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Barrio de Bellvitge en Hosptallet de Llobregat

Barrio de Bellvitge

  • 1964 -
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  • Hospitalet de Llobregat (Barcelona)
  • España

BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Pág. 813-941. "La segunda posguerra en Europa"


6.-España.


El Plan Nacional de la Vivienda (1961-1976) significará la consolidación de la política de grandes polígonos en las periferias de las ciudades y áreas rurales, marcando la entrada a la nueva fase capitalista. El modelo de sistema productivo exige la entrada en una nueva etapa en la que se forma un capital financiero que, a través de la banca, va coordinando los diferentes sectores, privatizando de nuevo la iniciativa - el Estado va desinteresándose de su papel asistencial - y optimizándose los resultados con el nuevo tamaño de los grandes polígonos. Altas densidades, falta de equipamientos y de transportes al centro urbano, ubicación en terrenos de escaso valor ambiental, serán características de estos polígonos resueltos según una aplicación mecánica y especulativa de los postulados racionalistas.


Bellvitge (inicio de 1960) y Montbau (1957-1965) en Barcelona señalarían, en el contexto catalán, los dos extremos entre los cuales se situarían estas operaciones. En Bellvitge, al igual que en Sant Ildefons y otros polígonos de vivienda, se llegaría a los límites de máximas densidades, de repetición, de monotonía, de carencia de servicios, de falta de espacios libres adecuados y de ausencia total de calidad arquitectónica. En Montbau, que se planteará como una operación modelo, estarán presentes, en cambio, la preocupación por los espacios libres entre bloques, por la experimentación tipológica, por la calidad arquitectónica y por la identidad de los elementos del polígono.


Definiendo desde la Administración las pautas de crecimiento para garantizar un desarrollo racional, la Ley de Viviendas de Renta Limitada (1954) y la Ley del Suelo de 1963 habrán dado el soporte legal a esta opción por abandonar el Estado su intervención directa.


 En el campo más estrictamente arquitectónico, el inicio de la labor difusora del FAD y la celebración periódica desde 1959 de los Pequeños Congresos, de ámbito peninsular, son pruebas claras de que la ruta ha sido ya asegurada, coincidiendo con la disolución del Grupo R, que ya ha cumplido su misión, y continuando la tradición de las madrileñas Sesiones Críticas de Arquitectura.


 Lógicamente, si uno de los planteamientos de los arquitectos más inquietos de la década anterior ha sido el de la necesidad de conocer las discusiones teóricas y las realizaciones de los demás países avanzados, la crisis de la ortodoxia del Movimiento Moderno, que se manifestará en los dos últimos CIAM y que motivará la agrupación de los arquitectos más renovadores en el Team X, habrá servido de toque de atención para los arquitectos españoles más preparados culturalmente. Es normal, por tanto, que desde aquí se acuse recibo de las nuevas corrientes europeas alternativas a la ortodoxia tales como el new-empirisme escandinavo, el new-brutalisme inglés o los neo-liberty y neo-realismo italianos.


 


En Cataluña, dos textos de las dos figuras que gozan en el momento de mayor fuerza moral, Coderch y Bohigas, marcarán hitos esenciales para la arquitectura de los sesenta.


 


 

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