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CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


Págs.329-349.“La expansion de la arquitectura moderna en Gran Bretaña y Escandinavia”


La arquitectura escandinava de la década de 1930 pone de manifiesto varias maneras de afrontar los dilemas de esta clase. Las relaciones con el estado y con la sociedad en general influyeron en el alcance y el impacto de las formas importadas. La arquitectura moderna pronto se vio implicada en las políticas socialdemócratas de reforma institucional y urbana. Los edificios de la exposición de Estocolmo de 1930, proyectados por Erik Gunnar Asplund revelaron una novedosa interpretación de la nueva arquitectura, lograron una amplia aprobación por parte del público en general y proporcionaron una imagen de modernidad no sólo para la propia Suecia, sino también para los países vecinos. La exposición proyectó una resplandeciente visión de vidrio, ligereza, apertura y eficacia justo en el momento en el que una Suecia cada vez más urbanizada estaba lista para aceptarla. La arquitectura moderna fue capaz de articular las aspiraciones comunitarias y expresar las visiones artísticas individuales, pero también se asentó en un terreno que ya había sido preparado por el urbanismo estatal, y pro versiones simplificadas tanto del clasicismo como de la tradición vernácula. Los tipos residenciales importados, como las Siedlungen, son su repetición modular y sus configuraciones a modo de tiras separadas por bandas de vegetación, no eran tan ejenos a la geometría y las intenciones sociales que inspiraban la uniformidad dispersa de los bloques de viviendas públicas más tradicionales levantados en ciudades como Estocolmo, Helsinki o Copenhague en la década de 1920. Incluso el ascetismo de la arquitectura moderna concordaba con la reticencia y la contención protestantes: era una “estética de la pobreza”.


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BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


 Págs. 621-669. ”Formación del Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras. Los progresos de la arquitectura europea entre 1930 y 1940”


4.- Los países escandinavos...


... De este tardío eclecticismo se pasa, casi de golpe, al Movimiento Moderno, a veces por obra de los mismos arquitectos, como Asplund en Suecia. Persico escribe: «En este clima olímpico, el racionalismo, funkis, como dicen en Suecia, no es una tendencia polémica o un dogma nuevo, sino la constante aspiración de todo un pueblo a la belleza ideal, casi a la belleza intelectual”.


Para explicar por qué se sustituyen los ilustres modelos del pasado por los modelos del funcionalismo, es necesario hacer referencia a los cambios sociales y políticos, a la consolidación de la democracia socialista y a la rápida igualación del nivel de vida. En el catálogo sueco de la Exposición de París de 1935 se lee:


 La síntesis del arte y de la industria tiene un significado distinto en Francia y en Suecia. Mientras en el primer país las costumbres corrientes, en la clase obrera y burguesa, son extremadamente estables, en el otro sufren cambios radicales. Aquí, ambas clases tienden a acercarse la una a la otra. Por lo que se refiere a la clase obrera, esto se manifiesta en una sensible mejoría del nivel de vida, mientras, en el mismo intermedio, la burguesía ha visto bajar su situación económica... Mientras un observador imparcial tiene la impresión de que, en Francia, por ejemplo, los nuevos desarrollos de las artes domésticas dependen económica y moralmente de las clases altas de las grandes ciudades, se dará cuenta de que, en Suecia, esta misma evolución se debe a la clase intelectual y burguesa y a los estratos superiores de la clase obrera. De esto resulta que las artes decorativas en Suecia se regulan inconscientemente por las necesidades de estos dos estratos y no tienen ocasión de desarrollarse en el sentido de una producción de lujo. Por un lado, la mejora del nivel de vida de la clase obrera y su viva preocupación por las necesidades intelectuales han hecho posible seleccionar los artículos de uso corriente y producirlos a precios más asequibles: por otro lado, estas dos causas han impuesto la estandardización de los utensilios y de las viviendas. Un trabajo considerable y, se puede afirmar, coronado por el éxito fue realizado después de la guerra para estandardizar las viviendas familiares económicas y el mobiliario. Se ha podido comprobar así la estrecha relación que une las exigencias económicas y estéticas, teniendo ambas, como ideal, la simplicidad.


 Las tesis del funcionalismo son precisamente los nuevos ideales adecuados a la producción en masa y a la distinta estructura del mercado. La relativa continuidad del proceso de transformación social ha permitido la difusión, en amplios estratos de la población, de gran parte de las costumbres y aspiraciones de la antigua clase dirigente; la arquitectura moderna hereda así, directamente, la antigua inspiración romántica, el amor por una rica y fantasiosa apariencia visual, por los materiales tradicionales, por los ambientes pintorescos y recogidos.


 Por lo tanto, mientras la adhesión de los arquitectos escandinavos al Movimiento Moderno está motivada por exigencias precisas, existen las condiciones para ampliar inmediatamente el repertorio internacional, recuperando algunos valores de la arquitectura tradicional.


 La arquitectura escandinava adopta este camino hacia 1933, precisamente cuando en Alemania y en el resto de Europa las tesis racionalistas encuentran los primeros fuertes obstáculos. Pero la crisis europea se debe a la desproporción entre los métodos de control cultural y los tiempos y escalas de los procesos económicos y políticos en curso. Los estados escandinavos y, en general, las pequeñas naciones se sustraen a este conflicto, sobre todo por la menor amplitud y rapidez de las transformaciones sociales...


...La discusión se apaga cuando la costumbre hace perder, a las formas sencillas de Markelius y de los demás, la crudeza de la novedad, y hace surgir las sutiles referencias a la tradición, que no han faltado nunca, incluso en las obras que más se acercan al estilo internacional, pero, sobre todo, cuando uno de los maestros de la tendencia romántica, Erik Gunnar Asplund (1885-1940) геаliza, por su cuenta, el paso al Movimiento Moderno.


En la primera parte de su actividad, Asplund se inspira en un esmerado neoclasicismo que se hace cada vez más reticente, concentrando las alusiones estilísticas en algunos detalles refinadísimos y simplificando proporcionalmente los volúmenes de sus edificios. Encargado de proyectar los pabellones de la Exposición de Estocolmo, en 1930, acepta francamente el repertorio internacional e introduce en la geometría de los pilares, paneles, cables y toldos, una desacostumbrada elegancia que emana aún en las desvaídas fotografías de esta efímera realización.


En su actividad posterior, Asplund logra mantenerse fiel a la tradición, aún quedando en contacto con el movimiento internacional; así llega a dar forma a algunos requisitos tradicionales de la cultura sueca de tal forma que les hace perder sus limitaciones locales, aportando al Movimiento Moderno una herencia preciosa, aunque marginal.


 


 

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