El centro del edificio es un sólido de vidrio de unos siete pisos de altura, donde se encuentran las oficinas y las salas de lectura. Actúa como una brújula que por su transparencia se interrelaciona con el contexto museístico que se encuentra a su alrededor, contrastando las partes abiertas de este espacio, con las cerradas de los archivos. Quizás el logro más rotundo de Coenen es la manera de manipular la luz directa que entra en la fachada de cristal, teniendo en cuenta el reflejo de la luz del sol en la lámina de agua que enmarca al edificio. Estas constantes dan un carácter propio que lo llena de personalidad.
El segundo bloque de menos altura, elevado sobre unos pilares de hormigón y de carácter cerrado, tiene forma de media luna y arropa al edificio anterior. Aquí se encuentran la zona de almacenamiento y catalogación de los Archivos de Arquitectura holandeses y es donde se realizan todas las labores propias de estudio e investigación de todos estos materiales. El archivo tiene un papel importante como edificio separado de 200 metros de largo, en cuya construcción se utilizan materiales como el aluminio de color rojo, el hierro y el hormigón. Por ser una masa densa Coenen decidió elevarla para darle sensación de ligereza y estilizarla. Dicho espacio, al estar elevado sobre el suelo, tiene la parte inferior transitable para el público, convirtiéndose en un reclamo su colorida iluminación cambiante.
El edificio fue renovado y abierto al público el 1 de Julio de 2011 produciéndose una serie de cambios, que no afectaron a la estructura general del proyecto. Estos se centraron en la entrada y el estanque, la ampliación del restaurante y se añadieron una sala de exposiciones y un espacio para las actividades educativas. Jo Coenen creador del edificio, participo activamente en su renovación.