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Becontree Viviendas

Becontree Viviendas

  • 1921 - 1935
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  • Essex (Inglaterra)
  • Reino Unido

KOSTOF, Spiro., Historia de la arquitectura. Alianza Editorial. Madrid 1988. Tomo 3


págs.1211-1262. “Arquitectura y Estado . Los años de entreguerras” 


pág. 1213. La reconstrucción europea.


Pero antes que todo esto estaban las viviendas: este es el mayor tema arquitectónico de la Europa de la postguerra. La escasez era muy pronunciada. Esta era no tanto resultado del destrozo de la guerra - sólo Francia había sufrido realmente en este terreno, habiendo perdido 35.000 viviendas junto con una gran parte de sus establecimientos industriales-, sino que más bien era resultado de la pausa en la actividad constructiva durante el largo período de hostilidades, la incansable aglomeración urbana, y el rígido sistema de control de los alquileres que ahogaba a la iniciativa privada, al menos en Alemania.


Incluso antes de la guerra, las viviendas habían adquirido en Europa el estatus de servicio público. Hasta cierto punto significativo, el terreno, la construcción, y la gerencia de las viviendas de bajo y medio coste, fueron excluidas del mercado especulativo. Su responsabilidad recayó en los consejos municipales, cooperativas, y otras sociedades no lucrativas, y todas ellas comenzaron a establecer nuevos mínimos de decencia. Controlaban la forma y la calidad de lo que se construía, y fijaban el alquiler de las viviendas. Pero ahora la crisis era mucho más severa, tanto en términos de números como de coste anual. La superpoblación del terreno y, por supuesto, la agravada economía, hicieron que los precios subieran bruscamente. Tanto los materiales como la mano de obra se hicieron más caros. Incluso sin ninguna mejora real en la calidad, la casa mínima de 1920 costaba mucho más que antes de la guerra. La respuesta habían de ser las ayudas públicas masivas.


Los subsidios públicos se dieron a grupos de trabajadores y consumidores a los que no les importaba la posibilidad de un beneficioso regreso a la inversión. Esto contrasta con la práctica de Estados Unidos, en donde los subsidios, en aquellos lugares en que fueron ensayados, se daban bajo la forma de exenciones fiscales sobre la nueva construcción, lo que acabó beneficiando a los especuladores. En América, la construcción de iniciativa pública era de hecho muy excepcional estaba restringida a y una serie de ciudades como Nueva York, y a una serie de sociedades, destacando la Amalgamated Clothing Workers. Cuando el gobierno federal se introdujo seriamente en la construcción de viviendas hacia 1932, no lo hizo como una cuestión de política social, sino para refrenar el desempleo. Y lo que es más, insistió en restringir los programas deviviendas a aquellos que estuvieran destinados a derribar barrios ruinosos.


Europa tenía una visión general del problema que iba más allá de los derribos de casas ruinosas o de la ayuda a los pobres. En una década se construyeron casi 5 millones de viviendas con ayuda pública por toda Europa occidental. En algunos países, esta cifra ascendía hasta el 70 por ciento de la totalidad de las casas nuevas. Laclase trabajadora organizada era responsable de una porción considerable de este total. Durante el siglo XIX los trabajadores habían sido aleatoriamente alojados en función de los ímpetus de las sociedades filantrópicas o de los empresarios industriales paternalistas. Ahora las sociedades eran fundadas directamente por los propios trabajadores, o más bien por este estrato social superior que correspondía a la clase artesana tradicional.


 Las viviendas unifamiliares suponían aproximadamente la mitad de toda la producción de Europa en conjunto. Esta era la preferencia de Inglaterra, y los tipos más comunes allí eran las casas pareadas y las casas en terrazas. El mayor proyecto fue Beacontree, en Essex, con 25.000 viviendas. En el continente, las hileras de casas adosadas tendían a ser más largas, y mayor su densidad. En cualquier caso, la norma no era la casa unifamiliar, sino el apartamento.

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