Págs. 341-426.“ La evolución norteamericana”
La importancia del período 1850-1890
Los periodos colonial y republicano fueron de gran importancia para la evolución norteamericana; esas épocas proporcionaron unos sólidos cimientos para el avance futuro. Pero el periodo 1850-1890 es más importante por la influencia norteamericana en el resto del mundo. Los preparativos que hicieron posible esa influencia se complementaron durante esas décadas. Los años comprendidos entre 1850 y 1890 presenciaron no sólo las grandes oleadas de gente hacia las tierras no colonizadas del oeste, sino también poderosas manifestaciones de un espíritu nuevo y específicamente norteamericano. Este periodo tiene una significación particular para los observadores extranjeros. Las nuevas formas que surgieron en él tenían sus raíces en una organización del trabajo completamente distinta a la que prevalecía en Europa.
El material gráfico que se publica en este libro se ha sacado a la luz con dificultades. Los documentos de este periodo no son fáciles de obtener, precisamente porque hay poco interés en él y se comprende poco su importancia. El material que muestra la evolución de la vida en este periodo y los hábitos cotidianos que se reflejan en ella resulta muy difícil de encontrar. Y lo que es todavía más importante: hay un peligro constante de que se pierda para siempre.
Los fabricantes sencillamente se ríen cuando se les piden muestras de sus primeras producciones y de sus catálogos antiguos. No hay tiempo para estudiar los orígenes de la tradición que rige la vida del hombre en nuestros días; y sobre todo, no hay interés en hacerlo. En el futuro, los historiadores que examinen este periodo estarán sin duda más interesados en desvelar las raíces de las grandes producciones anónimas de la industria, que en la arquitectura monumental u oficial de la época. Pero ¿qué institución intenta -con un interés más humano que técnico- recopilar los documentos que tratan sobre los comienzos anónimos de nuestra época? Estamos demasiado poco acostumbrados a considerar las interrelaciones entre los distintos ámbitos de la actividad humana como para ver claramente las cuestiones con las que están vinculados. El peligro es que el material para reconstruir esas relaciones puede haberse perdido para cuando su importancia se haya reconciliado.
Europa observa la producción norteamericana
El público europeo tuvo su contacto inicial con las herramientas y los enseres domésticos norteamericanos en la primera exposición internacional: la de Londres de 1851. Los observadores europeos quedaron atónitos ante la sencillez, la exactitud técnica y la seguridad formal que se apreciaba en las producciones norteamericanas. El perspicaz Lothar Bucher llamó la atención acerca de <