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Escuela de Artes Plásticas y Danza de La Habana

  • 1950 - 1965
  •  
  • GOTTARDI, Roberto
  • GARATTI, Vittorio
  •  
  • La Habana
  • Cuba

 BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs. 771-812.”La arquitectura en Latinoamérica”


pág. 803. Cuba.


El caso cubano, aunque Cuba pertenezca a la unidad cultural latinoamericana, es un caso especial, en la medida en que, tras la revolución popular de 1959, se ha instaurado un modo de producción socialista, según una economía planificada. 


La arquitectura inmediata a la revolución, en parte a causa del bloqueo norteamericano, se basará en soluciones artesanales, usando el ladrillo y la bóveda catalana, dentro de un clima de gran libertad para la tarea creativa de los arquitectos, los cuales intentarán realizar obras que, desde el entusiasmo revolucionario, demuestren, a pesar del bloqueo, la capacidad creadora implícita en el pueblo en acción. De la misma manera - que en la Rusia posrevolucionaria se vivirá durante unos pocos años la euforia vanguardista e innovadora de los modos de vida, materializándose propuestas como la de las casas-comuna o la de los clubs obreros, en la Cuba posrevolucionaria, también se vivirán momentos particularmente intensos, que tenderán a delimitar formalmente un orden nuevo y celebrativo: momentos de expansión cultural que, tanto en un caso como en el otro, las necesidades de producción tendrán que eliminar. 


El principal exponente de esta corta experiencia serán las Escuelas de Arte (1962-1965). Situadas en un bellísimo marco natural, se planteará para el conjunto que trascienda su función como centro pedagógico y se integre en el gran movimiento tendente a la creación de una nueva cultura popular. El arquitecto Gottardi se encargará de la Escuela de Arte Dramático, Victorio Garatti (1927), de las de Música y Ballet, y Ricardo Porro, de las de Artes Plásticas y Danza Moderna (fig. 942). Será sobre todo en estas dos últimas donde esta arquitectura ideológica, tomando el camino de la imaginación y el expresionismo, llegue a la máxima exaltación de la capacidad que la revolución puede tener para crear espacios totalmente nuevos, según un lenguaje de liberación total, utilizando formas con claras sugestiones sexuales. 


Sin embargo, la falta de mano de obra y la necesidad de la producción masiva abocarán a la solución de la industrialización, siendo a mediados de los sesenta cuando se va configurando el modelo económico que se va a potenciar. 


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MONTANER, Josep María., Sistemas arquitectónicos contemporáneos.


Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 2008.


págs. 64-89. “Sistemas orgánicos”


Otro ejemplo, también histórico, de formas a la vez orgánicas y surrealistas son las Escuelas de Artes Plásticas y Danza Moderna en La Habana (1950-1965), de Ricardo Porro (1925), que se sitúan dentro del conjunto de edificios orgánicos diseminados de las Escuelas Nacionales de arte: las citadas escuelas de artes plásticas y danza junto a la de ballet y música de Vittorio Garatti y la de arte dramático de Roberto Gottardi. A la lógica orgánica y abierta se le superpone una acción surrealista, como de rotura y dispersión de un cristal. Siguiendo una metodología ecléctica, se superponen el lenguaje clásico con la exuberante tradición del barroco latinoamericano; se combinan diversas tipologías de espacios -patios triangulares alargados, como de una fortificación, pórticos alargados, aulas de paredes curvas, salas de danza con cúpulas- y de estructuras -arcos y bóvedas a la catalana-. Esta síntesis orgánica y onírica continúa las formas del barroco latinoamericano; en unos contenedores que quieren potenciar las actividades, los flujos y la creatividad.

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