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BENEVOLO, L.,Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987. 


 Págs. 621-669. ”Formación del Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras.Los progresos de la arquitectura europea entre 1930 y 1940”


2.- Los resultados de las investigaciones marginales en Francia e Italia...


En Italia, como ya hemos dicho, los arquitectos modernos se comprometen, desde un principio, en el intento de adaptarse a las directrices del régimen fascista; mientras este intento sigue su curso y parece poder tener éxito, casi todas las obras, incluso las mejores, presentan un carácter demostrativo que falsea su carácter y que, hoy, a distancia de tiempo, las envejece completamente: así ocurre con los edificios modernos de la ciudad universitaria de Roma (con la parcial excepción del Instituto de Física de Pagano), con la estación de Florencia, con la Casa del Fascio en Como. En otros casos, los resultados de la injerencia política son todavía más graves: se buscan absurdos efectos monumentales, se tergiversan los volúmenes lisos del lenguaje racionalista por las murallas a lo Piacentini, como, por ejemplo, en el proyecto de Terragni para el palacio del Littorio en la via dell'Impero, o en muchos proyectos del concurso para la E 42 realizados por los racionalistas.


Sólo después de 1936, cuando han caído las ilusiones de poder controlar los grandes encargos oficiales, los mejores buscan ocasiones más limitadas y es aquí donde nacen las mejores obras de la arquitectura italiana anterior a la guerra: dos pabellones y una biblioteca en Roma, de M. Ridolfi; la sede de la Universidad Bocconi, en Milán, de Pagano y G. Predaval; algunos montajes de exposiciones, de Franco Albini (1905-1977); el barrio intensivo en la desembocadura del Bisagno en Génova, de Luigi Carlo Daneri (1900-1972); el dispensario de Ignazio Gardella (n. En 1905) en Alessandria; los hangares de Pier Luigi Nervi (1891-1979) en Orbetello . Tras cada una de estas obras existe una paciente y apasionada búsqueda personal -véanse los estudios de Ridolfi sobre modulación de puertas y ventanas y sobre muebles fijos que, sin embargo, se detiene inevitablemente cuando llega a determinada escala, más allá de la cual se convierte en pura teoría; el barrio «Milano verde de Albini, Gardella, Minoletti, Pagano, Palanti, Predaval y Romano, la «città orizzontale» de Pagano, Diotallevi e Marescotti, el barrio de Rebbio de Terragni y Lingeri no son más que propuestas demostrativas, hechas sabiendo que las posibilidades de realización eran muy remotas.


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PEEL Lucy, POWELL Polly, GARRET Alexander.,Introducción a la Arquitectura del siglo XX. CEAC. Barcelona, 1990.


Págs.66-69. “Arquitectura estatal”


En 1932 Mussolini comenzó la construcción de una nueva ciudad universitaria en Roma, llevada a cabo por el arquitecto Marcello Piacentini. Los edificios tenían una estructura típica de hormigón armado y un contraste de ladrillo y piedra. Lo más grandioso era el Rectorado de Piacentini, que tenía cuatro pilastras gigantescas antepuestas.


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FRAMPTON. K., Historia crítica de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1993. 


págs. 205-211... La posición de Piacentini se vio reforzada por la fundación de la Agrupación de Arquitectos Modernos Italianos (RAMI en sus siglas italianas), un grupo fascista que evitó toda condena categórica tanto de los ´novecentistas´ como de los racionalistas y que dio su apoyo a os vestigios clasicistas del stile littorio. Las directrices que Piacentini impuso a los nueve arquitectos que colaboraron con él en 1932 en la nueva Universidad de Roma establecieron, mediante la repetición de elementos simples, los rudimentos del gusto oficial fascista. Este estilo, notablemente coherente, se expresaba casi siempre en unas masas de piedra o ladrillo de cuatro alturas, rematadas por cornisas rudimentarias y articuladas únicamente mediante una modulación individual, la expresión representativa quedaba restringida principalmente a las entradas, donde -con columnatas, bajorrelieves y frisos con inscripciones- adoptaba una forma clásica. Aunque ningún miembro del Gruppo 7 trabajó en este conjunto, tres edificios del equipo de Piacentini revelaban cierta afinidad racionalista: la escuela de Matemáticas, de Gio Ponti; el edificio de Mineralogía, de Giovanni Michelucci; y sobre todo, el instituto de Física de Giuseppe Pagano, elegantemente revestido de ladrillo.


pág. 212-225. “Lugar, producción y escenografía; práctica y teoría internacionales desde 1962” 


Influida por De Chirico y por los pintores metafísicos del movimiento Novecento -por personajes que estaban al corriente de la modernidad, pero que no se sentían seducidos por ella-, la vanguardia arquitectónica milanesa encabezada por Giovanni Muzio empezó a reinterpretar las formas clásicas del Mediterráneo como una antítesis consciente del culto a la máquina del Futurismo. La obra inaugural de este movimiento, el edificio de viviendas conocido como Ca' Brutta, construido en 1923 por Meza en la via Moscova de Milán, fue tanto un punto de partida para la obra de los racionalistas italianos como una influencia para el stile littorio de Piacentini,que surgió con la Universidad de Roma, iniciada bajo su dirección en 1932. La defensa por parte de Muzio de la tradición clásica, escrita en 1931, mostraba un conocimiento de la universalidad de la Nueva Tradiciónque trascendía los caprichos de su propio estilo, inspirados en Piranesi. Escribía del Novecento como si fuese de convicciones anti se preguntaba «¿Acaso no nos estamos anticipando a un movimiento cuyo inminentenacimiento se anunciaba por toda Europa con síntomas vacilantes pero generalizados?»


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COLQUHOUN Alan., La arquitectura moderna, una historia desapasionada. Gustavo Gili. Barcelona, 2005. 


Pág. 183-192.Del racionalismo al revisionismo: La arquitectura en Italia, 1920-1965”


Durante la primera mitad de la década de 1930, la fortuna política de los racionalistas fue mejorando tras su participación con éxito en una serie de proyectos públicos. Los más importantes fueron:



  • La Universidad de Roma (1932-1935): aunque el arquitecto responsable fue el tradicionalista Marcello Piacentini (188t-1g6o), varios de los edificios fueron asignados a los racionalistas, entre ellos la Facultad de Física, obra de Pagano.

  • Las obras para el Ministerio de Comunicaciones, entre ellas la nueva estación ferroviaria de Florencia, obra del Gruppo Toscana.

  • Las nuevas ciudades construidas en los pantanos desecados de L Lanura Pontina, al sur de Roma, la más célebre de las cuales fue Sabaudia, proyectada por un grupo encabezado por Luigi Piccinato (1899-1983) en la que se prestó la misma atención a los temas socioeconómicos que a los simbólico-estéticos.


En el norte del país (lejos de la influencia directa de Roma), el racionalismo también alcanzo un relativo éxito, pese a la indiferencia a veces a hostilidad del Partido Fascista. Estos arquitectos racionalistas llevaron a cabo importantes proyectos, tanto privados como públicos: entre ellos, Figini y Pollini (por ejemplo, la casa del propio Figini en Milan, de 1934 - 1935) y Giuseppe Terragni, cuya Casa del Fascio en Como (1932-1936) era una fusión del monumentalismo clásico con la abstracción moderna. Terragni era el mis dotado de los arquitectos de Gruppo. Su obra es notable, entre otras cosas, por su compleja interacción de las superficies con el esqueleto estructural, como en la fachada este de la Casa del Fascio y en la casa Giuliani-Frigerio (1939) aludiendo a «ese concepto de Mussolini de que el fascismo es una casa de vidrio en la que todos pueden entrar, los aspectos clasicistas del edificio indujeron a Pagano a condenarlo por formalista y por representar una «sensibilidad aristocrática». El conflicto entre Pagano y Terragni no era político (ambos eran fervientes fascistas); era el mismo conflicto que había enfrentado a Hannes Meyer y Le Corbusier: por un lado, un rigor moralista; por otro, un esteticismo idealista.


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