Págs.74-79.“Construir para las masas. 1945-1970”.
De manera parecida, la demanda de coches con motor significaba que las ciudades se iban a ver interceptadas por autopistas que se abrían paso por zonas históricas, muchas veces sin preocuparse de los edificios existentes. La importancia del coche, cuya propiedad se empezaba a ver como una necesidad y no un lujo, en las décadas de los años cincuenta y sesenta se llevó a extremos en la planificación de ciudades nuevas, como en la capital federal modelo de Brasil (Brasilia, diseñada por Lucio Costa y Oscar Niemeyer de 1956 hasta hoy) y Cumbernauld, cerca de Glasgow, en Escocia. Ambas ciudades se planificaron desde el principio en función de las necesidades del coche. En Brasilia por ejemplo, se espera que todo el mundo conduzca y no camine. En general en los años cincuenta y sesenta, las ciudades se iban pareciendo cada vez de manera más notoria a algunas de las visiones totalitarias de Le Corbusier, de planificación de casas altas como los que aparecían en los estudios de la Ville Radieuse en 1930. La idea de separar la vida familiar del trabajo, el urbanismo y de llevar las viviendas fuera del centro de la ciudad, junto con la explosión de población de la posguerra, dieron como resultado la creación de muchos planes arquitectónicos que incluía una nueva concepción para la construcción de ciudades modernas e idealización de “proyectos”.
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Págs. 942-1023.”El cambio de los años sesenta”
1.- EL desafío de la gran dimensión.
La reconstrucción de la posguerra concluye con un período de desarrollo económico y social que, en América, se manifiesta ya en los años cuarenta y, en el viejo continente, en los años cincuenta. Los acontecimientos arquitectónicos de este período ya se han descrito en los capítulos XVIII (respecto a Estados Unidos), XXI (respecto a Europa) y XIX (respecto a los demás continentes).
En el decenio siguiente, de 1960 a 1970, la ha terminado y el desarrollo continua en todo el mundo, La población aument, tanto en los países industrializados como en los más atrasados, y las características del desarrollo -con el traspaso de la población activa de la agricultura a la industria, el crecimiento de las funciones terciarias, los cambios de la composición demográfica y de los estilos de vida- multiplican el impacto sobre el ambiente construido que invade ya toda la superficie del planeta Mientras la población mundial crece, entre 1960 y 1970, de tres mil millones a tres mil seiscientos millones aproximadamente, la población urbana pasa del 30 al 40% (de 1000 a 1500 millones) y las grandes aglomeraciones aumentan todavía más.
Europa, donde estos fenómenos comenzaron anticipadamente, sigue el mismo proceso de forma más moderada: la población europea -sin contar la Unión Soviética- pasa de 437 a 469 millones, y la población urbana del 56 al 58%, pero el incremento de los ingresos y los cambios sociales (definidos, en conjunto, por Galbraith en su libro La sociedad opulenta [The Affluent Society], de 1958) requieren un crecimiento y una diferenciación del patrimonio de la construcción todavía mayores que en el pasado.
La necesidad de una proyectación organizada debido a las modificaciones territoriales impone por doquier, tanto en los países del Este como en los occidentales, y los métodos de la cultura arquitectónica moderna, puestos a punto en el período anterior, se consideran parte integrante de la «planificación ». De este modo, los arquitectos modernos se encuentran, por vez primera, ante la situación de proyectar un gran número de asentamientos de gran escala y verificarlos en su ejecución.
A continuación citaremos las experiencias más importantes realizadas en el mundo entero durante la década que va de 1960 a 1970.
En Inglaterra, los problemas legales y económicos planteados por aquellas leyes innovadoras de los primeros años de la posguerra se resolvieron, en su mayoría, con la Town and Country Planning Act de 1959 y con la Land Compensation Act de 1961. El dispositivo fiscal y financiero introducido por la ley de 1946 queda prácticamente anulado y el precio por la adquisición de los terrenos necesarios para los programas de intervención pública es reconducido al valor del mercado; precisamente gracias a esta simplificación, los programas públicos pueden desarrollarse en mayor escala y poner precio al mercado mismo.
De hecho, en el decenio siguiente, las intervenciones públicas adquieren una nueva dimensión. En 1956, se aprueba la decimoquinta New Town, Cumbernauld, de 70.000 habitantes. Después de 1961 se realizan otras ocho y se aumentan de forma considerable las dimensiones previstas para todas ellas. En 1963 sale la primera edición del libro de Osborn y Whittick" que relata las experiencias realizadas y vuelve a animar la discusión internacional sobre el argumento. La nueva Ley de Urbanismo de 1962 obliga a las autoridades locales a preparar un plan de desarrollo de sus territorios. En 1963 se instituye un órgano central para la planificación urbana, ligado a los ministerios de transportes, de la construcción y de las administraciones locales que estimula las demás administraciones y suministra los criterios comunes. La acción del gobierno central encuentra respuesta en muchas ciudades. Los primeros Departamentos de Planificación independientes se constituyen en Newcastle, en 1960; en Leicester, en 1962, y en Manchester, en 1963; trazan barrios nuevos y planes de ordenación total de
los centros. En la capital, el London County Council ha sido sustituido en 1965 por el Greater London Council que administra un área más amplia que comprende la city y 32 municipios periféricos.
En este renovado aparato público confluye la búsqueda por una nueva forma de proyectar, iniciada en los estudios de detalle.
Las exigencias de una rigurosa separación del tráfico -rodado, de bicicletas y peatonal, de la integración entre las funciones y de un aumento dimensional, para lograr una vida urbana completa, conducen a un modelo puesto al día de la new town, con una población de 100.000 habitantes aproximadamente, y una estructura concéntrica (una corona exterior de industrias, una corona interior de barrios residenciales y un centro compacto para los comercios y los servicios Este modelo fue experimentado, por vez primera, en Cumbernauld ideada en 1956 bajo la dirección de Hugh Wilson y más adelante desarrollada en el proyecto y nunca realizado de la nueva ciudad de Hook, diseñada en 1960 por el London County Council para el Hampshire County Council.
También el principio de la separación vertical del tráfico se ha desarrollado de forma sistemática en el informe que Colin Buchanan realizó para el Ministerio de Transportes, publicado en 1963. En los años siguientes, sus sugerencias fueron aplicadas a muchos proyectos, como por ejemplo en algunas new town más recientes y en el plan de ordenación del centro de Liverpool (1966).
Todas estas experiencias encuentran un marco apropiado en la planificación territorial que se concreta en la segunda mitad de los años sesenta. Las elecciones iniciales de los planes locales referentes a los nuevos asentamientos y a la transformación de los ya existentes se reconducen, de forma gradual, hacia estudios más profundos en la escala superior, entre los cuales hay que destacar el plano estratégico para el sudeste de Inglaterra, publicado en 1970. El concepto de la new town derivado de la ciudad-jardín de Howard y caracterizado por una dimensión determinada (50.000 o 100.000 habitantes) ha desaparecido completamente: se trata de realizar un nuevo asentamiento con un procedimiento conocido que ha dado buenos resultados en el pasado, pero adaptado a las necesidades locales sin ideas preconcebidas; puede tener cualquier magnitud (Milton Keynes, aprobada en 1967, tendrá 250.000 habitantes a finales de siglo; las dos nuevas ciudades previstas en el Plano Estratégico para el sudeste, cerca de Northampton y Warrington, tendrán 230.000 habitantes cada una; la nueva ciudad en el Lancashire Central, aprobada en 1970, llegará a los 430.000 habitantes) y puede englobar ciudades o barrios más antiguos, o sea, no siempre es una «nueva ciudad>> en sentido estricto, sino que puede parecer un plano con ampliaciones coherentes (Runcorn, establecida en 1964, es una pequeña ciudad de 30.000 habitantes que debe crecer hasta 90.000; Northampton y Warrington tenían casi 130.000 habitantes cada una, ya en el momento de su planificación en 1968; Londonderry, en Irlanda del norte, creada en 1969, tenía 70.000 habitantes y debe llegar a 100.000).
Algunas ciudades nuevas de la primera serie -Crawley, Hatfield, Hemel Hempstead y Welwyn-se consideran “terminadas” y su administración ha pasado de las Development Corporations a una comisión central creada en 1959 para las new towns; la New Towns Association, instituida en 1970, elabora los registros y las informaciones necesarias para todas las administraciones interesadas.
El carácter más relevante de las experiencias inglesas es la continuidad con las de los años cuarenta y cincuenta (descritas en el cap. XXI), que produce un ciclo coherente entre proyectos, realizaciones y críticas y que conduce a nuevos proyectos. Este circuito se repitió varias veces y los resultados mejoraron gradualmente no por una mayor habilidad de sus inventores, sino por la selección producida a través del enfrentamiento con la realidad, como ocurre también en otros campos de la búsqueda científica. La espiral del método experimental -hipótesis, experimento, verificación- fue puesta en marcha por una generación y convalida, con la evidencia de sus efectos, la tesis de la “cientificidad” de la arquitectura moderna, afirmada. en línea de principio, entre las dos guerras. Sobre todo el gran experimento de las new tows-33 a principios de los años setenta aproximadamente a dos millones de personas y costaron 1500 millones de libras esterlinas, suma que, sin embargos se ha convertido en mucho mayor, cerrando en activo adquiere el valor de un método general, alternativo al tradicional, para el desarrollo de las ciudades, basado en la combinación de dos factores: la disponibilidad pública total, pero temporánea, de las áreas destinadas a construcción (el partido laborista presenta un proyecto de generalización de este procedimiento en su programa electoral de 1964) y la posibilidad de inventar libremente, en los nuevos espacios así creados, la forma del ambiente construido.
Hugh Wilson, el proyectista de Cumbernauld, ha escrito en la presentación del estudio sobre el centro de aquella ciudad:
Las new towns deben ser consideradas laboratorios de urbanística, en los que podrán ser elaboradas las ideas las ideas para la reestructuración de las ciudades existentes. Constituyen grandes ocasiones de recabar enseñanzas útiles para la solución de los problemas urbanísticos de las ciudades viejas y nuevas. El Gobierno debe sacar plena ventaja de las enormes inversiones realizadas en las nuevas ciudades, a fin de que sus habitantes, así como los habitantes de las viejas ciudades a transformar, puedan disfrutarlas al máximo.