Los arquitectos de Chicago partían del supuesto de que los huecos de las ventanas debían ampliarse de modo que se extendiesen de un soporte a otro y proporcionasen el máximo de luz natural. Pero todavía sentían la necesidad de conservar esas jerarquías de la fachada clásica que eran características de los palacios del quattrocento italiano. El resultado de todo ello fue un compromiso en el que el revestimiento de fábrica adoptaba dos formas: pilastras clásicas que sostenían arquitrabes lisos; y pilares con arcos de medio punto, es decir, el denominado Rundbogenstil (estilo arco de medio punto) que había tenido su origen en Alemania en el segundo cuarto del siglo xix y que habían llevado a Norteamérica algunos arquitectos inmigrantes alemanes. En las soluciones iniciales, grupos de tres pisos se superponían unos sobre otros, como puede verse en el edificio Rookery (1885-1886), de Daniel H. Burnham (1845-1912) y John Wellborn Root (1850-1891), y en los almacenes Fair (1890) de William Le Baron Jenney. En los almacenes mayoristas Marshall Field, con sus muros exteriores de cantería maciza, Henry Hobson Richardson (1838–1886) supero el efecto de apilamiento de esas soluciones reduciendo la anchura de los huecos en las distintas bandas superpuestas; y Dankmar Adler (1844-1900) y Louis H. Sullivan (1856-1924) adaptaron esta idea a una construcción de estructura metálica en su edificio Auditorium (1886-1889)"-
Mientras tenían lugar estos experimentos y adopciones, también se estaba estudiando un planteamiento alternativo y más pragmático. En el edificio Tacoma (1887-1889), obra de William Holabird (1854-1923) y Martin Roche (1853-1927); en el edificio Monadnock (1884-1891, una severa construcción de fábrica, totalmente carente de ornamentación), de Burnham y Root; y en el edificio Reliance (1891-1894), de Burnham & Co., los distintos pisos no estaban agrupados jerárquicamente, sino que se expresaban como una serie uniforme en la que la perdida de impulso vertical se compensaba con bandas verticales de miradores salientes. En el edificio Reliance, el revestimiento era de terracota en lugar de piedra, y conseguía crear un efecto de extraordinaria ligereza.
Fue Louis H. Sullivan quien consiguió sintetizar estos dos tipos antitéticos. Si puede decirse que el tipo «palacio, representado por el edificio Auditorium, tenia algún punto débil, era que no reflejaba el programa, pues en realidad todos y cada uno de los pisos tenían la misma función. El tipo representado por el edificio Tacoma adolecía del defecto contrario: la similitud de las funciones si se apreciaba, pero el edificio, al ser una mera sucesión de pisos, carecía de expresión monumental.