Este traspaso de lo racional estricto al delirio místico también se ha expresado en la teoría tratadística de un arquitecto tan singular como el chileno Juan Borchers (1910-1975), autor de un ambicioso proyecto de razonamientos y conceptos, de dibujos y medidas pensados para coordinar, comparar y unificar diversos sistemas geométricos, tanto los euclidianos como los orgánicos. Una parte de su ingente obra, conservada inédita en diarios personales, cuadernos de viajes y apuntes de clases, se expresa en sus libros Institución arquitectónica y Metaarquitectura.22 Borchers intentó un proyecto inabarcable: fundir la poesía con la matemática, siguiendo un pensamiento similar al de Ludwig Wittgenstein y señalando vías que luego trazaron artistas minimalistas y conceptuales: avanzar en un racionalismo tan insistente y holístico que llegase a alcanzar una especie de mística racionalista; por la vía de una razón sistemática, obsesiva y repetitiva llegar a la síntesis, al solipsismo, al espíritu, a una idealización formal de toda la realidad. El mismo Borchers escribe al principio de Metaarquitectura: "Estudioso de la lúcida obra del padre Van der Laan, he incorporado su sistema y su terminología, excediéndolos en más alcances numéricos, conceptuales, poéticos y bases sensoriales de la arquitectura”. Y concluye el libro citando a Charles Baudelaire: "Todo es número. El número está en todo. El número está en el individuo. La embriaguez es un número".
En su etapa madura Borchers realizó una breve serie de obras, como la cooperativa eléctrica de Chillán (1960-1967), donde demuestra que, paradójicamente, cuando construye, su minimalismo metodológico sigue exclusivamente la arquitectura en hormigón armado de Le Corbusier, en especial la del capitolio de Chandigarh.
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