P.262 Pero el itinerario de Sulllivan no es rectilíneo. Así cuando proyecta los almacenes Carson, Pirie & Scott - construidos entre 1893 y 1904 - , Sullivan se siente inclinado a subrayar precisamente el ritmo de las ventanas, todas iguales en las seis plantas tipo, limitándose a construir el último piso más bajo, con los cerramientos retirados (en el curso de la realización se añaden tres pisos y Sullivan, no admitiendo quizás un ritmo uniforme para nueve pisos, hace siete iguales y dos ligeramente más bajos, para dar paso al ático retrasado; más tarde Burnham & Co, cuando proyectan en 1906 la ampliación del edificio a lo largo de Strate Street eliminan el ático dando a los tres últimos pisos el mismo tratamiento, mientras que en los recientes trabajos de modificación del remate, esta simplificación se ha aplicado a todo el edificio). Aquí la estructura reticular interna, se proyecta tranquilamente al exterior, sin ningún refuerzo horizontal o vertical, y al quedar suavizadas las relaciones entre las masas, utiliza una abundante decoración que, como en sus obras juveniles, sirve para distinguir la zona del basamento del resto del edificio.
Como ya se ha comentado repetidas veces, el lenguaje arquitectónico de Sullivan varía mucho de unas obras a otras; no se diría a primera vista, que el autor de Wainwright sea el mismo que el del Carson, Pirie & Scott. El hilo conductor se encuentra más bien en el pensamiento teórico, guiado en su búsqueda, por un juicio excepcionalmente lúcido, el paso de la teoría a la práctica tropieza con una incertidumbre fundamental, que constituye finalmente, la razón de su fracaso profesional.
Págs.85-108“Art Nouveau”
Pero el Art Nouveau como movimiento no pertenece exclusivamente al arte pictórico ni, a decir verdad, el término se aplica, por regla general, a la pintura. Significa habitualmente una moda decorativa breve pero muy importante, y si las obras de pintores y dibujantes han tenido aquí precedencia sobre las de arquitectos y diseñadores, la razón es que la nueva moda ornamental apareció en cuadros, ilustraciones de libros, etc., antes que en las primeras obras de sus dos creadores.
Estos fueron Louis Sullivan en Chicago y Víctor Horta en Bruselas. Es probable que Sullivan (1856-1924) haya sido esencialmente original, pero Horta 1861-1947) debió estar bien informado de los últimos progresos alcanzados en Inglaterra y en el continente. El arte ornamental de Sullivan permaneció aislado, mientras el de Horta suscitaba un furor que por unos pocos años inflamó a la mayoría de los países del continente. Sigue siendo un misterio cómo Sullivan llegó a desarrollar esas curiosas marañas de zarcillos, berzas, hojas festoneadas y arrecifes de coral. ¿Pueden descansar realmente sobre terrenos más promisorios que la Botánica de Gray? ¿O puede oscuramente, reconocerse detrás de ellas las formas vegetales del follaje neogótico? Un nuevo análisis de la chimenea de Burges puede ser conveniente” “, Por la época en que diseñaba los interiores del edificio del Auditorio en Chicago, es decir, en 1888, su estilo ornamental había alcanzado ya su madurez. Aparece de nuevo en la sinagoga de Anshe Ma'ariv de 1890-91 y, en toda su libertad, en la tienda Carson Pirie Scott, de 1903-04, de la cual, por razones muy diversas añadiremos algo más tarde. El ideal ornamental de Sullivan era una “decoración orgánica, apropiada a una estructura compuesta sobre líneas amplias y macizas”, y por eso no podemos comprender su teoría del funcionalismo riguroso, tratada en un capítulo anterior, sin una atenta mirada a su fluyente ornamento, ni comprender su ornamento sin un vívido recuerdo de la austeridad de los bloques y líneas principales de sus edificios.
Págs. 161-186. De Sulllivan ya hemos hablado bastante con respecto a su revolucionaria teoría, a su revolucionaria ornamentación y a su revolucionario tratamiento del rascacielos en sus comienzos. Sin embargo, el edificio para Schlesinger & Mayer, ahora Carson, Pirie, Scott Store en Chicago (fig. 111), es su más asombrosa realización estética. Fue comenzado en 199 sobre Masdison Street y agrandado luego, en 1903-04, con la construcción de un bloque más alto haciendo esquina con State Street. La ornamentación de la fachada sobre planta baja y segundo piso es típica del más brillante e imaginativo estilo de Sullivan, pero los pisos exhiben el ritmo del siglo con más firmeza que cualesquiera de los edificios que hemos visto hasta ahora en estas páginas. También en este caso, si hiciéramos observar una fotografía de detalle de varis filas de estas ventanas apaisadas con las bandas blancas continuas que las separan horizontalmente, sin ninguna duda todas las personas que no estuvieran en antecedentes le atribuirían una fecha de construcción muy posterior.
Págs.161-186 .“El Movimiento Moderno antes de 1914”
Los escritos de Frank Lloyd Wright son tan desconcertantes como los de Le Corbusier, pero en su caso las realizaciones pioneras de sus primeros años son claras y fáciles de documentar. Y Wright no fue solo el mismo, uno de nuestros pioneros, sino también discípulo y continuador de un pionero. De Sulllivanya hemos hablado bastante con respecto a su revolucionaria teoría, a su revolucionaria ornamentación y a su revolucionario tratamiento del rascacielos en sus comienzos. Sin embargo, el edificio para Schlesinger & Mayer, ahora Carson, Pirie, Scott Store en Chicago (fig. 111), es su más asombrosa realización estética. Fue comenzado en 1899 sobre Masdison Street y agrandado luego, en 1903-04, con la construcción de un bloque más alto haciendo esquina con State Street. La ornamentación de la fachada sobre planta baja y segundo piso es típica del más brillante e imaginativo estilo de Sullivan, pero los pisos exhiben el ritmo del siglo con más firmeza que cualesquiera de los edificios que hemos visto hasta ahora en estas páginas. También en este caso, si hiciéramos observar una fotografía de detalle de varias filas de estas ventanas apaisadas con las bandas blancas continuas que las separan horizontalmente, sin ninguna duda todas las personas que no estuvieran en antecedentes le atribuirían una fecha de construcción muy posterior.
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Págs.33-51 .“La industrialización y la ciudad. El rascacielos como tipo y símbolo”
Entre tanto, su proyecto para los almacenes Schlesinger Mayer (más tarde Carson Pirie Scott), construidos en Chicago entre 1899 y 1904, reveló que estaba a la altura de sus facultades. En este caso se dotó a la estructura de un énfasis notablemente horizontal, con sutiles variaciones en la altura de los vanos, que daban vitalidad a la forma general. Pero este fue el último encargo importante de Sullivan en Chicago. En los años siguientes se fue retrayendo más y más en el mundo hermético de sus elaborados ornamentos, un microcosmos de temas panteístas y cósmicos. La sociedad industrial norteamericana parecía tener cada vez menos sitios para el ‘culto a una vida más elevada’ de este artista.
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págs.1107-1165.“Ambientes Victorianos”
pág.1128. La América victoriana.
pág.1148 El panorama de Chicago
La fachada celular ofrecía la oportunidad de ser creativo en las ventanas. Retrayendo los paños de pared y haciendo que las columnas corrieran continuas en su revestimiento de mampostería por encima del nivel de la planta baja, el arquitecto podía conseguir un impresionante efecto de altura. Para reforzar el sentido de tensión ascensional Sullivan, en rascacielos de St. Louis y Búffalo, duplicó el ritmo con pilares no funcionales interpuestos entre los verdaderos pilares de cada crujía. Alternativamente, mediante la colocación de los pilares a mayor distancia de modo que el intervalo entre ellos fuera más importante que la altura de la crujía, el arquitecto podía acentuar la horizontalidad del esqueleto metálico, lo que estaba más cerca de su verdad estructural. Los grandes almacenes Carson Pirie Scott and Co., de Sullivan, mencionados en el capítulo 1, son un buen ejemplo de ello, y representan algo muy sensato para un edificio que requiera amplios espacios iluminados horizontales donde puedan exponerse los productos. Aquí los intervalos se han rellenado con hojas de cristal sencillas, pero una solución más común era la denominada ventana Chicago». Esta tiene una división tripartita, estando el panel de cristal central fijo y flanqueado por una estrecha ventana de guillotina doble en los extremos, junto a los pilares. La ventana Chicago puede no ser recta, situándose las ventanas de guillotina movibles en los planos diagonales de la proyección.
Págs.6-7.“Introducción general”
Cómo juzgarán el siglo XX los futuros historiadores de la arquitectura?. Hasta cierto punto es una cuestión que va ligada al destino de la civilización humana.
¿Es posible por ejemplo, imaginar que un siglo venidero pueda ocasionar un ritmo con tantos cambios tecnológicos como lo produjo en su día el telégrafo sin hilos y después el superordenador?. De no ser así, ¿de que manera consiguió la arquitectura pasar de de los grandes almacenes Carson, Pirie y Scott al Banco de Hongkong y Shanghai en un período de cien años?.
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La cantidad de trabajo que salió de la Escuela de Chicago en el curso de su evolución fue muy considerable. Escogeremos tres edificios, cada uno de un arquitecto distinto, pero todos con signos claros de ese impulso inherente a la Escuela de Chicago de buscar la pureza de la forma...
... Pág. 390.Louis Sullivan: los almacenes Carson, Pirie, Scott, 1899-1906
En 1899, Louis Sullivan empezó a remodelar los almacenes Schlesinger & Mayer en las calles State y Madison, en la famosa 'esquina más concurrida del mundo' (world's busiest corner). Las obras se hicieron en tres partes: en 1899, 1903-1904 y 1906. En el verano de 1904, el establecimiento fue adquirido por la firma Carson, Pirie, Scott. La tercera parte la construyó para ella Daniel Burnham & Company, pero el proyecto de Sullivan para las dos primeras partes se mantuvo con tan sólo unos cuantos pequeños cambios.
Una fuerza y una precisión sin igual. A pesar de su complejidad, el edificio de Sullivan sigue siendo inigualable por su fuerza expresiva. El interior es todavía del tipo depósito, con plantas continuas y diáfanas. El frente está proyectado para cumplir su función indispensable: la entrada de luz. Sus elementos básicos son las 'ventanas de Chicago' alargadas en horizontal, admirablemente homogéneas y colocadas para coincidir con el entramado de esqueleto. Todo el frente está realizado con una fuerza y una precisión no igualadas por ningún otro edificio de la época. Las más sutiles diferencias de proporción pueden apreciarse enseguida sobre un fondo de esta exactitud. Las ventanas, con sus delgadas carpinterías metálicas, se recortan con nitidez, en la fachada. Las ventanas de los pisos inferiores están conectadas por una estrecha línea de ornamentación comprimida en la terracota. Demasiado delgada para verse en Ia fotografía, esta línea contribuye, no obstante, a acentuar la organización horizontal del frente.
La intrusión del pabellón. Aunque seguían avanzando hacia nuevas soluciones, los arquitectos de la generación de Sullivan se veían a veces frenados por las tradiciones del siglo XIX; padecían esa especie de doble personalidad de la que ya hemos hablado anteriormente. Esa doble personalidad de los arquitectos del siglo XIX se dejó sentir en el edificio Carson, Pirie, Scott de Sullivan. La torre redonda de la esquina, con sus esbeltos nervios verticales y sus estrechas hojas de vidrio, introduce de repente un motivo totalmente incongruente con el resto del edificio. Los propietarios habían solicitado este añadido curvilíneo -que ya indicamos como un vestigio estilístico en los almacenes Au Bon Marché de Eiffel y Boileau, de 1876- como una reminiscencia del pabellón adosado a sus viejos almacenes. Pero esto por sí solo no habría afectado a un hombre de fuertes convicciones como Sullivan.
Cuando se terminaron, hacia 1900, estos almacenes les parecían anticuados a sus coetáneos. Por esos años todos habían perdido la cabeza y el corazón en favor del 'clasicismo comercial' de los arquitectos de Nueva York y su transformación de los edificios empresariales en palacios mercantiles. Durante tres décadas, los profesionales neoyorquinos de la arquitectura académica dominaron todo el país.
El contraste con otros almacenes de Sullivan. Los almacenes Carson, Pirie, Scott -una de las últimas creaciones de la Escuela de Chicago- parecen estar modelados más por el espíritu anónimo que rigió el trabajo de esa escuela que por las tendencias personales de Sullivan. En sus edificios más conocidos -desde el Wainwright en St. Louis (1890-1891) hasta el Bayard en Nueva York (1897-1898), pasando por el Guaranty (ahora Prudential) en Buffalo (1894-1895)-, Sullivan fue aumentando continuamente el acento en los elementos verticales en el diseño, enfatizando para ello los pilares de las esquinas. Sullivan usaba pilares esbeltos y daba al conjunto del edificio una orientación estrictamente ascendente, un movimiento tan pronunciado como el que encontramos en las catedrales góticas.
El esqueleto una malla neutra. Pero el esqueleto -ya sea de hierro, acero u hormigón armado- es esencialmente una malla espacial neutra. Su construcción en jaula (cage construction) define un determinado volumen de espacio con una imparcialidad total, sin dirección intrínseca alguna. En sus edificios más característicos, Sullivan destacó y enfatizó las líneas de fuerza verticales en esta malla. Sin embargo, en los almacenes Carson, Pirie, Scott es el equilibrio neutro e imparcial inherente a la construcción de esqueleto lo que Sullivan decidió proyectar sobre la fachada del edificio.
La influencia de la Escuela de Chicago quedó interrumpida por el influjo del eclecticismo. Sullivan -el gran arquitecto de la escuela- dejó su sello en la siguiente generación de arquitectos del medio oeste norteamericano. (Frank Lloyd Wright surgiría como la figura sobresaliente de esta generación.) Y durante la primera década del siglo XX, las tradiciones de la Escuela de Chicago sobrevivieron en las obras de algunos de sus miembros más jóvenes: George Elmslie, Hugh Garden, George Maher, Walter Griffin, Thomas Tallmadge y unos cuantos más. Algunos de sus edificios podrían haber servido de revelación para la generación europea en ascenso; sin embargo, no consiguieron influir en los grupos equivalentes de su propio país. Una educación arquitectónica de carácter literario apartó a los más jóvenes de los principios de la Escuela de Chicago y destruyó también su individualidad. Abandonados en su aislamiento, los miembros supervivientes de la Escuela de Chicago se fueron desanimando y muchos de ellos perdieron la energía que habían demostrado en un periodo más favorable.