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 Biblioteca Beinecke

Beinecke Library of Rare Manuscripts at Yale University

Biblioteca Beinecke de manuscritos raros en la Universidad de Yale.
  • 1960 - 1963
  •  
  • BUNSHAFT, Gordon
  • SOM, Skidmore, Owing & Merril
  •  
  • New Haven (Connecticut)
  • Estados Unidos
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CAMPBELL James W.P., La biblioteca. Un patrimonio mundial. Edit. Nerea. San Sebastián, 2013.


Pág.265. La biblioteca Beinecke de Libros raros y manuscritos. 


"El modo en que Gordon Bunshaft (1909-1990) obtuvo el encargo de la Biblioteca Beinecke (1960-1965) resulta ilustrativo de los inconvenientes que llevan aparejados los concursos arquitectónicos. Cuando el decano de la Escuela de Arquitectura de Yale, Paul Rudolph, intentaba convencer al rector de la Universidad de que convocara un concurso para diseñar una nueva biblioteca, llamó por teléfono a Bunshaft para preguntarle si estaría dispuesto a presentarse. Para su sorpresa Bunshaft rechazó el ofrecimiento; no le gustaban los concursos porque los arquitectos se veían obligados a trabajar con un pliego de condiciones cerrado y no podían establecer contacto con los clientes o usuarios finales. Además, una vez más, ganado el concurso, no resultaba extraño descubrir errores en las especificaciones a las que tenían que someterse, debiendo asumirlas de todos modos para evitar reclamaciones de los candidatos perdedores. En opinión de Bunshaft los concursos eran un procedimiento plagado de complicaciones para el arquitecto, que daban como resultado edificios de calidad deficiente. Autorizado por Rudolph, solicitó contactar directamente con el rector, a quien convenció de que prescindiera de aquella idea y nombrara directamente a un arquitecto tras entrevistarse con los candidatos.  Se pidió a distintos profesionales que presentaran propuestas y finalmente fue Bunshaft  quien resultó elegido. 


Seguidamente, y en conjunción con el personal de la biblioteca, Bunshaft redactó las especificaciones de un modo muy sencillo. Tendría que haber estanterías cerradas herméticamente que, debido al clima de New Haven, estarían equipadas con aire acondidionado para mantener una temperatura y humedad constantes. Además el edificio incluiría espacios de exposición junto con los reservados para la lectura y las oficinas. Ninguno de estos requerimientos constituía un gran desafío. El proyecto final de Bunshaft se basó en dos ideas fundamentales: la primera era que las estanterías del depósito podían contribuir en sí mismas a la exposición de los tesoros de la biblioteca, convirtiéndose en foco de atención del espacio expositivo. Bunshaft se dio cuenta de que dicho espacio podía organizarse en torno a una enorme urna de cristal climatizada que aportaría un medio absolutamente seguro y hermético para los libros. En segundo lugar, comprendió que, auque el recinto debería estar iluminado, la luz solar directa resultaría perjudicial para los volúmenes.  Su solución consistió en colocar aquella caja de cristal dentro de otra aún más grande, con paredes de mármol traslúcidoPor fuera el mármol parece opaco, pero cuando brilla el sol, los paneles difunden dentro de este continente una luz de color miel que realza las encuadernaciones en piel de los libros allí custodiados. El resultado, llevado a cabo con gran destreza, en un espacio de una fuerza y sencillez insuperables.


Con el tiempo Bunshaft explicaría en una entrevista muy reveladora sus experiencias en el ejercicio de la arquitectura; por ejemplo su elección del material constructivo para los muros de la Biblioteca Beinecke. Había visto en Estambul lo que supuso era la cúpula de ónice de un palacio de estilo renacentista. Tras investigar sobre el particular, descubrió que en la construcción de las ventanas se había utilizado tanto el ónice como el alabastro. Le advirtieron que el alabastro se disolvería con el agua de lluvia, así que intentó abastecerse de ónice. Intentó traerlo de lugares tan remotos como Argelia o Perú, pero nadie era capaz de producirlo con dimensiones suficientemente grandesFinalmente empleó mármol de Vermont, que en el extrior se fusionaba con la estructura de hormigón blanco. El resultado está sumamente logrado, aunque Bunshaft mantendría, de un modo un tanto sorprendente, que hubiera preferido cubrir todo el edificio con alabastro. Esta historia demuestra que los arquitectos parten muchas veces de una visión ideal sin comprender cómo podrá ser materializada. Pero también pone de manifiesto que no todas las cesiones perjudican necesariamente al resultado final. 


Sería erróneo concluir que la biblioteca Beinecke representa una respuesta prototípica del Movimiento Moderno a las necesidades del diseño bibliotecario. De hecho, esta escuela arquitectónica aboga por promover "soluciones lógicas" a los "problemas de diseño" por vías muy diversas.  Las demás obras de Bunshaft no fueron en su mayoría tan simétricas como el edificio Beinecke. Más bien, en muchas de sus construcciones buscó activamente soluciones asimiétricas. Las funciones rara vez se duplican de manera idéntica, de forma que la asimetría fue en parte una expresión del afán del arquitecto por hallar el planteamiento más funcional posible. De hecho, algunos colegas suyos, como Alvar Aalto, Hugo Häring y Hans Scharoun, aplicaron los principios de la planta asimétrica de manera fervorosa. "


 

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