págs.1053-1105.“La experiencia americana”
Pág.1077-1105 Arquitectura para una nación.
Pág. 1093. Siempre Grecia.
¿Por qué estaba América tan apegada a la Grecia Clásica? Por supuesto, la moda tuvo parte en ello. En Inglaterra y Alemania había arraigado un revival griego arqueológicamente culto, incluso antes de las Guerras Napoleónicas; el Edificio del Tesoro de Washington es el eco trasatlántico de construcciones como el Museo Británico o el Museo Antiguo de Schinkel de Berlín.
Luego estaba la pureza y moderación de la arquitectura griega, sus líneas sencillas y su austera decoración, la limpia lógica de su estructura arquitrabada. Los edificios «griegos» eran más fáciles de construir y costaban menos. A Mills le gustaba afirmar que sus edificios «comparados con otros edificios públicos de un carácter parecido de cualquier lugar, mostrarán con qué economía han sido construidos, costando nada más que la mitad que otros edificios de dimensiones parecidas». También proclamaba que «tenemos los mismos principios y materiales que los antiguos para trabajar, y debemos adaptar estos materiales a los hábitos y costumbres de nuestro pueblo como ellos hicieron».
Y en la práctica, eso es precisamente lo que él y otros hicieron. Los ensayos pioneros de Mills en construcción de mampostería resistente al fuego, su concepción de la iglesia como auditorio, o el módulo estructural de una crujía con bóveda de crucería empleada para hileras de oficinas celulares en los Edificios del Tesoro, eran soluciones que venían estimuladas por las costumbres y necesidades de su país, y no arqueología obsesiva.